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Jaehyun siente unas constantes palpitaciones en su cabeza que no dejan de molestarlo. Su cerebro intenta enviarle advertencias, letras en un rojo vivo, cuando aquellos ojos castaños lo miran fijamente entre la poca visibilidad de la habitación, pero todo el alcohol que ha consumido y que se encuentra dominando su sistema no lo deja entender con claridad la situación ni mucho menos actuar con respecto a ella.

Todo parece suceder tan lento.

El pequeño cuerpo femenino se acerca a él, gateando sobre el suelo hasta posicionarse en medio de sus piernas, los ágiles dedos caen sobre sus estómago y desprenden uno por uno los botones de su camisa con poca paciencia para empujarla rápidamente fuera de sus hombros una vez termina. No tiene la delicadeza de sus movimientos.

Una de las manos de la desconocida suben y acarician los cortos cabellos de su nuca, provocándole un escalofríos extraño, antes de ejercer presión y obligarlo a inclinar su rostro hacia abajo mientras ella estira un poco su cuello y captura aquellos labios que la han tentado desde un comienzo en un beso hambriento. No tiene su sabor.

La chica gime gustosa al sentir una mordida poco amigable que la obliga a romper el contacto entre sus bocas, se aproxima nuevamente con la idea de retomarlo, pero Jaehyun gira su rostro hacia un lado y sus labios tocan la mejilla ajena. Sonríe, le gusta el juego. Pasa su boca húmeda por el costado de su rostro, deteniéndose hasta llegar a su oreja.

—Minji —Musita con tono sensual, aparentemente será su nombre. Los besos bajan por la extensión de su cuello, él aprieta sus ojos con fuerza. No tiene su voz—. Sólo ese nombre debes recordar esta noche.

Minji, como dijo llamarse la chica, continúa paseando sus delgados labios por su cuerpo, el labial rojizo que los adorna marca a su antojo la piel morena de su pecho completamente expuesto, trazando un descuidado camino que se detiene en sus caderas. Ella levanta apenas el rostro, cruzando sus ojos con los de Myung y sonriendo maliciosamente en un anticipo de lo que vendrá. No tiene ese brillo en sus ojos.

Jaehyun menea lentamente su cabeza de un lado a otro. Su garganta arde por decir algo, pero aunque abra la boca nada sale de ella, lo hace sentirse tan estúpido. Algo anda mal, los dedos le pican y los aprieta entre las sábanas.

La pelinegra desabrocha fácilmente la hebilla de su cinturón, encargándose de desprender el botón y bajar el cierre de su pantalón. Ésta se muestra sorprendida cuando se encuentra con apenas una semi erección por parte del chico, su trabajo tuvo que ser suficiente para que el pene de Jaehyun estuviera totalmente erecto.

Indignada por el poco deseo que el chico demuestra tener por ella, introduce su mano dentro del bóxer azul marino y masajea la cálida hombría. Jaehyun gime ante el frío tacto, su cuerpo reacciona contradictoriamente. No es él.

Un curioso sonido se escucha en la habitación, y segundos después, la casi penumbra que rodeaba a los jóvenes se ve iluminada cuando una persona se encarga de encender las luces del lugar. La chica se acerca más a él debido al susto que le provoca mientras él se cubre los ojos con su mano ante la repentina luminosidad.

Una nueva punzada ataca su cabeza, más fuerte que antes.

Jaehyun se gira bruscamente, su ceño se frunce profundamente a causa de la poca tolerancia que posee en el momento, quiere ver de quién se trata y exclamarle aún más enojado que qué hacía, pero tanto las palabras como el enojo se mueren en lo más profundo de su estómago y se reemplazan por la estupefacción cuando distingue que aquella persona que los (la) interrumpió es su pareja.

Taesan los observa bajo el umbral de la puerta, el tono de su delicada piel siendo más pálido de lo normal, mientras cubre su boca con una de sus manos y sus preciosos ojos acarbonados se recubren de un manto acuoso.

Entonces, la bruma del alcohol y demás parece desvanecerse cuando sus miradas se conectan. Myung aparta rápidamente la suya, sintiéndose poco merecedor de que esas orbes se posen en él, mira hacia abajo, donde la chica de la que ha olvidado su nombre se esconde entre sus piernas. ¿Qué demonios se supone que estaba haciendo?

El letargo en su cuerpo lo fastidia, empuja débilmente a la chica y niega.

—Tae, no es lo que parece —Es lo primero que sale de su boca, su voz más ronca lo delata y es incapaz de mirarlo. El pelinegro simplemente lo ignora y abandona la habitación.

Jaehyun se pone rápidamente de pie, acomoda como puede su pantalón y recoge su camisa de la cama para luego salir igualmente del lugar, cerrándolo con un puertazo. Tiene que ir detrás de su chico.

—¡Taesan, espera! —Pide mientras intenta colocarse su camisa, el aludido no le hace caso.

El pasillo del segundo piso se ve sorpresivamente atiborrado de personas, muchas de ellas buscando una habitación libre o un rincón oscuro donde meterse mano, y lo vuelve todo mucho más difícil.

—¡Sólo escúchame! —Grita entre los murmullos y la ensordecedora música que acapara la casa—. ¡Taesan!

Jaehyun se apresura en caminar, chocando con las personas y recibiendo varios insultos en su paso. Su garganta se esfuerza por sobreponer su voz sobre los demás sonidos mientras baja torpemente por las escaleras, sus pies se enredan y tiene que sostenerse de la baranda.

—¡Escúchame, Tae! ¡Puedo explicártelo! —Repite. Unos pasos más y logra sujetar la mano del menor, obligándolo a detenerse.

Taesan se voltea, sus mejillas rojas brillan bajo las luces a causa de las lágrimas que las manchan. Es la segunda vez que lo ve llorar, y saber que él es el culpable lo hace sentirse aún peor.

—¡¿Cómo puedes explicar eso?! ¡Dímelo! —Espeta molesto, sacudiendo su brazo con fuerza—. ¡Lo que vi es lo que es, Jaehyun!

Jaehyun se da cuenta de que no puede darle una respuesta, su cerebro no puede formular una explicación a todo eso, las sustancias en su sistema no lo dejan razonar con coherencia. Sencillamente, no puede hacerlo.

—No lo hagas, Sanie. Por favor, no —Murmura, el agarre que mantiene sobre la mano de su novio se vuelve débil, el chico aprovecha y se libera del contacto.

Taesan esboza una sonrisa rota—. Adiós, Jaehyun —Y se aleja de él, perdiéndose luego entre las múltiples personas que colman la sala.

Jaehyun siente su estómago revolverse violentamente, se apoya contra la pared y, entonces, vomita sobre el tapete que adorna la parte baja de las escaleras.

Mensajes de voz ━━ DDINGDONGZ.Where stories live. Discover now