10 <3

8.8K 1K 30
                                    

Jungkook miró su mano. Un anillo de plata adornaba su dedo...un anillo que no significaba nada para él.

Miró hacia el lado y descubrió a Jimin dormido, se había quitado el traje y corbata, ahora solo vestía pantalones de ceda y camiseta sin mangas, dejando al descubierto sus flacuchos brazos blancos.

A Jungkook le pareció tierno la manera en que Jimin se abrazaba así mismo, o la manera en que su boca estaba semi abierta, también descubrió que le gustaba su cabello rubio platino, no era como el de su padre, el cabello de Jimin era más brillante y visiblemente suave...

— una foto dura mas — murmuró Jimin, sin abrir los ojos.

Jungkook frunció el ceño.

— babeas cuando duermes— le respondió.

Jimin abrió los ojos y se limpió la boca enseguida, pero no había ninguna baba. Después se dio cuenta que Jungkook miró hacia la ventana con una pequeña sonrisa.

Jimin rodó los ojos y se acomodó dándole la espalda, por suerte ya no faltaba mucho para llegar a la isla Jeju, donde su padre imprudentemente decidió hacer una fiesta por su boda falsa.

A Jimin le había molestado, realmente lo hacía. Pero eso ya no importaba pues su padre había llamado a los medios más importantes del país, a familiares que nunca había visto y a amigos de su empresa. Incluso su hermana mayor Nina aceptó dejar de lado su viaje para asistir.

Resopló.

Decidió que era mejor echar un vistazo a su teléfono, pero tal fue su sorpresa que soltó un grito, llamando la atención de Jungkook.

— ¿Que sucede?— Jungkook preguntó, mirándolo incluso preocupado.

Jimin levantó la mirada y tendió su celular.

— la prensa me fotografió entrando al edificio y dicen...mierda, mi padre se los dijo.

— ¿Que dijo?— esta vez, la preocupación de Jungkook incrementó mucho más.

— que nos casamos.

Jungkook soltó una maldición.

Definitivamente el señor Park quería que todos se enteren de esa boda, así Jungkook quedaría como un imbécil por tomar el control de la empresa justo después de casarse con el hijo del dueño...

Lo había tenido todo planeado.

Pero Jungkook decidió que eso no debía de afectarle, pues esa mañana habían firmado un contrato. Contrato que dictaba que en diez años ningún Park tomaría el control de la empresa.

Pero ahora, Jungkook debía lidiar con la prensa.




El Omega mimado y el Alfa amargado | Kookmin AU|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora