Epílogo

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Epílogo

Virginia Lennox

—Estás muy loco —aseguro, mirando la edificación que hay frente a mí—. Estáis muy locos. 

—Creí que te diste cuenta de eso con diecisiete, Gin —Calix suelta una carcajada, con su brazo rodeando la cintura de su prometida. (O eso dicen, pero según ellos llevan prometidos desde los doce años).

—Sí, bueno, supongo que fui una ilusa al pensar que vuestra psicopatía había disminuido con la universidad. 

—Encima se queja —resopla Aaron, dando dos pasos hasta la entrada de la casa—. Duerme en la calle si no te gusta, Gin. 

Le dedico una sonrisa burlona. 

—¿Quién iba a comerle la boca a tu mujer cuando se aburra de ti, entonces, Aaron?

El nombrado me rueda los ojos, mientras que la rubia suelta una risita y me da un beso en la mejilla. 

—Mi mujer no se aburre de mí, listilla, solo necesita descansos de mi intensidad. 

—Admítelo, Dest, yo soy mejor que él —insisto, mirando a la chica. Ella rueda los ojos. 

—¿Si tuvieras que escoger a uno para llevártelo a una isla desierta, a quién escogerías? —Calix, con sus ganas de ver el mundo arder de siempre, pregunta manteniendo una sonrisa pícara. 

—A Killian, hace maravillas con la lengua —resopla ella, antes de ir hasta su rey y entrelazar sus manos para entrar a lo que, aparentemente, ahora será nuestro nuevo hogar. 

—Eso es cierto —murmuro yo, yendo hasta mi prometido para darle un beso en los labios—. ¿Por qué no me recuerdas las maravillas que haces, eh? 

—Oh, princesa, no me retes —me guiña un ojo. 

—¿Desde cuándo no te gustan los retos, huh? 

—Chicos, antes de que empiece la fiesta de sexo —escucho a la morena quejarse—. ¿Alguien puede explicarme realmente cómo vamos a mantener esta casa enorme?

Miro la construcción. Es una casa de tres plantas, con jardines delanteros y traseros y un muro que la rodea. Simplemente espectacular, algo que seis críos de veintidós años no podrían mantener ni de broma. 

Sin embargo, nosotros no somos seis críos cualquieras. 

No, somos monstruos. Porque sangre de monstruos en monstruos convierte y, eh, con orgullo. 

—Como lo hemos estado haciendo todo este tiempo —obvia Calix—. Huimos de nuestros padres, de la maldita Manada. Nos convertimos en aquello que juramos odiar y, ¿sabes qué? Ni siquiera está tan mal. 

—Lix tiene razón —comenta Killian—. Solo hay que seguir haciendo lo que hacemos. 

—A mí me gusta la idea —comento, recordando la adrenalina de nuestro último golpe. Tuve que saltar de un coche en marcha hasta un camión de gasolina para poder robar ese jodido oro líquido y, a pesar de haber hecho  esto mil veces, seguía emocionándome como una niña en la mañana de Navidad. 

—Tenemos a La Manada cazándonos, ¿recordáis? —insiste la novia de Calix. 

—Y también a los jodidos monstruos de nuestro lado —asegura Aaron—. El otro día hablé con Massimo Ricci, el Capo de la Ndrangheta, es posible que nos hagan pronto una visita, quieren contratar nuestros servicios para un buen golpe. 

—¿La mafia Italiana quiere contratarnos? —las cejas de la rubia se alzan con incredulidad antes de soltar una sonrisa orgullosa— Chicos, somos grandes.

—Estoy hay que celebrarlo con una orgía. 

Le ruedo los ojos a Calix, mirándolo mal. 

—¿Es qué solo piensas en sexo?

—No puedes juzgarme, verte comerle el coño a mi chica es una imagen digna de fantasías. 

Su novia se sonroja al instante, dándole un golpe. A pesar de los años que llevamos juntos, a ella todavía le trastocan este tipo de palabras. 

Yo sonrío, atrayendo a la morena y besándola. 

No sé si hicimos las cosas bien, pero ahora somos la puta realeza y, joder, no puedo negar lo mucho que me encanta.

Al fin y al cabo, esa frase siempre fue cierta. 

Sangre de monstruos en monstruos convierte. Solo hay que llevar la sangre con orgullo. 

CONTINUARÁ

Nota de la Autora: 

No puedo creer lo que acabo de escribir.

Killian y Virginia (todas las parejas de los reyes, realmente) son de las relaciones más tóxicas que he creado, pero odio admitir lo mucho que adoro a estos seis lunáticos. 

Sé que han pasado muchas cosas y que no entendéis ni la mitad, pero nos quedan dos libros más y os prometo que comprenderéis todo. 

¿Alguna teoría? 

Espero que el libro os haya gustado, (¡quiero vuestras opiniones!), y nos vemos en CALIX, que será publicado pronto en mi perfil. Tengo muchísimas ganas de que leáis al tatuado. 

KILLIAN (SDR 2)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant