26. Es mi turno de jugar, rey

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26. Es mi turno de jugar, rey

Killian Greco

Sonrío viendo el disfraz que he escogido para mi princesa, a juego con el nuestro, e imaginando lo bien que le va a quedar.

Virginia se verá de muerte.

Manteniendo mi sonrisa, saco las bragas negras que usó para la fiesta y que dejó olvidadas en mi cuarto de mi cajón. Las giro en mi dedo, recordando lo bien que se veía con las piernas abiertas únicamente para mí.

Verla llorar fue excitante, sí, pero verla completamente dispuesta a cualquier cosa que le hiciera fue otro mundo.

—¿Vas a masturbarte con eso?

Me giro, borrando la sonrisa de mi rostro, para mirar a mi hermano menor.

—¿Por qué? ¿Necesitas aprender cómo hacerlo?

—Qué te follen, Killian —Ambrose me rueda los ojos antes de lanzar un sobre a mi cama—. Es la contraseña de Horrorland, no se la digas a nadie. Si tus colegas quieren conseguirla, que pregunten por Mouse en el club Déjà Vú.

—¿Mouse? ¿Qué mierda de apodo es ese?

—Un apodo para alguien que quiere mantener el anonimato, idiota —rueda los ojos.

—¡¿Amb, vienes o qué?! —escucho a Runa gritar desde el cuarto de mi hermano.

Ambrose da un paso atrás, pero lo detengo.

—Oye, ¿te follas a nuestra prima? —pregunto con genuina curiosidad— ¿Sabes que su padre y mamá son hermanos biológicos, verdad?

Él resopla, sin responderme, y se encierra en su habitación junto a Runa.

¿Esos dos se acostarán? A veces realmente me lo pregunto.

Quiero decir, no soy quién para juzgar. He hecho cosas peores.

Encogiéndome de hombros, agarro el sobre de la cama y lo abro, viendo el papel del interior.

«A partir de las 22h en la iglesia
Contraseña: Salem»

¿Salem? ¿Brujas?

No me importaría que cierta bruja se monte en mi escoba.

Killian, ya basta.

Salgo de mi cuarto, con el papel en la mano, y voy hasta el de Calix. Entro sin tocar, viéndolo recostado en su cama con el teléfono en la mano.

—¿Estás viendo porno? —bromeo, lanzándome junto a él.

—¿Quieres unirte?

Suelto una risa.

—¿Paja colectiva? —bromeo. Mi hermano se carcajea— Lo que sea, Horrorland este año es a las diez en la iglesia. La contraseña es Salem.

—¿Salem? ¿Rollo brujas?

Me encojo de hombros.

—¿Vas a llevar a Frankie?

—Sí —asiente—. Aunque ella aún no lo sabe.

Suelto una risita y me levanto de la cama, asomándome por la ventana. Desde aquí, puedo ver perfectamente el cuarto de Frankie. La veo salir de su baño en toalla y llevar sus ojos a la ventana; cuando ve que estoy mirándola, cierra las cortinas furiosamente.

KILLIAN (SDR 2)Место, где живут истории. Откройте их для себя