My Dear Green Leaf

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CAPITULO ANTERIOR

- tu madre no te lo dirá, nunca, créeme- le tomó la mano para ver los recuerdos de Legolas, después des iba a desmayarse, era una regla básica, no podías usar tanta energía en un solo día, debía al menos encontrar algo para calmar a Legolas, salvar a su madre.



Muirgen se transportó a la habitación minutos después de haber salido y dejar a Legolas con su madre, los ojos de el elfo estaba llorosos al igual que los de la reina, lo comprendía completamente, había sentido el amor con el que Alena pensaba en su pequeño hijo.

- Hola hijo- saludó la reina sonriéndole ampliamente, no podía negar que se parecía mucho a ambos, había tomado lo mejor de sus padres.

- ¿cómo es posible?- respondió Legolas secándose las manos en su traje de aquel día, Alena desvió la mirada rápidamente.

- Muirgen puede hacerlo, aunque gasta mucha energía- musitó la elfa tomando asiento en una de las sillas de la habitación, Legolas lo hizo también para quedar frente a ella.

- lo supongo- bajó la mirada tratando de controlarse rápidamente y no pensar en todo lo que había pasado en lo últimos días.

- sé que la quieres- pronunció su madre dejándolo aun más sorprendido, claro que la quería, como su hermana, una amiga, pero jamás podría iluminar su corazón como Tauriel lo hacia.

- sí, pero...- su madre le tomó la mano reconfortándolo pues el dolor se podía dilucidar en lo claro de sus ojos.

- Mi querido Legolas, eres igual a tu padre, siempre tratando de controlar lo que sientes- se levantó de la silla rápidamente para poder caminar por la habitación que poco a poco se inundaba del aroma del bosque, del fresco del agua que corría cristalina por el reino.

- tratando fielmente de parecer duros, pero sé que estas herido y no por tu prometida, te duele no estar con quien realmente amas- en ese momento la elfa que había estado con él desde su infancia como su compañera de juegos, como una hermana, se había vuelto más que eso, el motor de su vida, la única que la había visto sonreír.

- Tauriel- Legolas cerró los ojos al escuchar aquel nombre, era como si no quisiese que la escena de la pelirroja se escapara en sus suspiros, la amaba, aunque miles de veces trató de ver la belleza que Muirgen despedía y así su corazón se quedara empapado de , no pudo, simplemente era imposible forzar algo como el amor.

- madre, lo de Tauriel y yo no puede ser, voy a casarme con Muirgen para que su madre siga proviniendo armas- Alena alzó una ceja no muy contenta de las palabras de su hijo, pero no era un enojo hacia su pequeño, sino hacia la que fue su amiga en algún tiempo, Ravenna había logrado su prometido, nunca dejar ser feliz a Thranduil y entre la corriente de venganza se había llevado a lo que ella mas amaba, Legolas.

- y de que sirven las fuerzas de aquellas armas si los guerreros están dolidos- pronunció dominantemente la reina de Mirkwood alzando una ceja nuevamente, su hijo la observó con algo de pena, sabía que ella no iba a volver, que sólo era por unos minutos.

- para poder vengar tu muerte- la fémina aun estaba sorprendida de que la verdad no hubiese salido a la luz después de tanto años, suspiró pesadamente para soltar algo que tal vez era un error.

- no fui asesinada por las hijas de Shelob, sólo me llevaron a Mount Gundabad para que me asesinara alguien más- Legolas se levantó de su asiento rápidamente, la opresión en su pecho se hizo más grande al escuchar a su madre pronunciar aquellas palabras.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNWhere stories live. Discover now