Un día por la mañana Miray se despertó temprano, preparó el desayuno, limpio toda la casa, espero a que Aurelio despertara y cuando al fin se despertó lo abrazo y le dijo que muchas gracias por todo lo que había hecho por ella.
Después Aurelio se tuvo que ir a una reunión de trabajo y mientras el no estaba Miray lloro, lloro y lloro, habló con ella misma sobre lo mucho que había sufrido, lo mucho que había mentido y lo mucho que anhelaba volver a ser feliz.
Después fue a su habitación y se encontró con unas pastillas para dormir, estaba a punto de tomarlas hasta que se dio cuenta que se estaba acercando la hora en que Aurelio llegaría.
Lo pensó y lo pensó, analizó la situación y derrepente escucho el carro de Aurelio así que no tuvo oportunidad de hacerse daño como cuando era niña.
(Durante su infancia solía cortar espinas y se hacía pequeñas cortadas en los brazos y cuando sus padres se enteraron empezó a hacerlas en las piernas pues así no se darían cuenta)
Aurelio llegó la abrazo y le dijo que la amaba mucho, que nunca se fuera de su lado y que no dejara que el pasado afectará la hermosa relación que tenían.
