Fue un solo segundo, pero el brillo en los ojos del esqueleto, fue como un rayo que atravesó toda la niebla.
La niebla pudo sentir por primera vez un miedo indescriptible, antes de empezar replegarse a toda su velocidad, alejándose lo mas pronto del pabellón, así como de aquel esqueleto.
Incluso si aun seguía de noche, la niebla parecía que no volvería a mostrarse nunca mas por estos lugares, fue un miedo que le hizo temer en cada fibra de su ser.
Después de aquel brillo, el esqueleto en el trono se volvió polvo.
La espada de madera en el pecho de Tai Mu cayo hacia un lado, y el libro que tenia ahora en sus manos brillo con una luz blanca cuando el esqueleto desapareció, lo cual hizo que unas pequeñas hebras de Qi del esqueleto se manifestaron en este lugar.
Estas pequeñas hebras de Qi serian insignificantes para cualquier cultivador, pero para Adrián quien estaba en su lecho de muerte, estas pequeñas hebras de Qi sanaron parcialmente su herida en el pecho antes de desaparecer.
Así pasaron varios días, fue a la semana fue cuando Adrián pudo despertar.
"Yo...Buagh...sigo vivo" – Dijo Adrián, mientras sentía un dolor insoportable en el pecho, cuando miro su herida, pudo ver que estaba un poco curada, pensó que eso fue por causa del viento.
Aunque su cuerpo le dolía hasta la muerte, estaba feliz cuando miraba el libro en sus manos.
Aun estaba bastante débil, pero una sonrisa se formo en su rostro, había logrado algo impensable.
Este fue su primer paso, para poder destruirlos.
Aunque seguía débil, sabia que quedarse en este lugar era peligroso.
Por lo cual, con ayuda de la espada de madera, empezó a caminar de regreso a su guarida, aunque no sabia que había pasado con la niebla siempre estaba atento a cualquier cambio en el ambiente.
Mientras regresaba lentamente, también noto algo raro a sus alrededores, algunos cuervos habían muerto, pero solo habían estado a medio comer. Era como si, quien los estuviera comiendo hubiera escapado por su vida.
Al ver tal regalo cerca de su guarida, Adrián recogió alguno de sus cuerpos, antes de llevárselos.
Una vez dentro de su guarida, aunque era oscura, aun había un pequeño rastro de luz, parecía que la niebla se había adentrado en este lugar, pero al no encontrarlo se marchó.
Adrián empezó a comer, mientras se recostaba, ahora tenia un poco de provisiones, por lo cual podía tratar de recuperarse lentamente.
Así paso mas de medio mes. Adrián ya estaba casi al cien por ciento recuperado, además, que había bastantes cuerpos de los cuervos a medio comer en las cercanías, por lo cual no tenia que buscar demasiado para alimentarse.
También noto que la niebla no volvía a aparecer por alguna extraña razón.
Pero también noto que gracias a que la niebla había desaparecido, las bestias salvajes estaban entrando a la ciudad.
Adrián no dejo de ser precavido en todos los sentidos. Su arma principal era su daga, la espada de madera aun no sabia como usarla, por lo cual solo podía ser un objeto para un uso futuro.
Además, en este tiempo, Adrián también le dio unas miradas al libro que tenía consigo.
"Técnica de cultivo Miríada de montañas" – Hablo Adrián, al ver las letras doradas en la primera hoja del texto.
"Desde la antigüedad, los cielos y la tierra se unían por un punto en común, las montañas eran el medio que uno podía sentir a ambos medios convergiendo en uno solo, las montañas representan más que un punto de unión, representan los caminos distintos que uno debe tomar en la vida, solo siendo verdaderos preceptores podremos escoger el camino correcto" – fueron algunas palabras de introducción a la técnica de cultivo.
Adrián siguió leyendo el libro, el cual le explicaba y enseñaba, el conocimiento sobre el cielo y la tierra, y como esta influía en la propia persona. El Qi que existe, y como esta puede moverse a través del cuerpo de uno a través de las venas espirituales, mejorando la carne y los huesos.
Una vez que el cultivo empieza, se deberán abrir diez aperturas, dos en los brazos, dos en las piernas, cinco en conjunto con el tronco y el abdomen, y por último uno en la cabeza.
Cada apertura completada, significara un avance significativo en el cultivo.
Cada apertura le permitiría moldear su cuerpo y hacerlo mas fuerte, además de poder dominar la técnica, "Montaña aplastante" – Esta técnica permitía que la persona desate una presión en base a su fuerza. Podía usarse para atacar y repeler, pero cada vez que se usaba el cuerpo sufriría una gran cantidad de cansancio, a menos que uno tuviera un cuerpo refinado, no podía usarlo todo el rato.
"La condensación del Qi" – Mientras mas leía Adrián, empezó a entender el primer reino de cultivo de los cultivadores.
Aunque por el libro supo que este nivel estaba muy alejado de lo que realmente se llamaban cultivadores.
Cada apertura escrita y formada en su cuerpo, al final tendría el contorno de una montaña, además, de que por cada abertura el cuerpo se fortalecería, se haría un 10% más fuerte
Pero aparte de estar feliz, Adrián entendió que esto sería un gran esfuerzo para si mismo. Cada apertura debía ser alimentada con grandes cantidades de Qi, el cual el cielo y la tierra proporcionaban, pero ese proceso serio muy lento, si quería ser más rápido había otra forma.
"Debo absorber el Qi de los demás" – En el libro le explicaba, que cada ser vivo tenia bastante Qi en su interior, ese sería el método más eficiente, aunque también le hablaban de piedras espirituales, así como píldoras, Adrián no entendía a que se refería
Mientras ponía el libro a un lado.
Adrián cogió la espada de madera, las venas espirituales no podían ser cortadas por objetos comunes, además, de que debía también tener suerte que la persona tuviera tales venas, si no, se estaría lastimando en vano, quizás antes los discípulos de las grandes sectas ya sabían si podían cultivar o no, pero Adrián no lo sabía. Solo podía tener suerte.
Había varias imágenes de como poder abrir una apertura, naturalmente, esto era hecha por el maestro a su discípulo, una vez que la abertura estuviera abierta, el maestro enviaría una pequeña ráfaga de Qi para que esta se mantuviera abierta.
"La primera apertura, la primera vena espiritual está en la mitad de los huesos radio y cubito, no puedo mantenerlo abierto, solo puedo tratar de absorber lo más rápido que pueda" – Se dijo así mismo, al mismo tiempo que mordía un poco de ropa, para no gritar demasiado.
Lo que estaba a punto de hacer era una locura para cualquiera que lo viera.
Pero hace mucho tiempo que Adrián no actuaba demasiado normal. Miro los cadáveres de los cuervos, si había Qi en cualquier ser vivo, esto sería su momento de averiguar, que era el Qi.
Levanto con su mano la espada de madera, mientras copiaba a las imágenes en el libro.
Con un pequeño zigzagueo, bajo la espada rápidamente hacia su antebrazo.
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UN ETERNO FINAL
SpiritualUn final para los moribundos, un final para los reyes, un final para los soberanos, un final para la humanidad, un final para la paz. Todo se enfrenta, inevitablemente, a su fin. Solo el tiempo tiene el poder de preservar lo que ha sido y lo que ser...