rire

151 28 12
                                    

Días más tarde de haber enviado el mensaje de voz, la respuesta no ha llegado.

Jaehyun no sabe qué más hacer. Esa sensación de vacío que apareció en su pecho duele aún más por cada día que pasa, los números digitales del reloj se mueven tortuosamente lentos, ocasionando días que parecen no tener fin mientras permanece preocupado sin saber algo de Taesan.

Sus amigos más cercanos, quienes exigieron saber lo que pasaba con él cuando vieron su deplorable estado, le aconsejaron sabiamente que no se diera por vencido, que tuviera el valor y, si era necesario, ellos le darían la fuerza para que siguiera insistiendo por un tiempo más. Pero que tenía que estar sinceramente arrepentido, porque sino, lo único que haría sería lastimar nuevamente al menor.

Claro que está arrepentido de sus acciones, de todo lo que causó, por cada milisegundo que pasa. Han Taesan es la persona más valiosa que tiene en su vida, dejando de lado a sus padres, y está dispuesto a hacer todo lo que esté en sus manos para que él le de otra oportunidad.

Jaehyun suspira pausadamente, revisando una vez más su celular en el anhelo de algo que difícilmente pareciera querer llegar. Ese horrible malestar se extiende por su pecho al hallarse con lo mismo, sus ojos lagrimean.

¿Acaso perdió a Taesan? Su labio inferior tiembla de solamente pensarlo, de sólo pensar que esa posibilidad pudiese ser real y de que tendría que aprender a vivir una vida en donde no estuviera la simétrica sonrisa del pelinegro que lo acompaña con cada buenos días, su excéntrica risa que reluce por pequeñeces, sus brillantes ojitos que lo miran con tanto cariño y sus suaves labios que tanto adora. ¿Qué dominios iba a hacer sin nada de ello?

Lo ama tanto, como nunca creyó poder, y es por eso que no piensa renunciar tan fácilmente.

Con desición, marca de nueva cuenta el número.

Hola, soy Han Taesan. En este momento no puedo responderte, pero déjame tu mensaje después del tono.

Beep.

—No sé si hayas escuchado el mensaje anterior, tampoco sé si vas a responderme, pero prefiero creer que sí lo harás —Su voz empieza a decaer, evidenciando su estado —. L-Lo siento mucho, Tae...

Los siguientes minutos se mantienen en silencio, Myung se toma un breve momento para ordenar cuidadosamente sus siguientes palabras. Suspira por lo bajo, armándose de valor.

—¿Recuerdas la primera vez que te vi? —Pregunta—. Te lo conté casi un año después, pero... ¿recuerdas lo que te dije?

—Dios, la profesora de matemática es infumable —Woonhak comienza a quejarse, llevando su cabeza hacia atrás mientras rezonga—. Estoy tan cansado que lo primero que haré al llegar a casa será dormir.

Jaehyun ríe, negando con diversión.

Ambos amigos caminan tranquilamente por la vereda del parque rumbo a sus hogares luego de haber terminado sus clases diarias en la escuela hace apenas unos minutos atrás y, a decir verdad, están suficientemente agotados mentalmente.

—Eso seguro —Concuerda el mayor.

Woonhak vuelve a hablar, posiblemente quejándose de lo aburrida que son las clases de matemáticas y del poco esfuerzo que su profesora designada parece aportar en sus enseñanzas, pero Jaehyun pierde el hilo de las palabras de su castaño amigo en cuanto una llamativa risa se cuela por sus tímpanos. Es un sonido peculiar, que suena melodioso y se expresa con sincera alegría, cargando una naturaleza que invita a seguirla.

Recorre velozmente su mirada por lo que puede ver del parque, intentando encontrar a la persona dueña de tan entusiasmada risa.

Entonces, a unos pocos metros de él, se topa con la imagen de un precioso chico de tes pálida y cabello negro junto a los árboles sicomoros, sosteniendo en sus manos una cámara que apunta a un par de chicos risueños que lo acompañan. Por el uniforme de todos ellos nota que provienen de una escuela diferente.

Y él chico no tendría porqué llamar su atención, luciendo como el típico promedio coreano, pero el sonido de su risa y las expresiones que la acompañan, que vagamente puede distinguir, son sencillamente encantadoras.

Su estómago burbujea. El sentimiento que lo embarga es desconocido, pero se permite abrir la mente y no cuestionarse por ello, más adelante podría hacerlo.

Sonríe embobado.

—Tierra llamando a Jaehyun —Una mano se agita frente a su rostro, obligándolo a disipar sus pensamientos. Dirige su mirada a Kim, quien se muestra curioso—. ¿Todo bien?

Jaehyun lleva su mirada hacia atrás nuevamente, sólo por unos cortos segundos, antes de devolverla al castaño junto a él y asentir sonriente.

—Más que bien.

—Me dijiste que el amor a primera vista no existe —Continúa—. Yo también pensaba así, pero en ese momento me enamoré. Tu risa fue lo primero que me enamoró, Taesan.

Mensajes de voz ━━ DDINGDONGZ.Where stories live. Discover now