✯Como ví muchos one shots de Evan Peters decidí hacer uno por cuenta propia.
✯Este libro será dedicado ᥱ᥊ᥴᥣᥙsі᥎ᥲmᥱᥒ𝗍ᥱ para Evan Peters y sus one shots.
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— Oye cariño, ¿cuánto dinero crees que podríamos obtener de un video pornográfico? —. Rory había preguntado repentinamente una vez que ustedes dos estaban sentados en el sofá de su apartamento de gran altura en Los Ángeles.
Sólo te reíste, pensando que su pregunta era intrascendente, hasta que respondiste.
— Probablemente un poco —
— ¿Crees? Pienso mucho más que eso, míranos, somos una pareja tan atractiva —. Rory te derribó en el sofá y te salpicó la cara con besos mientras te reías de su engreimiento.
No pensaste que seguiría mencionando el tema después de eso. Fue tan inflexible con este video sexual, que sugirió que filmaras uno en casi cada comida, hasta que finalmente cediste y lo miraste mientras levantaba el puño en el aire en señal de victoria.
No te importaba que te vieran en una película, aunque fuera mientras compartías un momento íntimo con tu pareja. La videocámara de Rory estaba tan anticuada que no creías que alguien pudiera distinguir tu cara si estaba filmada con ella. La resolución era tan mala que cualquier vídeo que intentaba grabar siempre salía pixeleado.
Tu conformidad te llevó a maquillarte en el remolque del lugar donde la película que Rory interpretaría se situaba.
Él estaba en el set, filmando su próxima serie de televisión, cuando sugirió que era el momento adecuado para hacerlo. La naturaleza espontánea de tu inminente video sexual casi lo hizo más emocionante.
Cuando terminaste de maquillarte, te echaste un vistazo frente al espejo, escudriñando tu reflejo en busca de fallas en tu trabajo.
Tus ojos se dirigieron a la cámara de cine de Rory, colocada en la mesa detrás de ti. Te preguntaste si, a pesar de toda la emoción, realmente querías seguir adelante. Él siempre podría filmarlo, y si no te sentías cómoda, podrías conservarlo para tu propio placer visual, si eso es lo que finalmente decidiste. Tener opciones alivió tu ansiedad y, justo a tiempo, Rory abrió la puerta de tu remolque.
— Bueno, si es mi pequeña estrella de porno —. Ronroneó, volviéndose inmediatamente hacia la cámara y abriendo la pantalla.
— ¿Cómo te fue? —. Preguntaste, mirándote de nuevo al espejo y arreglando una tira de tu lencería. Rory pensó que si usabas encaje rojo complementaría el color de su cabello.
