Valar

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Angelina Jolie --------------------------- Varda

Jonathan Rhys-Meyers --------------- Irmo (Señor de los sueños y las visiones) 

*vean la imagen para darse una idea*


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– ni yo de quedarme– su cuerpo comenzó a desaparecer como si el viento la arrastrase, lo último que pudo ver fue la mano de Thorin tratando de detenerla, el cuervo voló con la corriente de aire como si fuesen uno <<Escóndala>> resopló sólo para Bilbo con la dulce voz de la princesa.


Thranduil llegó a lo que una vez fue Dale, ruinas de un tono grisáceo bañadas de una tenue escarcha blanca que iba apilándose poco a poco, era como si esas ruinas hubiesen infectado a los seres desolados que habían buscado refugio después de la devastación causada por la serpiente de fuego llamada Smaug, una carreta llena de alimentos iba tras él además de que su ejercito se había posicionado por la madrugada para resguardar cada centímetro del punto estratégico y así atacar la montaña, un hombre de cabello rebelde y negro se acercó temeroso entre el ejercito de armadura dorada.

– Mi Lord Thranduil, no esperaba verlo aquí– comentó el Barquero de nombre Bard al elfo que desde las alturas que su ciervo le proveía.

– Escuche que necesitaban alimento– respondió con toda la galanura posible escaneando el lugar poco a poco, disimulaba muy bien su pena, saber que tal vez Muirgen estaba malherida bajo el cuidado de esas horribles criaturas, sin pizca de delicadeza, Los humanos se acercaron a la carreta de alimentos con un rostro de goce, nada de eso le importaba su mente sólo estaba en un lugar, la montaña que se alzaban única e imponente con las nubes atiborradas en la punta cubierta del manto blanco de la nieve como corona.

– Nos ha salvado, no sé como agradecerle– dijo Bard con aquel brillo extraño en los ojos ante el rey elfo que muchas veces pensó era tan egoísta como los de su clase, pero Thranduil viró un poco su ciervo para quedar frente a él.

– Tu gratitud está fuera de lugar, no he venido por ustedes– entre sus manos tomó el anillo que era de Alena, aquel que Feren entregó cuando su hijo se había rehusado a volver.

– he venido a reclamar algo que me pertenece – dicho esto se acercó al puente que daba en dirección a la montaña, algunos de los elfos se quedaron a resguardar las provisiones pero la mayoría marchaba de forma recta hacia aquella imponente estructura rocosa gris.

– Espere, por favor– gritó Bard corriendo entre las personas para alcanzar al rey de los elfos decidido a tomar un poco del oro que estaba en aquella montaña, oro maldito a sus ojos.

– De verdad irá a la guerra por un puñado de gemas– exclamó un tanto crispado el hombre ahora al frente de Esgaroth o lo que quedaba de éste, Thranduil giró la cabeza para verla con aquella mueca de disgusto cuando alguien le interrumpía, ese humano no sabía nada.

– las gemas no son prioridad, tienen algo mío, espero Bard comprendas que como rey no estoy dispuesto a renunciar a mi reina menos mi pueblo– el amor es una de las cosas más extrañas del mundo, puede ser un sentimiento puro que llena las almas de las personas de forma hermosa y brillante o de la forma mas oscura posible arrancando en carne viva los demás sentimientos, masacrando los cuerpos, ahí estaban los elfos que podía decirse que eran seré un tanto fríos como el hielo mismo que se acumulaba en las copas de los árboles en invierno, pero frente a la posibilidad de perder a la mujer de los ojos tremendamente hermosos estaban dispuestos a ir a la guerra.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNWhere stories live. Discover now