échapper

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Una mano se apreta ligeramente sobre su hombro, su amigo se inclina hacia él y pregunta con voz baja:

—¿Estás bien, hyung?

Jaehyun aparta la mirada de sus dedos que delinean el borde de su celular sobre la mesa y la levanta en dirección al castaño rojizo. Woonhak lo mira con ojos angustiados mientras espera una respuesta, la conversación en la mesa se vuelve unos tonos más baja tan pronto la pregunta sale de la boca del chico, casi es silenciosa. Sus amigos lo están escuchando atento, los ve de reojo.

—Estoy bien, sólo que... —Sonríe levemente, un pequeño resoplido escapa de su boca para aligerar el ambiente mientras frota su nuca —. Estoy un poco cansado, últimamente he estado muy ocupado con la uni.

Los chicos fácilmente confían en sus palabras, por lo que retoman con normalidad su charla, pero el menor de ellos parece dudar y dice que no tiene la obligación de permanecer ahí si no lo desea. Él simplemente niega antes de prestar su atención al anécdota que uno de los chicos cuenta sobre una escena patética que tuvo en el metro con una chica sólo para que Woonhak aparte la mirada de él. Cuando lo consigue, sus oídos dejan de escuchar y se mantiene ajeno a la conversación mientras juega con su teléfono, entrando y saliendo consecutivamente de las aplicaciones con una mueca de desinterés.

Para ser sincero, él no quiere estar ahí. Se siente agobiando entre los tantos sonidos que produce el lugar de comida china, pero sus amigos insistieron, diciéndole que debía salir un rato para despejarse y olvidarse por un momento de... de todo lo que lo hace lucir tan desgastado, y él no tuvo más que aceptar, un poco hastiado. Porque olvidarse es una palabra a la que ha estado aferrándose sin éxito.

Jaehyun intentó poner de su parte para que todo saliera bien, para encajar en las conversaciones y aportar como siempre lo hacía, de verdad que lo hizo, pero la pesadez en su corazón no lo deja sonreír como antes o reír con ganas a las bromas absurdas. Lo hace sentir miserable.

Su pulgar se desplaza por la pantalla táctil, de aparato, desganado, y por error termina pulsando el ícono de la aplicación que más ha estado evitando durante todo este tiempo: galería. Las imágenes cargan rápidamente, su corazón se agita, la mayoría de ellas son de Taesan. Inconscientemente continúa admirando; el chico era alguien bastante fotogénico, siempre teniendo una foto suya para mandársela, escenarios de su día a día, expresiones cómicas, detalles de su anatomía, momentos que tuvieron juntos.

Encuentra una fotografía que lo hace sonreír; es una selfie de hace unos años, cuando ellos habían decidido fugarse de una salida grupal de los chicos del club. Desde aquella vez en la que se conocieron en el club, se habían encontrado varias veces más, él había buscado excusas para hablarle en ocasiones, y prontamente conformaron una buena amistad debido a sus gustos tan parecidos, fue un poco rápido, pero ellos se sintieron cómodos con el otro y bien acompañados. En el día de la fotografía, ellos habían sido invitados a una juntada del equipo del club, aunque Taesan no formaba parte del mismo, fue invitado por mano de Jay, quien resultó ser su hermanastro.

—Necesito tomar un poco de aire —Dice, retirando su silla para poder levantarse de la mesa y caminar hacia afuera del local. Apreta su teléfono mientras sus amigos lo miran curiosos sin decir nada.

Estando afuera, toma aire con fuerza y realiza una llamada.

Hola, soy Han Taesan. En este momento no puedo responderte, pero déjame tu mensaje después del tono.

Beep.

—Encontré unas fotos de nuestra primera cita en mi celular. Recuerdo que fue un poco desorganizado, lo siento por eso —Sonríe apenado—. ¿Tú la recuerdas?

Mensajes de voz ━━ DDINGDONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora