31. Fiesta de celebración

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31. Fiesta de celebración

Virginia Lennox

Por supuesto, ganaron el juego.

Y, por supuesto, eso se celebra.

Según me ha contado Calix, las fiestas del equipo siempre suelen celebrarse en casa de Miranda, que es dónde estamos ahora. Sin embargo, a pesar de ser una fiesta del equipo, hay muchas más personas que solo el equipo de baloncesto y las animadoras.

Por el rabillo del ojo, veo a una de las animadoras hacer una piruleta, probablemente estando ebria. Suelto una risita, sin poder evitarlo.

—¿Qué quieres beber? —pregunta Killian— Evita drogarme esta vez.

—No sé, tenerte a mi merced otra vez suena tentador —jugueteo con él, tirando levemente de su camiseta deportiva.

Él pone una sonrisa traviesa.

—¿Y quién ha dicho que necesites drogarme para tenerme a tu merced?

—Oh, ¿vas a dejarme dominar, rey? ¿Te pondrás de rodillas por mí?

—Depende. ¿Te arrodillarás tú después?

Río entre dientes, agarrando dos cervezas de la nevera y abriéndolas.

—Claro, siempre que me des un buen motivo.

Killian se lame los labios, pegándome a la encimera y poniendo sus manos a los lados de mi cuerpo.

—No me tientes, princesa, que la fiesta acaba de empezar.

Entre risas y toqueteos inapropiados, salimos de la cocina y me guía a un sofá dónde Calix ya está sentado tomando algo. Killian me deja caer en su regazo y apoya su mano libre en mi muslo.

—¿Dónde está Aaron? —pregunto.

—Buscando a su diabla —suelta Calix sin mucha explicación, dándole otro trago a la cerveza.

Killian se centra en una conversación con alguno de los jugadores del equipo así que, aburrida de su charla, me centro en Calix. Tiene la vista fija en la cerveza que se está tomando y una expresión triste, mucho más triste de lo que nunca había visto en Calix Greco.

—¿Qué te pasa? —inquiero, mis palabras sonando cautelosas. Él suspira.

—Estoy haciendo las cosas mal, Gin —murmura—. Ella se merece algo mejor que yo.

—Es posible —asiento, ni siquiera me molesto en ocultarlo. Calix no es el bueno de la película ni lo será nunca.

—Necesito desahogarme, Gin. Ayúdame con esto.

—¿Te refieres a dejar que me pegues una paliza o algo así? —alzo una ceja, recordando que la última vez que me dijo algo parecido yo terminé con un esguince.

—Me refiero a que subas a una habitación conmigo.

Casi me ahogo con mi cerveza, sin saber bien si lo que dice es en serio.

KILLIAN (SDR 2)Onde histórias criam vida. Descubra agora