I

532 54 15
                                    

Nayeon se removió incómoda en su cama al sentir los rayos de sol impactando directo sobre su cara, trato de darle la espalda a su enorme ventana, poner una almohada sobre su rostro y hasta esconderse debajo de sus sábanas, pero fue en vano, tenía ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nayeon se removió incómoda en su cama al sentir los rayos de sol impactando directo sobre su cara, trato de darle la espalda a su enorme ventana, poner una almohada sobre su rostro y hasta esconderse debajo de sus sábanas, pero fue en vano, tenía el sueño tan ligero que el simple brillo que sentía detrás de sus párpados la obligó a salir de la cama tan temprano un sábado cuando era de los pocos días en los que podía descansar.

Se sentó en su cama y vio todas sus sábanas revueltas contrastando a la impecable y bien organizada habitación que tenía, a regañadientes camino hacia su baño reprochándose por no haber puesto las cortinas la noche anterior.

Los sábados normalmente tenía las mañanas libres y en las noches siempre tenía uno que otro compromiso, cenas con socios o fiestas de gala en las que muchas veces se aburría, pero estaba en la obligación de asistir por educación.

Su padre había muerto varios años antes y ella había heredado el banco que su padre junto a su abuelo habían fundado con sacrificios y esfuerzos, habían comenzado como un pequeño banco local de ahorros para los que vivían a sus alrededores, sin embargo, fue creciendo poco a poco y ella se vio en la obligación de tomar las riendas del lugar, desde que Hyunbin y el gran amor de su vida la habían abandonado, no tenía más escapatoria que su trabajo, había pasado horas encerrada en su oficina planeando como hacer crecer el banco, había pasado otras más resolviendo conflictos internos en el y tratando de extenderlo y después de mucho había conseguido lograr cada una de sus metas, no solo era la dueña y presidenta de uno de los bancos más rentables de Estados Unidos también había sido nombrada como una de las empresarias jóvenes más exitosas del momento, para ella todo marchaba a la perfección en su vida laboral, sin embargo, muchas veces sentía que le faltaba algo, eso que hace mucho tiempo lo había tenido y por malas decisiones que había tomado se había ido.

Cuando salió de ducharse se colocó unos shorts de correr y una simple camiseta, había decidido quedarse todo el día en casa mirando películas mientras comía lo que encontrara u ordenaría algo si su hambre era mayor, la verdad no era gran fan de la cocina, de lunes a viernes almorzaba en la oficina y los fines de semana comía algo rápido que encontrará en su refrigeradora o en los anaqueles los que Amelia, la señora que iba dos veces a la semana a encargarse de la casa, abasteciera con comida.

Cuando llegó decidió desayunar unos cereales con leche mientras veía un documental de círculos en los cultivos en Discovery Channel sintió como el teléfono de su casa sonaba y de mala gana fue a contestar sin tener más opción.

—Señorita Im, siento molestar, pero un hombre la está buscando —dijo el portero apenas contestó.

—¿Quién es? —preguntó desconcertada tratando de recordar si había hecho una cita ese día, pero por más que intentaba más se daba cuenta de que no era así.

—Dice que se llama Byun Baekhyun y necesita hablar con usted de un tema legal —respondió su portero.

—Está bien, déjalo pasar.                                                                                            

No me rendiré || 2YeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora