🏈Capítulo 13🏈

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Un beso con ansias

Travis

—¿Qué pasaba cuando te enfermabas? —Kylie suspiró a mi lado.

—Tina me compraba los medicamentos con su sueldo, mi tía me decía que se me pasaría y que no fuera tan dramática. Una vez, duré toda la noche con la fiebre muy alta, no comía nada, hasta me desmayé. Tina quiso llevarme al doctor, pero mi tía se lo prohibió —respondió, mirando el delgado colchón en el que estamos sentados.

—Pero que maldita —ella sonrió de lado.

Es hermosa, joder.

—Lo peor era que yo me culpaba a mi, justificaba los daños que ella, su esposo e hija me hacían. Tina era la única buena conmigo —su voz se apagó un poco.

—¿Dónde está ella? —inquirí, confuso.

—Un año antes de que cumpliera dieciocho, mi tía la echó. Tina me había dado su número para cuando fuera mayor de edad la buscara, también me había dejado dinero. Me dijo que lo escondiera, que me serviría cuando saliera de aquí. Ella me ayudó con la beca antes de irse, hizo todo lo posible para que yo fuera aceptada —tragué grueso —. El papelito con su número, Mae me lo rompió. Menos mal supe guardar el dinero que Tina me había dado, lo malo, es que cuando cumplí dieciocho..., no pude encontrarla.

—¿Dónde vive ella? —lo pensó.

—Tenía una hija pequeña, su esposo había muerto cuando la bebe nació. Tina me dijo que vivía en San Diego, en el papelito que ella me dio, se encontraba su número y su dirección. Lamentablemente, Mae me lo rompió —carraspeó.

—¿Quisieras verla? —ladeó la cabeza y me miró, ambos fuimos consciente que nuestros rostros quedaron muy juntos. Kylie asintió con lentitud.

—Claro. Quiero darles las gracias por todo lo que hizo por mi, abrazarla y sentir esa linda sensación cuando ella me abrazaba por las noches cuando tenía pesadillas de la muerte de mis padres —sonreí de lado.

—Podemos buscarla —frunció el ceño.

—Travis, solo sé que vive en San Diego —aclaró.

—Si, pero por lo menos tenemos una pista, ¿no? —no dijo nada por unos segundos.

Negó entonces.

—No, Travis. No quiero molestarte, no sé por qué te conté sobre esto...

—¿Crees qué se lo contaré a todo el campus? —cuestioné, dolido.

¿En serio cree que soy tan mala persona que contaré todo lo que me dijo esta noche? Kylie no me conoce para nada, tampoco soy un hijo de puta que no le importa los sentimientos de otras personas.

Ella suspiró.

—No lo sé. A nadie le he contado esto, Travis. Me da miedo..., de que le cuentes a alguien... —negué varias veces.

—Tu secreto está guardado conmigo, Enana —aseguré con suavidad. Se me quedó mirando unos segundos, indecisa.

Bueno, la entiendo. Es horrible cuando le cuentas a una persona algo muy privado de ti, y que lo primero que haga sea contarlo. Así que, entiendo a Kylie. No me conoce, solo esa parte de mi que se dice por todo el campus.

—Trataré de confiar en ti, Travis —parpadeé varias veces al escucharla —. Solo espero que todo lo que te dije, no salga de este sótano. ¿De acuerdo? —asentí.

—Gracias por confiar en mi, Kylie —se encogió de hombros.

—Espero no arrepentirme —solté una pequeña risa.

Fingiendo por tres meses Kde žijí příběhy. Začni objevovat