VII: ''Mordida''

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Sangre, confusión, impresión, shock. El aroma metálico, los lloriqueos y aún peor, la mirada perdida de niños que quedarían marcados de por vida por este suceso. Hannibal había asistido al joven guardia tanto como había podido hasta que los paramédicos llegaron para trasladarlo al hospital. La situación se salía de control. Un animatrónico "tuvo una falla mecánica" mordiendo la cabeza de un pobre guardia llamado Jeremy. Pero con esto, Lecter sentía que debía asegurar la razón de su asistencia en ese inmundo restaurante. Sus ojos burdeos recorrieron el comedor entre los testigos impactados. Nada. Mientras se quitaba los guantes ensangrentados con rapidez, avanzó unos pasos e ir a los pasillos de la pizzería. Necesitaba asegurar que Abby, Mike y Abigail estuviesen bien.

¿Cómo había pasado esto? ¿Realmente se había dejado llevar por una discusión como para arriesgarlos? No. Will lo había arrastrado a conseguir información para otros medios. Solo había sido un medio para un fin. Un propósito que marcaría sus vidas, y se llevaría una de ellas. ¿O no?

Pero para poder entender la calculada y fría calma del psiquiatra en su búsqueda, se debía empezar por el inicio de todo...

La emoción que irradiaba la pequeña Abby contrastaba en la tensión del ambiente y la de los dos adolescentes que venían en los asientos traseros. ¿Por qué? Oh, porque Abby había insistido en usar el asiento de copiloto..., y la pequeña discusión de los padres en el hogar esa mañana.

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El sol apenas comenzaba a filtrarse a través de las cortinas cuando la tensión en la casa de los Lecter-Graham era palpable. Will estaba de pie frente a Hannibal en la cocina, con los brazos cruzados sobre el pecho y una expresión de determinación en su rostro. Lecter, por otro lado, se mantenía impasible, con una mirada fría y calculadora en sus ojos rojizos.

—No puedo creer que estés haciendo esto, Will. Garret desapareció hace años y el agente Flores no ha encontrado ni una pista sólida desde entonces. ¿Realmente vale la pena seguir persiguiendo esto? —preguntó el psiquiatra, tratando de mantener la calma mientras la frustración crecía dentro de él. Era muchísimo mejor que sus impulsos, se repetía.

Will apretó los puños, sintiendo cómo la ira comenzaba a burbujear dentro de él. —Garret es el hermano de Mike y Abby, y ellos merecen saber la verdad. No puedo simplemente ignorar esta injusticia y seguir adelante como si nada hubiera pasado. — Pero su ansiedad venía de los tormentos de sus pesadillas, del conejo de las sombras, de esa presencia que sabía que lo seguía a cualquier lugar que iba.

Hannibal suspiró, pasando una mano por su cabello canoso con frustración. —Lo entiendo, Will, pero esto está consumiéndote. Te estás alejando de nuestra familia, de tu familia. Abigail, Mike, Abby. Ellos necesitan tu atención tanto como este caso lo hace.

Graham dio un paso hacia adelante, su voz elevándose con cada palabra. —Necesito encontrar respuestas, necesito cerrar este capítulo de una vez por todas. — el castaño elevó su mirada azul, topándose con las cuencas vacías del Wendigo. Estaba detrás de Hannibal. La criatura entrecerró sus ojos con molestia.

Lecter miró fijamente al menor, sintiendo cómo la frustración y el resentimiento lo envolvían. Habían tenido discusiones antes, pero esta vez era diferente. Will estaba tan enfocado en su misión que parecía incapaz de ver más allá de ella. Terco, obstinado; se sentía celoso y posesivo de tantas largas sin una respuesta clara por parte de su esposo.

—Entiendo que esto sea importante para ti, Will, pero ¿a qué costo? ¿Estás dispuesto a sacrificar nuestra familia por una obsesión personal? —preguntó, su tono frío y cortante.

Will se quedó en silencio por un momento, luchando con sus propias emociones. Finalmente, bajó la mirada, sintiendo cómo la derrota lo envolvía. —No se trata de eso, Hannibal. Solo necesito tiempo para resolver esto, y luego prometo que todo volverá a la normalidad. — agregó tratando de mantener la compostura. El ser de tez oscura avanzaba lentamente a ellos, acechándolo... ¿o a lo que estaba detrás de él? Graham sintió una respiración en su nuca. Ese maldito conejo había vuelto.

Banquete AnimatrónicoWhere stories live. Discover now