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ACTUALIZACIÓN 3/3

Kraven caminó por la oficina.

Ya era hora de salida, así que tenía todo listo. Como solían hacerlo, el fin de semana siempre salían a comer. Saemi lo esperaba en casa y él lo pasaba a buscar.

Le alegraba el poder disfrutar después de tanto. Sabía que ambos se merecían felicidad, cosas buenas, momentos lindos y especiales. Iban a ir al casino, pues Saemi siempre quería ir y nunca encontraba el tiempo para poder llevarlo. Soltó un suspiro y se apoyó en la pared del ascensor unos segundos. Estaba cansado.

Eran días agotadores en ocasiones.

Al subirse al auto, su chófer comenzó a manejar sin detenerse en ningún lado. Iba a cambiarse de ropa, colocarse algo más cómodo y simplemente salir. Fue leyendo los mensajes de Saemi y saber que estaba emocionado por ir, le daba alegría. Estaba dispuesto a hacer y darle todo lo que quisiera.

No tardó en bajarse al llegar.

Quiso hacer todo rápido, no porque se fuera a llenar de gente, sino porque no quería llegar tarde. Había cerrado uno de los casino, para así poder mostrarle todo a Saemi en paz y que viera todo lo que quisiera. Su comodidad era lo principal y, a pesar de que el embarazo no tenía complicación alguna, quería que estuviera tranquilo y sin tanto ajetreo.

Saludó a Sofía y subió las escaleras. Aún estaba su letrero en la puerta, así que nadie entraba. Lo vio salir del baño y sonrió sin poder evitarlo. Su pancita se notaba muchísimo más y, como ya comenzaba a llegar la primavera, entonces iba usando ropa más fresca.

Llevaba una de sus poleras que, al ser más grande, lo cubría bien.

—Hola, estrellita, ¿estás listo? —preguntó, besando su frente. No dudo en acariciar su pancita también.

—Sí, ya estoy listo.

—Bien, dame cinco minutos que me cambio de ropa y vamos.

Saemi asintió. Se sentó en la cama esperando. Estaba ansioso por ir y, como era debido, se aseguro el que llevaba su lista, pues era una de las cosas que quería tachar. Al sacarle de su bolsillo y desdoblarla, le alegró ver que muchas cosas estaban tachadas.

El número uno, dos, tres, seis, siete, ocho, nueve, catorce, quince, diecisiete, dieciocho, diecinueve y veinte ya estaban cumplidos. Cada vez le iban faltando menos para poder cumplirla toda e iba a tachar un número más. La volvió a guardar junto a un lápiz y Kraven salió del baño. Al tener todo listo, ambos salieron de la casa.

Kraven fue manejando en un nuevo auto que tenía. Siempre lo hacía con cuidado, pues la seguridad de Saemi era primero. Sabía que no solo se trataba de uno, sino que de tres.

Deseaba cuidar lo que nunca imaginó que iba a tener y más ahora al saber que serían una niña y un niño.

Aún no pensaban muy bien en los nombres. Pensaban que era muy pronto para hacerlo aún, pues recién iban seis meses. Saemi quería pensar en eso cuando solo faltara un mes, al igual que irle comprando las ropas. Aunque Kraven en eso no se podía controlar. Cualquier cosa dulce que veía de bebé, lo compraba porque todas le parecían irresistibles.

Conforme fueron avanzando, se fueron topando con un poco de congestión vehicular y, al mirar al lado, vio a Saemi durmiendo. Solía dormir más, así que se encargó de echar hacía atrás el asiento con cuidado para así dejarlo cómodo y que pudiera dormir lo que faltaba de trayecto.

Lo admiró por varios segundos sin poder evitarlo. Su cabello estaba más largo y había subido un poco de peso, sin embargo; para él seguía siendo dulce y hermoso. A veces lo despertaba con sus antojos de comer pera o helado, aunque a Kraven eso no le molestaba. Le daba igual si eran las dos, tres o cuatro de la madrugada, siempre se levantaba para darle lo que quería.

DEUDA MORTAL [OMEGAVERSE] ©Where stories live. Discover now