Capítulo 15

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-¡Me cago en la puta! ¡Yo no puedo con este hombre!

Lolito se rio llevando el pedido hacia una de las mesas mientras Rubius miraba mal a Juan por el grito que había pegado. Varios clientes miraban a su dirección, muchos de ellos sorprendidos por las palabras del chico y otros divertidos por la escena

-Baja la voz, a este paso seremos el principal espectáculo de los clientes

-Es que eres bobisimo tío

-Comparto opinión con Juan- el de lentes se dedicó a ordenar las cosas tras el mostrador

-Yo no puedo con él, encárgate tu Mangel

Juan tomo el otro pedido que había preparado Rubius caminando hacia otra de las mesas. Mangel se dedicó a seguir ordenando los vasos y especias en silencio, mientras Rubius tamborileaba con sus dedos en el mostrador.

Debido a que era día de semana el café estaba tranquilo a media tarde, tanto que incluso le había dado libre a Fargan porque según el chico tenía una cita con un lindo pelinegro que había conocido de casualidad en el supermercado. Según él, fue amor a primer choque de carritos luego de gritos e insultos de la otra parte por cruzarse en su camino.

-Puedes parar de hacer eso

-¿Porque Juan se enoja tanto?

-Porque lo que dices es estúpido- Mangel apiló los vasos antes de ponerlos en donde iban

-¿Renunciar a mis sentimientos es estúpido?

-¿Te escuchas cuando hablas?- Rubius suspiro en respuesta apoyando su codo en la superficie y dejando su cabeza en su mano- No es solo dejar de lado tus sentimientos, es literalmente suponer algo que ni si quiera has hecho

-No es necesario, ya se la respuesta

-No, crees que la sabes, pero si no le dices la verdad a Samuel nunca sabrás lo que de verdad siente por ti- dejo varios sobrecitos de azúcar en el cajón- A veces las personas no mostramos lo que de verdad sentimos por miedo a ser rechazados

-Es que no es solo el hecho de ser rechazado ya que me ve como un amigo, es también el perder su amistad

-Excusas- Mangel hablo en un tono cantarín mientras separaba las cucharas y sorbetes

-También está el tema de que no le gustan los otakus, y el que yo sea uno no ayuda mucho

-Si no le gustarán los otakus no te soportaría a ti

-Lo hace porque soy su amigo- la campanita sonó indicando un nuevo cliente, Rubius se posicionó en la caja para tomar la orden

-No creo que soporte a alguien que es algo que no le agrada simplemente porque es su amigo- el de lentes levanto la mirada gruñendo por lo bajo- Genial

Rubius frunció el ceño antes de voltear a ver la cliente que había hecho reaccionar así a su pacífico amigo. Frank estaba frente a él con una sonrisa que se la contagio a Rubius

-Hola ¿quieres lo de siempre?

-Sí, pero auméntale unas de esas galletas con forma rara

-Se llaman shuriken- Mangel le hablo de manera fría- ¿Porque vienes a un café otaku si ni si quiera sabes que es un shuriken?

-¡Mangel!

-Porque tiene los mejores postres, está claro- su mirada fue hacia Rubius poniéndolo nervioso- Por cierto, lo siento que me meta...

-No deberías- el castaño le lanzó una mala mirada a su mejor amigo

-Como decía, lo siento que me meta, pero creo que ese tal Samuel no es el indicado si te hace sufrir tanto

||Maldito y sensual otaku|| 💮Where stories live. Discover now