DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©

35.

Con una pequeña
dedicación. Gracias
por el apoyo que le
das a la historia💋🍓.

ACTUALIZACIÓN 3/4

El Omega se mantuvo ahí. Dio pasos para poder ayudarla, luego vio a los hombres acercarse y como uno de ellos tomaba a Kristen para colocarle algo en la boca.

Su instinto le decía que debía correr. Su instinto le hizo saber que no podía quedarse ahí. Su instinto le hizo saber que, debía escapar ahí o nunca.

Retrocedió un paso y giró sobre sus pies para solo comenzar a correr.

Se sintió igual que aquella vez huyendo de todo el desastre que había sucedido con su familia. Por un segundo, no vio la casa de Kraven, sino que la calle. No se detuvo y, como no había una puerta trasera, se apresuró a abrir una ventana. Y no tenía idea de lo que había alrededor porque nunca salía de la casa, sin embargo, los últimos días, se había dado cuenta de la existencia de un bosque de eucaliptos. Y todo estaba oscuro, pero le dio igual.

Comenzó a correr oyendo como lo estaban siguiendo y no se frenó. Movió sus brazos y piernas a la misma vez viendo solo un poco por la luz de la luna. El ruido de los hombres que lo iban siguiendo retumbó en sus oídos. Su respiración se aceleró de inmediato, mas no se detuvo.

Sus piernas no dejaron de correr sin saber muy bien si iba a llegar a algún lugar o no, pero intentándolo de todas maneras.

Esquivó algunos árboles y miró sobre sus hombros oyéndolos cada vez más cerca y, de cierta manera, se sintió aliviado de ser bueno corriendo. Pudo notar que eran tres y siguió avanzando. Al llegar a una pequeña bajada, la oscuridad no le permitió bien verla y cayó rodando. Estaba mojado y lleno de hojas, por ende, eso le hizo que el dolor fuera menos. Vio que los tipos se detenían y se puso de pie para seguir avanzando, mientras los otros comenzaban a bajar.

No quiso mirar atrás de nuevo, su garganta seca y sus piernas casi acalambradas le fueron quitando velocidad.

Loa fue sintiendo cada vez más cerca y pudo notar que ya no podía seguir corriendo. Se tropezó cayendo al suelo de nuevo y alguien lo tomó del brazo. Se movió tomando un palo que sintió con su mano para golpear la cabeza de uno y patear el rostro de otro. Alguien tiró de su cabello y forcejeó lanzando patadas para todos lados. Pudo oír el ruido de su ropa rasgarse.

Hasta que un paño húmedo fue dejado en su boca.

Rael no fue por él. Se mantuvo ahí mirando por la ventana y soltó una sonrisa esperando que sus hombres lo traigan. Luego, avanzó por la casa para llegar a la sala donde estaba Kristen tirada en el suelo.

—¿Qué hacemos con ella, señor?

—Está drogada, pueden hacer lo que quieran, pero nada de penetración, yo tengo que ser el primero —habló subiendo las escaleras.