Un juramento bajo las estrellas

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Capítulo dedicado a EruditaNocturna

-Así que van a casarse-dijo Aslan sonriendo.
-Sí-sonrió Althea.
-Pues podemos celebrar su compromiso aquí y ahora, ¿qué dicen?-dijo Alexandra.
Vlad y Althea se miraron, ambos sonrieron y asintieron.
-¿Qué tenemos que hacer?-preguntó la chica.
-Seguiremos los antiguos rituales de Valaquia, Vlad te enseñará, y te prepara, mientras tanto nosotros nos iremos para hacer nuestros propios preparativos-dijo Alexandra, se fue junto con su amigo pelirrojo y los dos novios se quedaron solos.
-Tú dime que hacer.
-Bueno-sonrió Vlad-para esto necesitamos un rio, un bosque y cielo, todo está aquí. Sígueme-Guió a Althea a un río, había hermosa cascada.
-Es precioso-Vlad sonrió, mirándola a ella.
-Vaya que lo es-luego aclaró su garganta-Los futuros esposos se meten ahí, se bañan juntos y se ayudan a lavar sus penas, significa un nuevo comienzo de una vida juntos, también se trenzan el pelo el uno al otro.
Althea sonrió.
-Eso suena hermoso, ¿qué esperamos?-la chica entusiasmada se quitó la ropa y zapatos hasta quedar en camisón, Vlad solo se quitó la camisa y armadura, se dejó caer el pelo suelto.

Tomó un cuenco y empezó a mojar el cuerpo de Althea con él, embelesado con lo que veían sus ojos, no podía creer que aquella chica pronto sería suya, que pronto podría llamarla "su esposa", que vería aquella sonrisa todas las mañanas al despertar y la confortaría cuando se sintiera triste, jamás la dejaría sola y que tendrían toda una vida juntos por delante.

Elly sentía las manos de Vlad sobre su cuerpo y el agua que caía, haciendo que su camisón fuera transparente, pero no le importaba, sentía que todas las penas y precauciones de los últimos meses se esfumaban al sentir al agua y las manos del hombre al que por to llenaría esposo.
Ella se volteó para mirarlo y sin poder contenerse lo beso, a lo que él correspondió, luego se separaron y ella tomó el cuenco.
Lo lleno de agua y empezó a hacer lo mismo, sintiendo el pecho y los fuertes brazos de Vlad, quien sentía que estaba en el paraíso.

-Es hora del siguiente ritual, trenzar el cabello, de esta forma el novio y la novia fortalecen sus lazos y depositan su confianza el uno en el otro.
-¿Me dejarás trenzar tu cabello?-preguntó Althea emocionada.
-Sí-sonrió Vlad-dejare que mi novia haga eso-ayudo a Althea a sentarse en una roca para que ella pudiera alcanzar a Vlad. La chica comenzó a trenzar una parte del pelo, sintiendo los negros rizos de Vlad por sus dedos, mientras agregaba algunas plantas. Las más hermosas y resistentes que pudiera encontrar. Acabo pronto y fue el turno de Vlad, la chica se dejó llevar, mientras que él trataba de ocultar su nerviosismo, era su primera vez haciéndolo, y quería que saliera perfecto, así que trato de tomar los delicados rizos de Al sin lastimarla, mientras que ella se dejaba llevar por la sensación y cerraba los ojos, sintiendo como las manos de Vlad recorrían y trenzaban su cabello mientras agregaba las flores más bellas.
-¿Esto es real?-preguntó Althea-es decir...¿en verdad está pasando?
Vlad sonrió.
-Sí Al, está pasando. Te juro que es real.
-Pensé...Dioses...te juro que pensé que esto era un sueño del que iba a despertar en cualquier Segundo.
-Yo te prometo que no es un sueño, esto está pasando y nadie nos va a detener, vamos a ser felices por el resto de nuestra vidas, te lo prometo.
-Te amo.
-Yo a ti.

Al acabar se quedó un momento mirándola, a la luz de la luna y con el río, Vlad pensó que Althea no podía verse más hermosa.
No era posible.
Ella le sonrió y salieron tomados de las manos, y luego de secarse y cambiarse volvieron con sus amigos, quienes habían hecho un arco con flores y habían iluminado algunas plantas con luciérnagas.
-Es increíble-dijo Althea.
-¿Cómo lo lograron?-pregunto Vlad.
-Digamos que hizo un poco de Magia-dijo Aslan-no sé cómo, pero ella hizo el arco.
-Las flores ya estaban creciendo, yo solo ayude-sonrió a sus amigos-pero Aslan hizo esto, él guió a las luciérnagas a las plantas para que dieran luz.
-No fue para tanto...-dijo penoso.
-Es estupendo-dijo Vlad.
-Ahora-dijo Alexandra-los futuros esposos comparten sus votos frente a su familia y amigos, bajo el cielo.
Althea y Vlad se colocaron bajo el arco, tomados de las manos, mirándose a los ojos y sonriendo.
-Althea, bajo este cielo y frente a nuestros amigos es un honor llamarte mi esposa, prometo dedicar cada minuto a tu felicidad, y Prometo siempre regresar a ti, por ti, porque no hay nadie más en este mundo tan brillante como el sol, tú eres lo que me motiva a seguir y aunque sé que las cosas no van a ser fáciles, prometo dedicarte cada minuto a tu felicidad y que jamás te faltará nada. Te amo, Althea, siempre lo hice y lo haré.
Ella ya estaba llorando, pero rápidamente se limpió las lágrimas y tomó aire.
Era su turno.
-Vlad, bajo este cielo y nuestros amigos, estoy feliz de poder llamarte mi esposo, prometo siempre esperarte, y sino cruzar todo el mundo con tal de estar a tu lado  y estar a tu lado en cada momento, sé que las cosas no serán fáciles, pero sé que juntos podemos enfrentar lo que sea. Prometo ser tu luz en la oscuridad y hacerte tan feliz como tú me haces. Te amo Vlad.
Ambos de besaron y luego se separaron al ver a sus amigos con lágrimas.
-No había llorado desde que tenía...Dios...tres años, es algo vergonzoso-dijo Alexandra limpiándose las lágrimas.
-A mí no me avergüenza, estoy muy feliz por ustedes-abrazó a sus amigos y Alexandra igual, mientras sus amigos estaban gustosos y se dejaban abrazar por sus amigos.

Siguieron paseando por los jardines hasta que los chicos decidieron escoltarlas a sus habitaciones, ya que mañana, Althea partiría al Bizancio de nuevo y debía estar descansada para el largo viaje que le esperaba. Vald debía prepararse para una nueva campaña y Aslan iría con él, en cuanto a Alexandra, Althea dijo que podría ir con ella, para dar clases en la escuelas de ahí, y la chica acepto.


A la mañana siguiente, los cuatro amigos iban riendo mientras se dirigían al salón del trono, pero un sirviente los detuvo y les dijo que había visitas. Ellos estaban muy confundidos, pero apresuraron el paso.

Al llegar a la sala del trono vieron a Mehmed, hablando con tres hombres, quienes estaban de espaldas.
-Está aquí-fue lo que dijo, dirigiendo su mirada a Althea, los tres hombres voltearon y Althea no podía creer lo que veían sus ojos...
Eran Enrique, Carrillo y Carlos...
-Me lleva a la...-empezó a maldecir, pero no logró terminar, ya que Enrique la interrumpió.
-Prima, me alegra veros, supe que os fuisteis del Bizancio con mucha prisa y que estabais aquí. Debemos discutir los detalles de vuestra boda.
-¡¿Boda?!-preguntaron los tres amigos sorprendidos.
-¿De qué rayos habla?-le preguntó Vlad, agresivamente.
-De su boda con el príncipe Carlos de Inglaterra, por supuesto-Vlad miró a Althea, ella tenía miedo en sus ojos.
-Me está obligando a casarme con él, le dije que sólo me casaría contigo, pero no escucho. Te lo juro.
-Te creo Al-le susurró-lo haré entender.
-Lo haremos entender-dijo Aslan, Alexandra le dio una mirada de determinación y apoyo a su amiga, y por primera vez, frente a Enrique ella no se sentía tan solo.
-¿Con quién tengo el placer de hablar?-dijo Enrique.
-Vlad Basarab Dracul, príncipe de Valaquia y...-tomó la mano de Althea-esposo de Althea, Emperatriz del Bizancio.

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Espadas de Dioses y Reyes (versión alternada)Where stories live. Discover now