Anem a casa, Galet

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Narras tú

–¿Qué pasa?– escuché la voz de Mar y la miré.

–¿Mmmh?– frunció su ceño y puso los intermitentes para bajar poco a poco la velocidad y estacionarse a un lado de la carretera.

–Te estaba contando algo y me has ignorado por completo– dijo mirando mis ojos.

–Me distraje con mis pensamientos, perdón...¿Qué decías?– negó.

–¿Qué ocurre?– mi celular comenzó a sonar y lo tomé para contestar.

–¿Mamá?– dije algo sorprendida por su llamada –Eso ya pasó hace una semana...Juan y Espe ya hablaron conmigo ¿por qué te metes tú? Ni que te preocupara tanto mi bienestar, ¿me he roto la nariz como cinco veces en menos de un mes y para lo único que me llamas es para decirme que cuide mis palabras al hablar en público? No mames– le colgué y no levanté la vista.

–¿Quieres hablar?– negué y suspiró.

–¿Podemos dejar la cena para otro día? No me siento bien– la miré de reojo y asintió.

Puso algo de música y yo fui mirando mi celular mientras ella conducía. Cuando se detuvo, levanté la vista para bajarme y noté que estábamos en su casa.

–Dame un minuto– no dije nada y se bajó corriendo. Entró a su casa y luego de unos dos minutos, salió con Galet.

Abrió mi puerta y la miré extrañada al no saber qué pretendía hacer.

–¿Qué haces?– me sonrió.

–Bájate– me quité el cinturón y le obedecí –Ten– me dio la correa de Galet –Ve a dar un paseo y habla con él, a mí siempre me hace sentir mejor, solo te escucha sin decir nada, aunque si pasa una paloma probablemente se distraiga– la miré a los ojos durante unos segundos y Galet se paró en dos patas, apoyándose en mi vientre.

–Muchas gracias– me sonrió –Me lo voy a robar, me lo llevaré a México– se rió acariciando su cabeza.

–Cuídalo muy bien, me avisas cuando estés volviendo– asentí –Y me llamas si pasa algo– volví a asentir.

–Ya es mío– negó y asentí –¿Vayamos a cenar después?– negó.

–Comamos algo aquí– asentí y le di un beso en la mejilla.

–Te veo luego, adéu– sonrió ampliamente y se despidió.

Galet fue caminando a mi ritmo, pero al llegar al parque me jaló para que corriera con él. Al parecer yo misma lo había acostumbrado a aquello, ya que las veces que había acompañado a Mar a pasearlo, al llegar al parque se lo quitaba para correr.

–¡Galet! ¡No!– comenzó a correr tras unas palomas y me jaló, pero tuve que ponerme firme para evitar que me llevara con él –¡Galet!– este vino corriendo hacia mí y me hizo caer.

Reí abrazándolo cuando estaba sobre mí y después se sentó a mi lado.

Yo me senté con él y acaricié su cabeza, así que se acomodó recostándola en mis muslos.

–¿Se supone que tengo que hablarte y me voy a sentir mejor?– me miró y acaricié su cuello con mis dedos.

Me quedé en silencio unos minutos mientras acariciaba su barriga y suspiré mirando el cielo.

–Todo sería más fácil si fuera como tú...y tendría a Mar todo el día acariciándome– reí –¿No quieres cambiar vidas conmigo?– me recosté a su lado y se movió de inmediato, acomodando su cabeza en mi vientre.

Mi celular sonó y lo tomé, respondiendo al ver el nombre de Ari.

¿Estás bien?– sonaba algo preocupada.

"T'estimo?"-Mar Serracanta y tú- Sin G!pWhere stories live. Discover now