my sexy roommate | JJK

meddle about

Yo no soy nada más que eso...su compañera de cuarto.
Eso hirió un poco mi pensamiento de que podríamos ser algo pero tiene razón, tampoco me interesa ser nada de él.

Supongo que la chica que estaba cuando yo llegué era su novia y con la que está hablando ahora.
De todas maneras no me importa, obtuve lo que quería y ya tengo que preocuparme por mis cosas porque el y yo no somos más que lo que somos.

Le di dos toques a la puerta hasta que escuché un "pasa" por parte del masculino. Ingresé sin prestarle atención, recogí mi ropa y me fui sin decir nada.

— ¿Estás enojada? — se acercó a mi y me tomó del brazo — Lo siento, tal vez pensaste que tú y yo podríamos intentar algo pero solo dejé que cumplas tu deseo — me safé de su agarre y caminé hasta mi habitación ignorándolo.

Más egocéntrico imposible el joven Jeon.

No quería oírlo. Me dejó bastante claro que solo me usó para poder acabar con la calentura que le había dejado su novia, y que nosotros no podemos ni vamos a estar involucrados sentimentalmente.

Tampoco quiero ser la segunda en esta historia así que trataré de olvidarme de él de alguna manera.

~ al otro día ~

— El maldito me usó para tener sexo y así me dejó — protesté con molestia — No puedo creer que caí como una tonta ante el — suspiré y rodeé mis ojos.

— Tranquila Eun, si tú dices que cuando estaban haciéndolo te dio a entender que también tenía ganas... — alzó sus hombros — Quiere decir que pronto volverá a ti — argumentó Jennie.

— No lo creo, es muy egoísta y orgulloso como para volver a mi — hablé mientras preparaba el café — Pedido número 23! — grité y una chica se acercó a la barra.

La rubia tenía una sonrisa de oreja a oreja, y un cabello muy bonito. Su rostro se me hacía conocido pero no lograba descifrar quién era.

— Tu nombre por favor — le regalé una leve sonrisa y la miré atentamente.

— Sana... — respondió y escribí su nombre en el vaso de café — Disculpa, te conozco? — preguntó mirándome confundida.

— Mm, no lo sé — solté una risa — Tal vez te confundiste de persona... — le entregué su pedido y tomé el dinero — Muchas gracias, ten un lindo día... — esta entrecerró sus ojos y se fue.

Aún no podía recordar de dónde se me hacía conocida pero tampoco le di importancia, no tenía humor para pensar en eso.

De lejos observé como la femenina salió del lugar acompañada de un hombre; estuvieron besándose por un largo rato, se dieron un abrazo y luego ambos tomaron diferentes caminos.

— Eunha, vuelve a trabajar — ordenó sacándome de mis pensamientos — Tenemos muchos pedidos — habló mi hermano, a lo que continué con lo mío.

[...]

[...]

— Hasta que llegas Jungkook — reproché sentándome en el asiento de acompañante — La próxima no te preocupes por mi — miré a otro lado.

— La primera vez que quiero hacer algo de caridad, me lo cuestionas — dijo con sarcasmo — Perdóname, estaba con mi... — se quedó en silencio.

— Si si, con tu novia — bufé algo celosa — ¿Cómo se llama tu novia? Tal vez la conozco — lo miré y este alzó una ceja.

— Se llama Sana... — respondió a lo que yo me sorprendí — ¿para qué quieres saber? — cuestionó confuso.

¿La novia era la misma que estaba hoy en la cafetería? ¿Por eso se me hacía conocida?
Espera... Ella se besó con ese chico y no era Jungkook,  ¿Qué mierda hago? ¿Le cuento?

— ¿S-sana dijiste? — volví a preguntar y este asintió — Oh, creo que no la conozco — mentí y reí nerviosa.

¿Su novia lo estaba engañando tal vez y no iba a hacer nada? No. Quizás estoy confundiendo las cosas. Tampoco me incumbe entrometerme.

— ¿Y tú estás en algo? — sonrió y me miró — Algún día podemos cenar juntos si tienes pareja o algún pretendiente — dijo entre risas.

— Si, estoy saliendo con un chico — volví a mentir, mierda — Pero todavía nos estamos conociendo.

— Ya veo... es muy afortunado de haberte conocido — susurró pero lo escuché justo.

— ¿Qué? — dije entre risas — ¿A qué te refieres con eso? — alcé una ceja confundida y sorprendida.

— D-digo que eres muy buena persona y de seguro está feliz de haberte encontrado — sus mejillas se sonrojaron levemente.

Este hombre me confunde y asusta cada día.

[...]

El corto viaje hasta casa fue algo incómodo, pero quería que nos desenvolviéramos un poco más. Necesitaba conocerlo más a fondo y saber porque dijo eso.

— ¿Quieres que cenemos juntos? Puedo preparar rápido la cena para los dos — pregunté mientras entrábamos al apartamento.

— Claro, solo que quiero una cosa — se detuvo y me miró conteniendo la risa — Quiero que seas mi postre...

Jajaj ¿Qué?...