Miray pronto aceptó todo lo que estaba viviendo y empezó a fingir sus emociones y manipularlas comenzando a aparentar siempre una sonrisa y ocultando el dolor y sufrimiento de su día a día.
Cumplió los 18, su compromiso con Aurelio era inevitable, comenzaron con la organización de la boda y a los cuatro meses se casaron. Esto al principio era una mala idea pero al final término siendo un alivio y una salvación.
Cuando Miray y Aurelio oficialmente empezaron a vivir juntos decidieron que lo primero era intentar formar una buena relación ya fuera de amistad o de pareja.
Y para demostrar cariño Aurelio le dijo a Miray que él pagaría los gastos de su carrera para que pudiera cumplir sus sueños y con este lindo gesto Miray comprendió que él no era una mala persona.
Miray admiraba mucho las cualidades de Aurelio, su forma de ser, su forma de tratarla, los poemas que le dedicaba y la forma tan bonita y delicada de hablar con ella, pero tenía miedo de que todo eso fuera falso.
