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ACTUALIZACIÓN 4/4

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ACTUALIZACIÓN 4/4

—Claro, la reunión fue genial. Por cierto, eso que dijiste estuvo muy cool, Kraven, me asombras. Siempre lo haces genial —dijo Rael con una sonrisa mientras estaban en la oficina del moreno.

Estaba con su juego del Pou.

Para Kraven era algo normal escucharlo y verlo jugar, sin embargo, la mayoría de las veces, lo único que hacía era obligarlo a comer oyendo como el Pou le decía que "no".

—Por cierto, necesito que revises estos papeles de aquí.

—Claro, déjamelos ahí y los llevo a mi oficina luego.

Se concentró en sus asuntos, sin embargo, tenía muchas cosas en su mente. Le dio una breve mirada a su amigo que estaba ahí jugando y ya viéndose como una persona bastante estúpida incapaz de hacer cualquier cosa. No le cabía en la cabeza que alguien como Rael, le quisiera provocar problemas con Saemi sabiendo que era importante para él.

Cerró sus ojos unos segundos pensando en que luego en la noche se iba a encontrar con Kristen en la casa. Saemi quería que hable con ella y solo aceptó sin mayor demora. Eran las diez de la mañana recién y sintió ganas de que el día transcurriera rápido.

Guardó algunos papeles en una carpeta cuando su teléfono comenzó a vibrar. Vio el nombre y no tardó en contestar, pues era uno de los directores de los orfanatos que siempre estaba ayudando. Miró a Rael que solo estaba ahí jugando restándole importancia a todos sus deberes laborales igual que siempre.

—Hola, señor Kraven, me alegra mucho escuchar su voz y más después de todo lo ocurrido con su accidente.

—También me alegra escucharlo, director, dígame, ¿en qué puedo ayudarlo? ¿Cómo van las cosas por allá? Le pido perdón por llevar algunos meses sin pasarme por ahí, pero, últimamente, he tenido muchos asuntos que resolver. Le prometo que a fin de mes me pasaré por Jardín azul —habló con amabilidad notando que Rael alzaba la mirada al oír el nombre.

Aprovechó de señalarle los papeles para que se fuera de la oficina, sin embargo, él se mantuvo ahí.

—Usted siempre tan bueno. En realidad, no se que haríamos sin usted, pero yo lo llamaba por otro asunto. Usted siempre me dice que, si se olvida de darnos el dinero de todos los años, entonces que le recuerde.

—Por supuesto —dijo Kraven alegre —. Yo siempre digo eso. En ocasiones se me olvida, pero esta vez no.

—¿A qué se refiere con que esta vez no?

Kraven se puso de pie para acercarse un poco a la ventana, pues era mejor hablar por teléfono viendo el paisaje.

—Me refiero a que envíe el dinero. Lo hice el mes pasado el primero del mes.

—Señor Kraven, a nosotros no nos ha llegado ningún dinero jamás.

El moreno pestañeó un par de veces.

DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora