beau

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La puerta del departamento se abre nuevamente recién por la tarde, la figura del moreno se asoma a través del umbral mientras llega al hogar arrastrando sus pies después de un exhaustivo entrenamiento junto al equipo de fútbol universitario del cual forma parte.

Cambia sus zapatillas deportivas por algo más cómodo, dejándolas a un costado del recibidor antes de caminar perezosamente hacia la pequeña sala de estar. Deja su bolso deportivo sobre la mesita ratona y luego se sienta en el suelo, su cuerpo está lo suficientemente transpirando como para manchar el sofá y prefiere evitarse algún tipo de altercado con su compañero por haberlo ensuciado.

Está agotado, las piernas le cosquillean insistentemente. Desde hace unos cuantos días que venía ausentándose a los entrenamientos, pero decidió que lo más sensato que puede hacer es retomarlo, manteniendo así sus horas tan ocupadas como le sea posible y evitar comerse tanto la cabeza. Aunque las cosas parecieran no funcionar como él pensaba porque su cabeza divaga en medio de sus clases, de sus horas de estudios y de sus actividades extracurriculares, la elección de rellenar su día de ocupaciones no puede distraerlo de su gran preocupación por Taesan, del arrepentimiento que lo carcome y de la soledad que se asienta en su pecho.

El silencio en el lugar trae consigo los recuerdos de aquella noche, tan claros y lastimeros como si hubiesen ocurrido apenas hace unas horas. La ausencia de todo aquello que anhela lo agobia.

Estira su brazo derecho, yéndose hacia adelante para alcanzar uno de los pequeños bolsillos de su bolso y sacar de allí su teléfono. Enciende la pantalla del aparato al tenerlo entre manos, la decepción se refleja en sus irritados ojos cuando no halla lo que tanto desea en la barra de notificaciones, pero igualmente responde el mensaje que su compañero de piso y amigo le envió hace un par de minutos atrás, siendo esto lo más interesante.

Liu :

¡Hyung!

Se me olvidó avisarte antes, pero hoy no llegaré al departamento. Nos veremos mañana, linda noche. ^^

Jaehyun:

Está bien. Cuídate.

Su respuesta queda más seria de lo que realmente espera, pero sabe que a Riwoo no le molestó cuando le manda un sticker sonriente con un pulgar arriba.

Jaehyun espera unos minutos más, mirando directamente la pantalla. Es extraño no recibir un mensaje de su novio, cuando éste solía preguntarle qué tal le había ido en su práctica o recomendarle que no se sobreexigiera tanto, porque nunca podía ir a verlo debido a que sus horarios chocaban y sinceramente él prefería que fuese así y no estar interrumpiendo en los estudios de su chico, además de que tenerlo mirándolo desde las gradas muchas veces le podía nervioso.

La piedra en su pecho se agranda y sus ojos pican, pero intenta no desanimarse. Con algo en mente, llama al número secundaria de Han.

Hola, soy Han Taesan. En este momento no puedo responderte, pero déjame tu mensaje después del tono.

Beep.

—Hoy retomé mis entrenamientos, no he ido desde lo que pasó, pero fue bueno hacerlo —Apoya la palma de su mano libre sobre el suelo, cargando el peso de su torso hacia esa dirección—. Cuando venía para casa vi a unos chicos jugando fútbol en las canchas del club y me acordé de la vez en la que nos conocimos. ¿Lo recuerdas, Tae?

El pelinegro cae de bruces al verdoso terreno cuando un chico del equipo rival realiza un ofensivo movimiento para robarse la pelota que él venía dominando desde mitad de cancha. La pinta de árbitro que consiguieron a último momento lo hace pasar libremente.

Mensajes de voz ━━ DDINGDONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora