El Rey de Valaquia

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Althea como prometió tomó el primer barco a Edirne, no sin antes haberse despedido de los reyes, de Chacón, Carrillo, Cardenas y la corte inglesa.
Quien odiaba ver a la chica partir, pero que la acompañó hasta el último Segundo de su viaje, ambos habían salido de Valladolid hasta Málaga, el soldado volvería de regreso al ver a la Emperatriz en el barco.
-No tenias que acompañarme a tan larga distancia.
-Lo sé, pero me preocupa tu seguridad-ya habían llegado al puerto, pronto sería la hora de partir.
Ella bajó del caballo, Carlos la acompañó hasta el barco, ella miró el barco "Es mi boleto de salida" pensó, y luego su mirada se dirigió al príncipe, quien ya la miraba.
-¿Te pasa algo?
-Te voy a extrañar...sé que no...no quieres esto...pero te prometo que...si no estás de acuerdo con esto, lo cancelaremos...-ella lo abrazó, tomándolo algo desprevenido, pero luego él puso sus brazos alrededor de su cintura.
-Nos vamos a volver a ver, y sobre esto...lo pensaré...te lo prometo...
-¿En cuánto tiempo volverás?
-Podrían ser un par de meses, aún no lo sé. Y ya que estamos siendo sinceros, yo igual te voy a extrañar.
-Dudo que eso sea posible, Althea.
Ella simplemente rio.
-Althea...-susurró su nombre, la chica lo abrazó una última vez, para luego ir al barco, Carlos no despegó la mirada de ella, y ella de él, tenía una gran sonrisa, se despedía de él con gran entusiasmo, el príncipe solo abandonó el puerto cuando perdió de vista el barco en el horizonte.
Maldiciéndose a si mismo por no tener un último beso de la Emperatriz.

Dos semanas.
Dos semanas habían sido en las que sus amigos no habían obtenido respuesta de Althea por las cartas que le habían mandado.
Eso los preocupaba, ¿y si le había pasado algo? ¿Y si...? Alexandra trato de calmar a los dos hombres, diciéndoles que no valía la pena preocuparse antes de tiempo.
-Hay alguien que quiere verlos-dijo Ali Bey, entrando al establo donde los tres amigos estaban sentados, Vald y Aslan afilando sus espadas y Alexandra practicando un poco de mágica, que dejó en el modem neto que escuchó abrir la puerta.
-¿Quién?-preguntó Aslan.
-Pasa querida-Ali Bey se hizo a un lado, dando paso a la chica pelinegra, que había ocupado los pensamientos de los dos hombres las últimas semanas.
-¡Al!-Vlad se paró y fue a su encuentro enseguida, abrazándola y elevándola por los aires, haciéndola girar. Luego Aslan, quien abrazó fuertemente a la chica.
-¿Por qué no nos dijiste que venías?
-Quería que fuera una sorpresa-sonrió, los dos amigos la abrazaron y Ali Bey salió con una sonrisa.

Los chicos le presentaron a Alexandra y cabe decir que al cabo de solo 10 minutos, Althea ya se había conseguido una nueva mejor amiga.
-Es bueno tener a otra chica en el grupo, estos dos ya me tenían cansada-Alexandra río ante su comentario.
-Te entiendo perfectamente-los dos hombres las miraron con cara de ofensa, pero luego empezaron a reír a carcajadas.

Pronto el Sultán Murad los convocó a todos a una audiencia, los cuatro amigos se toparon con Mehmed, el heredero del Sultán, que era el enemigo declarado de Vlad y Aslan.
-Hola Shezhezade-saludó Elly.
-Elly Hatun, me alegra tu regreso.
-A mí me alegra estar de vuelta-sonrió, Mehmed le dio una sonrisa y se colocó junto a su padre.
-No entiendo porque eres amable con él, después de lo que nos hizo pasar-le dijo Vlad.
-No vale la pena vivir con rencores-sonrió su amiga-ahora vamos, la audiencia está por comenzar.
-Presiento que va a ser muy interesante-dijo Alexandra.
-Igual yo-sonrió la chica.
La Corte estaba en completo silencio esperando a que el Sultán comenzara su discurso.
-Como saben, los Húngaros han puesto en el trono de Valaquia a un traidor, y necesitamos afianzar los lazos con Valaquia para tener un aliado más en caso de guerra...así que ha llegado el momento-Althea miró de reojo a Vlad, quien estaba a su lado, tenía una mirada expectante-Vlad...es hora de que tomes tu lugar como legítimo rey de Valaquia.
-¿Está hablando en serio? ¿Podré volver a casa?
-Sí, podrás volver a casa-Vlad tenia una gran sonrisa en su rostro, sus amigos igual.
-¿Y Radu igual?
-Sí-Lo siguiente que pasó nadie se lo esperaba, Vlad estaba abrazando al Sultán y este no se opuso, se sintió bien.
Cómo darle un abrazo a un hijo.
-Gracias, muchas gracias.
Ambos se separaron.
-¡Partimos mañana hacia Valaquia!
La audiencia se disipó luego de eso, debían de prepararse. Sus amigos se le acercaron.
-Al fin voy a volver a casa...-dijo sin poder creerlo.
-Y no lo harás solo, estaremos a tu lado-dijo Aslan.
-Se los agradezco a todos, sobretodo a ti Althea, sin tu luz no hubiera logrado sobrellevar mi vida en la Corte.
-Me alegra que puedas volver a casa Vlad-le sonrió, pero por dentro estaba triste, ¿volvería a verlo? ¿Olvidaría sus promesas? Vlad al ver la cara de su amiga, tomó su mano, y la apretó suavemente, en señal de que estaba ahí.
-Podríamos hacer algo, es la última noche de Vlad aquí-dijo Alexandra-podemos celebrar.
-¡Hagámoslo!-dijo Aslan-estaba pensando en que...-aquella pareja se alejó de sus otros amigos, olvidándose por completo de ellos, planificando la noche.
-Vamos al jardín-dijo Althea, Vlad no opuso resistencia y se dejó arrastrar pos la chica por el jardín, por los senderos que recorrían cuando eran más jóvenes.
Hasta acabar frente al lago.
La mirada de Althea estaba fija en el horizonte, pensativa, Vlad no era tonto y sabía que algo andaba mal con su amiga.
-Dime que tienes.
-¿Qué?-su amiga lo miró como si acabara de salir de un trance.
-Dime que tienes, sé que te pasa algo.
-No pasa nada...
-Me estás mintiendo-ella aparto la mirada-Al, mírame-hizo que lo mirará y vio que en sus ojos había tristeza-¿qué pasa?
-Es que...estoy feliz de que vuelvas a tu hogar...de que vayas a ser un gran y Justo gobernante como lo hablamos tantas veces...en serio que estoy muy feliz por ti...
-¿Pero...?
-¡Que No quiero estar lejos de ti, no quiero que te vayas lejos, no sabiendo que quizás no te volveré a ver, que quizás vayas a buscar a alguien más con quien cumplir aquellos sueños de los que hablamos cuando éramos más jóvenes! Me duele...
-Al...te prometo con cada parte de mi corazón que no hay poder humano que me haga olvidarte, jamás, la única con la que siempre he querido reinar...eres tú...encontraré la manera de que estemos juntos...lo prometo...

Quito una lágrima del rostro de la chica y luego junto sus labios en un Dulce beso

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Quito una lágrima del rostro de la chica y luego junto sus labios en un Dulce beso.

Por la noche, los cuatro amigos se juntaron para hacer un picnic cerca del lago, riendo y contando historias, mirando las estrellas, sin desear que la noche se acabara, porque partirían de la Corte muy pronto.
-Aunque no lo crean-dijo Vlad-voy a extrañar este lugar.
-Nosotros te vamos a extrañar a ti amigo, no va a ser lo mismo sin ti-dijo Aslan.
-Gracias, pero estoy seguro de que nos veremos pronto y tú harás una gran carrera militar, ya la estás haciendo, el Sultán te está dando más tareas en el ejército.
-Es cierto...¿y tú Alexandra que vas a hacer?
-Quiero abrir una escuela, allá en casa, donde los niños y niñas puedan aprender a leer y escribir, su escuela me ha inspirado. ¿Tú Althea?
-Yo...-sus amigos la mistaban-No lo sé...volveré por un tiempo al Bizancio...pero quiero conocer el mundo, ver más lugares, mientras pueda...
-Seguro lo harás-dijo Aslan, dándole ánimos.
-Eso espero...-sonrío.
El resto de la noche siguió así, con los cuarto amigos contando sus sueños e ilusiones para el futuro que se les aproximaba.

A la mañana siguiente, el ejército del Sultán partió, Alexandra y Althea iban con ellos, en un carruaje, a pesar de los intentos de Mehmed de disuadirlas de ir.
-Va a ser muy sangriento-les dijo.
-Nada que no haya visto antes, Mehmed-Althea sonrió antes de ir al carruaje.
Enfrente de ella estaba Alexandra, quien la miraba con una cara llena de preguntas.
-¿A qué te refieres con lo que dijiste?
-¿Qué?
-¿"Nada que no hayas visto antes"?
-Oh...bueno...es complicado.
-Tenemos todo el viaje para que me cuentes.
Althea suspiró.
Iba a ser un largo viaje.


Al poco tiempo de llegar, los soldados ya habían tomando la fortaleza, había sido una tarea sencilla, Aslan y Vlad se preocuparon por sus amigas, ya que nos las veían por ningún lado.
Pero pronto Vlad vio a Elly en una esquina del patio principal, con espada en mano, atravesando a un húngaro con ella.
Se sorprendió.
No tenia idea de que su amiga supiera usar la espada.
-Llévense a los otros-dijo a los soldados, ellos con una reverencia acataron sus órdenes.
-¿Estás bien?-pregunto Vlad dirigiéndose a ella.
-Sí, nada que no haya podido manejar.
-No sabía que podías manejar la espada.
-Uno de mis muchos talentos-le sonrió-¿estás listo para ver tu nuevo hogar?
-Se siente raro volver después de mucho tiempo.
-Lo entiendo-ella tomó su mano-y no te dejare solo.
-Gracias Al.
Ambos entraron de las manos en el castillo, estaba cubierto de finos tapices, preciosos ventanales, un alto techo, del cual colgaba un candelabro que iluminaba lo que era la sala del trono.
-Bienvenido a casa-sonrió Althea, Vlad le sonrió y se contuvo de darle un beso frente a todos.
-Gracias.
El Sultán entró, así como el resto del ejército, miró a Vlad con una sonrisa.
-¡He aquí el Rey de Valaquia!-grito y todo el mundo estalló en aplausos, Aslan y Alexandra miraban con orgullo a Vlad, quien tenía su mirada en Althea, quien lo miraba con una sonrisa mientras aplaudía a su lado.
Era hora de comenzar las festividades.
Valaquia estaba de fiesta.
Tenían un nuevo Rey.
Uno que prometía ser bueno y Justo.
Tenían una coronación que preparar.

Espadas de Dioses y Reyes (versión alternada)Where stories live. Discover now