XXIV

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—Jinsol, sonríe —Le pidió la pequeña pelinegra quien estaba junto a ella tomándole la mano

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—Jinsol, sonríe —Le pidió la pequeña pelinegra quien estaba junto a ella tomándole la mano. La niña suspiró y recostó su cabeza en el hombro de su mejor amiga.   

—No puedo —contestó— Estoy triste.   

—¿Por qué?   

—Mami Jeongyeon y mamá Nayeon ya no se quieren —dijo bajito— Además ya no puedo quedarme mucho con mamá Nayeon, el otro día solo estuve tres días con ella y ahora no puedo llamarla y tengo que esperar otra semana más antes de verla.   

—¿Tu mamá Jeongyeon está enojada con ella?   

—Yo creo que sí —asintió— No quiero estar lejos de mami Nayeon, después va a dejar de quererme y no voy a ser su hija.

—La señora Nayeon no va a dejarte de querer —dijo rápidamente— Es difícil dejar de quererte, Jinsol, si yo no te viera en muchos muchos miles de años igual te seguiría queriendo —Las pequeñas mejillas de la niña se tiñeron de rojo.   

—Yo también te quiero, Jiwoo —La pelinegra sonrió y asintió— Quisiera que mis mamás estén juntas como las tuyas.   

—Mis mamás también se enojan, a veces mami Chaeyoung duerme conmigo y no le habla a mamá Mina, pero luego ella le lleva flores y se disculpa y se le pasa y se besan.   

—¿Tus mamás se besan en los labios también? —preguntó.   

—Sí —asintió— Creo que las personas que se quieren mucho lo hacen y luego son novias para estar juntas para siempre.   

Jinsol asintió aceptando aquella explicación.   

—¿Crees que deba besarte? —preguntó Jiwoo con el gesto pensativo— Yo quiero que estés en mi vida para siempre.

—Yo también quiero que estés en mi vida para siempre, Jiwoo.   

La pelinegra soltó la mano de la niña para colocarse frente a ella.   

—Tienes que cerrar los ojos —pidió Jiwoo.

—¿Por qué?   

—No lo sé —levantó los hombros— Así lo hacen los adultos.   

—Bien —dijo asintiendo con la cabeza y cerrando los ojos.

Jiwoo se acercó a ella y presionó sus labios sobre los de Jinsol por solo unos segundos para luego separarse.

—¿Sentiste algo? —preguntó Jiwoo.   

—No —respondió Jinsol frunciendo el ceño.

—No entiendo porque los adultos hacen esto —la pelinegra le tendió la mano a Jinsol para que está la tomará— Mejor vamos a clases, ya está por acabar el receso.   

   

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No me rendiré || 2YeonWhere stories live. Discover now