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— entonces robamos esos pastelillos y aprovechamos que todos estarán ocupados con la visita de ese millonario y nos vamos al lago que está por la autopista 43 y celebramos el cumpleaños de Jay allí. — Dick había salido más rápido de las duchas para poder hablar con Tim sin que Jason se diera de cuenta. Llevaba días pensando como darle un cumpleaños agradable y con otros aires que no fueran el orfanato.

— creo que no es un millonario sino un billonario.

— eso no importa Timmy. Que tal mi plan?

— está bien. No creo que se den cuenta que no estamos.

— exelente! Mañana temprano me acompañaras por esos pastelillos, despertamos a Jay y nos vamos. Buscaré un bolso dónde meter todo, incluida una sábana para sentarnos en el piso.

— bueno..... Dick.

— que pasa? Te preocupa algo?

— nunca nos dan pastelillos. Cómo es que ahora sí tienen?

— ah, es como un regalo de recompensa a los niños que se porten bien con el visitante. Las cuidadoras quieren que invierta más aquí y creen que lo lograrán si por lo menos un niño le cae bien.

— es como...un soborno?

— de cierto modo, lo es.

Jay no sospecho cuando volvieron.

Tim y él se levantaron exageradamente temprano al día siguiente, aún el sol ni salía. Durante su camino a la cocina vieron a varías personas dando vueltas arreglando el lugar.

El menor se detuvo a leer el cartel grande que colocaron al comienzo de las escaleras.

— "bienvenido Bruce Wayne."

— vamos Tim, no tenemos tiempo para esto.

Tomo la mano del niño y lo jalo antes de que alguien pasara y lo viera.

Encontraron los pequeños postres en las neveras. Había un montón y estaban decorados con una "W" en la punta.

— si Jay estuviera aquí los llamaría lame botas.

Fue fácil entrar y salir de las cocinas. Jason seguía durmiendo.

Dick cayó encima de Jay para despertarlo.

— que..!? Dick! — se quejo mientras empujaba al mayor.

— feliz cumpleaños!

Jason parpadeo lentamente como un búho por un rato.

— gracias — contesto finalmente. — muy lindo, pero había necesidad que me despertara tan temprano?

— si, porque tenemos un camino algo largo que recorrer hasta el lago.

— lago?

— ya todo está listo, vamos Jay — Tim lo había agarrado de la muñeca y empujado fuera de la cama.

Jason decidió ni preguntar, los tres se alistaron para salir. Burlar la seguridad sería fácil con lo concentrados que estaban por quedar bien con el donante.

El camino no era tan largo, el orfanato de Gotham quedaba un poco apartado de la ciudad, por lo que lo único cercano eran árboles y montañas, sería agradable de ver si no fuera por la característica contaminación de Gotham y su cielo cubierto con una nube gris la cual se creía tóxica por la manera que abrazaba la ciudad y pocas veces dejaba entrar rayos de luz.

Gotham era lúgubre, quien diga lo contrario probablemente esté encerrado en el sanatorio mental de Arkham.

El lago no era la gran cosa, pero era agua limpia y tenía pequeños peces dando vueltas entre las piedras.

Tres Pequeños Corazones Where stories live. Discover now