DIECISIETE

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Tres semanas antes de la reunión de divorcio.

Frank regresó temprano a la escuela. Ya era la tercera semana que no lo castigaban, así que decidió regresar a casa y pasar tiempo en su habitación jugando videojuegos. Tay le había comprado una consola de juegos nueva después de aprobar su examen de matemáticas, que todos pensaban que iba a reprobar.

—¿Frank?— escuchó a su padre gritar su nombre tan pronto como cerró la puerta.

—Sí— respondió, quitándose los zapatos y dirigiéndose a la cocina.

—Llegaste temprano a casa— New se giró y escondió el sobre tan pronto como entró su hijo.

—Ustedes dos también— dijo Frank cuando encontró a sus padres sentados junto a la isla de la cocina —¿Terminaron de trabajar temprano?

—Sí, más o menos— respondió Tay, tosiendo mientras miraba a New, esperando que su marido le diera la señal de seguir. New estaba nervioso, pero extendió su mano y apretó la de Tay, asintiendo —Frank, ¿puedes venir y sentarte aquí por un momento?

—¿Por qué?, Quiero ir a mi habitación— se quejó Frank, agarrando una botella de agua fría mientras se giraba y ponía los ojos en blanco, pero cuando vio lo serios que parecían sus padres, se acercó nerviosamente a ellos —¿Qué pasa?

—Uh, queremos tu opinión sobre unas cosas— explicó Tay mientras sacaba uno de los sobres que les enviaron por correo esta mañana y lo deslizaba hacia Frank. Vieron cómo el adolescente miraba hacia abajo, abría el sobre y leía las cartas que contenía.

—Oh— susurró, mirando los papeles de adopción de un nuevo bebé —Cierto... Siempre dijeron que querían una niña— asintió, tratando de no mostrar demasiadas emociones. Siguió recordando las palabras de P'Off, animándolo a no explotar cada vez que se sentía triste, así que lo mantuvo oculto por una vez, manteniendo una sonrisa en su rostro —Felicidades chicos.

—Quiero decir, siempre podemos decir que no. Depende si quieres una hermana menor— señaló New —O esperaremos a un bebé si quieres un hermano menor.

—¿Qué?— Frank frunció el ceño, confundido ante la pregunta —Pensé que me enviarían de regreso a un hogar de acogida después de esto. Ese fue el trato, ¿verdad?

—Bueno, tu padre y yo no hacemos tratos muy a menudo— se rió Tay, sacando un segundo sobre que mantenían escondido —Quiero decir, es tu decisión, pero tienes veinticuatro horas para decidir— dijo.

—¿Para decidir sobre qué?

—Léelo— New le sonrió mientras Frank tomaba el segundo sobre, leyendo la carta de adopción, esta vez con su nombre.

—¿Están bromeando?— preguntó Frank, abriendo la boca en estado de shock mientras leía su nombre junto al de Tay y New una otra vez.

—No. Íbamos a adoptarte de todos modos, pero no sabíamos que nos elegirían tan pronto, así que ahora tenemos que apurarnos por si los servicios sociales te aceptan de nuevo— le explicó Tay, apoyando una mano en el hombro del chico —Entonces, te daremos algo de tiempo para decidir y...

—¡Sí!— gritó Frank antes de que Tay pudiera terminar la frase —Sí, claro, claro que quiero que me adopten— gritó como si quisiera gritarle a Tay por siquiera pensar que querría pensar en ello.

—Está bien entonces— Tay le sonrió, acariciando su cabello —Firmaremos los papeles bajo una condición.

—¿Qué?

—Dejas de elegir helado de vainilla. No voy a criar a un hijo básico.

—Mierda Tay— New se rió de él, golpeando el brazo de su marido —Eres tan... demasiado.

Close your eyes and leave meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora