XVIII

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Las festividades estaban cerca, habían pasado meses desde el cumpleaños de Jinsol y ya solo faltaban un par de días para Navidad

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Las festividades estaban cerca, habían pasado meses desde el cumpleaños de Jinsol y ya solo faltaban un par de días para Navidad. Ya se sentía aquel alegre y pintoresco ambiente por todo el lugar, ambiente que ya había contagiado a ambas al punto de que Nayeon cedió a comprar un par de cuernos de venado y una nariz roja para disfrazar su auto que ahora recorría las calles de la ciudad como si fuera uno de los renos de Santa.

Nayeon y Jinsol también habían comprado un árbol de Navidad hace varios días después de visitar a Jeongyeon y lo decoraron juntas con ayuda de kookue el perro que Seah le había dado a su nieta por su cumpleaños y que ahora por fin tenía un nombre. También compraron un pequeño árbol de Navidad sintético que iba perfecto para la habitación de hospital de Jeongyeon, la niña solo tuvo que hacer un pequeño puchero y mover sus pestañas para que las enfermeras le permitieran colocar el artículo sin una autorización.

Ahora ambas se encontraban entrando a la oficina del doctor, al fin Jinsol no tendría que usar más su yeso y estaba más que feliz de que se lo quitaran, bañarse y hacer todo lo habitual que se había vuelto muy complicado.

—Buenas tardes, Jinsol ¿Emocionada porque al fin te sacaré el yeso? —preguntó el doctor apenas la vio entrar a su consultorio.

—¡Sí! —gritó feliz corriendo a sentarse frente al doctor— Al fin podré bañarme bien.

—Pues sólo déjame ir por un par de cosas que voy a necesitar y vuelvo —dijo sonriente el hombre poniéndose de pie— Señora Im, por favor tome asiento —le dijo educado.

La chica hizo caso a lo dicho y tomó asiento junto a Jinsol quien no podía ocultar lo feliz que estaba en aquel momento, el doctor llegó un momento después con una pequeña sierra de mano de forma circular en la punta, los ojos de ambas se abrieron en par al ver la máquina.

—¿Eso es seguro? —preguntó la chica preocupada.

—Casi al cien por ciento, solo Jinsol no puede hacer ningún movimiento mientras esté llevando a cabo el corte —La pequeña asintió con la cabeza entendiendo lo que debía hacer.

—Bueno, entonces comencemos.

El doctor enchufó su máquina a la corriente y arrastró su silla junto a Jinsol para luego tomar el yeso en una de sus manos y encender la máquina con la otra.

—Espere —lo paró Nayeon— ¿No va a pasar nada malo, cierto?

—En lo absoluto —dijo riendo— Ahora voy a comenzar —dijo encendiendo la máquina nuevamente y acercándola al duro material.

—Espere —volvió a pararlo Nayeon preocupada— ¿No hay otra manera de removerlo?

—Pues podría dejarlo remojar en agua durante un largo periodo hasta que este se vuelva aguado y luego podemos halarlo, sin embargo, siempre aquello termina en un desastre.

No me rendiré || 2YeonWhere stories live. Discover now