Capitulo 8

2.6K 310 34
                                    

Los rayos de sol y un molesto sonido interrumpieron el sueño de Carlos, quien lentamente abrió los ojos, rememorando de inmediato la noche anterior, mientras una suave sonrisa se posaba en sus labios.

Charles aun dormía, cubierto apenas con una manta de la cintura hacia abajo, dejando ver su pecho y espalda con algunas marcas rojizas.

Carlos evitó verse a si mismo, seguramente estaba igual o peor, había descubierto que el monegasco era bastante creativo y salvaje en la cama, perfecto a sus ojos.

Se vistió rápidamente, honestamente lo último que quería era que el gran Torger Wolff lo encontrara sin ropa en su yate y mucho menos con su hijo, no era la imagen que quería darle.

Charles despertó poco tiempo después, ¿había olvidado cerrar la cortina? Que mala suerte la suya.

Resopló y de pronto, todo en su mente hizo click, obligándolo a abrir los ojos de forma inmediata, arrepintiéndose al sentir un gran dolor atravesar sus sienes.

— Merde. — murmuró en voz baja, tomando su ropa, vistiéndose los mas rápido que podía.

No quería dar explicaciones, tal vez, si tenía suerte, podría pasar completamente desapercibido.

Se apresuró a abandonar el yate, topandose con la mirada divertida de su padre, quien solo sonrió.

— Buenos dias, Sonnenschein.

— Buenos dias, papá. — murmuró apenado, apresurandose mucho mas.

Entró en la habitación, dándose cuenta de que aun tenía diez mil dólares con él, ¿que debía hacer? Tal vez podría mencionarselo a Carlos.

Decir algo como "oye, se que anoche prácticamente te obligué a tener sexo conmigo, ¿cuanto te debo?"

Eso sonaba mal, demasiado en realidad y era vergonzoso, el jamás había pagado por sexo, aunque tampoco por un acompañante, pero en fin, esa era su nueva vida al parecer.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Carlos entró con una charola con el desayuno en sus manos.

— Buenos días, Charles. — le sonrió. — No sabía exactamente que podría funcionarte, así que traje café y jugo de naranja, galletas de dudosa procedencia y un sándwich de queso.

— Wow, es muy tierno. — sonrió, algo incómodo por tanta atención y por la conversación pendiente, ¿y si fingía demencia? — Pero yo...

Carlos lo miró con diversión, sin duda estaba esperando por algo, podía leerse en sus ojos.

— Vamos, Charles, ¿que pasa? — preguntó el mayor, rogando a Dios porque fuera lo que el creía.

— Creo... Creo que anoche me puse un poco loco. — se mordió el labio, mostrando sus nervios, mientras sus mejillas se tornaban de rojo.

— ¿Un poco? — preguntó gracioso.

— Eso no es lo importante. — le restó importancia, sintiéndose aun mas avergonzado.

— ¿No? — la diversión seguía plasmada en su rostro.

— No, no, bueno si. — ahora hasta su cuello estaba rojo y no, no precisamente por las marcas de la noche anterior. — Lo que quiero decir, es que...

— ¿Ajá? — preguntó, presionando un poco.

— ¿Cuanto te debo? — murmuró en voz baja, bajando la mirada.

Carlos agradeció a Dios por escuchar sus suplicas, eso sin duda estaba siendo mucho mas divertido de lo que había imaginado.

— ¿Que dijiste, Charles? — preguntó, intentando no mostrar su diversión.

Sway With Me ||•Charlos•||Where stories live. Discover now