XXVIII

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—¡ES JINSOL! —gritó Jeongyeon reconociéndola desde el auto— Nayeon, para

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—¡ES JINSOL! —gritó Jeongyeon reconociéndola desde el auto— Nayeon, para.

La chica estacionó el auto como pudo por todo el alboroto que había fuera del banco, como pudieron se abrieron camino entre las personas que miraban lo que sucedía.

—Señora, no puede pasar —Las paró un policía que custodiaba el lugar.

A ambas poco o nada les importó lo que el policía dijo y se colaron rápidamente en la escena, parándose junto al policía principal que apuntaba al hombre y a Jinsol abrazada a su pierna.

—¡JINSOL! —gritó Jeongyeon tan fuerte que muchos se voltearon a verla.

—¡Señora, por favor retírese! —le gritó el policía.

—Es nuestra hija —Intervino la chica rápidamente poniendo su expresión dura que siempre usaba para hacer respetar lo que decía.

—¡MAMI! —gritó la pequeña interrumpiendo lo que parecía una discusión.

Jeongyeon iba a caminar hacia ellos pero el policía la paró de golpe alzando la voz.

—No puede acercarse.

—¡MAMÁ! —Volvió a gritar la pequeña desesperada, aún aferrada a Changjoon quien miraba a ambas mujeres sin saber qué hacer.

—¿Por qué apunta al hombre? —preguntó Nayeon confundida.

—Porque él estaba con la niña —explicó— Debió secuestrarla.

—No, está cometiendo una equivocación —dijo rápidamente la rubia aterrada por la situación— Él trata de entregarla a nosotras, por favor bajen sus armas.

El policía miró al hombre durante varios segundos, no se veía como alguien malo, pero él sabía que no podía juzgar por las apariencias, sin poder debatir más pidió a todos bajar las armas y Changjoon suspiró aliviado.

Nayeon y Jeongyeon corrieron hacia Jinsol quien aún abrazada a Changjoon las esperaba.

—Jinsol, mi amor ¿estás bien? —Lloró la rubia tomándola en sus brazos y abrazándola contra su pecho.

—Sí, mami —respondió entregándose al abrazo.

Nayeon se unió rápidamente a ellas, abrazando a ambas con mucha desesperación, al fin su pequeña había aparecido, Jinsol sonrió al verlas juntas y dio un beso a cada una para luego voltearse a Changjoon.

—Mamá, este es mi abuelo —dijo tomándolo de la mano— Y quiero que ahora sea nuestra familia también —Changjoon sintió vergüenza y sonrió nerviosamente ante la perpleja rubia y la asombrada Nayeon.

—Yo… hola —saludó Jeongyeon— Muchas gracias por traer a Jinsol con nosotras —agradeció sinceramente incorporándose a su altura.

—No es nada —habló el hombre mirando a la niña— Ella es maravillosa, las felicito —Ambas mujeres sonrieron ante el cumplido— Ahora que ya la traje debo irme.

No me rendiré || 2YeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora