II ''Pizza y algo más''

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En otra parte de la amplia residencia, Abigail terminaba de secar sus manos cuando recibió un mensaje. Se apresuró para tomar el aparato de una encimera donde lo había dejado momentos atrás.

Era un mensaje de Marissa. Una selfie con una de las mascotas del lugar; Spring Bonnie, un adorable y gigantesco conejo dorado, ¿o amarillo?

Abigail esbozó una sonrisa; ¡Les esperaba un excelente día!

Fue cuestión de una inusual hora y media para que la pareja Lecter estuviese preparada para la ocasión. La joven no preguntó, mucho menos el porqué ambos se habían duchado y el que Hannibal hubiese cambiado de traje; podría ser joven pero no tonta. Había cosas que simplemente prefería ignorar.

Se despidieron subiendo a autos diferentes; Hannibal en su Bentley negro mientras que Will y ella en la camioneta de este. Parecía que el psiquiatra había podido librarse de pasar el día entero en la pizzería para arreglar unos asuntos sobre la adopción de Mike Schmidt. Mover sus influencias, hacer un par de llamadas. Lecter era un hombre de amplios contactos, una gran reputación y eminencia de persona. Nunca dejaba de sorprender a su hija.

—¿Emocionada? — cuestionó Will, su mirada atenta al camino, aunque dándole un par de miradas de soslayo cuando le era posible. Abigail suavizó su rostro, viendo a su padre con una sonrisa labial que alzó sus mejillas pronunciadas.

—Tanto como puedo. Es un lugar un poco infantil, pero los animatrónicos me parecen interesantes. — La mirada azul de la joven fue a parar a su ventana a su costado. Comenzaban a adentrarse en una zona urbana. Pronto llegarían al tal aclamado lugar.

Aunque todo fuera una excusa para ver a Marissa, sí estaba intrigada por la pizzería. El negocio estaba progresando demasiado bien para esa peculiar empresa, aunque nada fuera del otro mundo ¿no es así? Solo era suerte, marketing, y cosas más técnicas. Siempre una persona detrás de esos detalles.

—Hablé sobre tu padre sobre la membresía que querías — El hombre giró un poco el volante. El estacionamiento era amplio, y parkear nunca se le había dificultado, aunque seguía su concentración fija en ello, su atención estaba dividida entre la tarea y Abigail —...

—No es necesario, si no quieren. — Abigail encogió sus hombros.

Con maestría, ya estaban alineados. Will apagó el motor y se volvió hacia ella. Aunque su rostro permanecía neutro, su voz era sutilmente cálida.

—Insisto. Podemos comprar dos. Tengo la tarjeta de crédito. — Le guiñó un ojo en un gesto juguetón. Solo tenía estas conductas con ella, aunque eso cambiaría con la llegada de Mike.

—¿Papá te la prestó? — La menor se quitó el cinturón de seguridad. Ambos salieron de la camioneta. Una brisa otoñal movió el cabello largo y castaño de la chica.

Las risas, gritos y música se escuchaban a metros de distancia. Vaya que era un lugar ruidoso, pero radiaba alegría y evocaba un entorno familiar, reconfortante. Esas grandes paredes eran testigos silenciosos de lo que las risas y música ensordecedora podía ocultar; gritos, llantos, agonía...

—Se la robé. — Sin titubeos, sus ojos azules se encontraron. No había sorpresa, más bien complicidad y malicia. No siempre podían gozar de comida chatarra sin límites, mucho menos teniendo a Hannibal cuidando rigurosamente de su dieta. Pero parte de sus "disculpas" era la oportunidad de permitirle redimirse y Graham lo aprovecharía a su favor. Era mejor pedir perdón a pedir permiso, ¿verdad?

—¡Vamos! — Abigail tomó la mano de su padre, llevándolo a rastras por el estacionamiento hasta la radiante pizzería.

Tan solo al entrar el aroma a comida rápida invadió sus sistemas. Pizzas, palomitas, golosinas. Pese a ser un lugar que era para entretenimiento infantil, parecían mantener la higiene del lugar (tanto como era de esperarse de esos lugares). Avanzaron por los pasillos alfombrados por los cuales corrían niños al arcade, baños, u otras zonas del establecimiento. El área principal tenia una zona llena de mesas a los costados para familias pequeñas. En el centro, mesas largas con manteles blancos, globos, gorros de fiesta. ¿Era el cumpleaños de alguien hoy? De ser así, vaya fiesta. Muy animada, especialmente por la banda del escenario.

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