E P Í L O G O

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Tn POV / 2 años después

—Sí mamá, estoy bien —aseguré mientras sacaba unos cuantos cuadernos de mi auto.

—¿Estás segura? ¿No necesitas ayuda en nada? —Solté una risa comenzando a subir las decenas de escalones hacia la Universidad en Arizona.

Hace dos meses me había ido a vivir allí ya que mi solicitud universitaria fue aceptada, había estado acoplandome al lugar y hoy era el primer día de mi carrera en enfermería, posiblemente no volvería a dormir ocho horas completas, pero podría con eso.

—Lo que necesito es que hayan escaleras eléctricas —hablé ahogada por haber subido tantas escaleras.

—Ya tienes un ejercicio que hacer a diario —bromeó mamá haciéndome soltar una risa mientras entraba en el gran edificio—. Cuídate hija.

—Lo haré mamá, adiós y saludos a papá —Sonreí para después colgar la llamada.

Seguí caminando por los pasillos en camino hacia mi salón de clases y que hace una semana me habían hecho una especie de recorrido y esperaba recordar donde estaba.

Me mantenía en contacto diario con Noah y Millie desde que nos mudamos a Carolina del Norte hace dos años y por otro lado estaba Finn, con quien había perdido contacto hace poco más de un año.

En un momento dejó de responder mis mensajes y mis llamadas así que solo me quedaron los recuerdos que tenía con él aunque había intentado borrarlos porque esa no era una etapa de mi vida que me gustara, demasiada sangre y violencia para mi gusto.

Subí las escaleras a paso rápido maldiciendo internamente porque no había ni ascensor ni escaleras eléctricas, tal vez en dos meses habría perdido peso.

Al terminarlas de subir avance por un pasillo totalmente convencida de que era el correcto y al dar la vuelta cerca de la biblioteca mientras observaba la hora en mi celular choqué con alguien haciendo que mis cosas cayeran al suelo.

—Lo siento, fue mi culpa —hablé guardando mi celular y agachandome a recoger lo que se me había caído.

—Tranquila, yo tampoco me fije —se disculpó y yo me quedé helada en mi lugar.

Esa voz la podía reconocer con facilidad, aunque estuviera un poco cambiada a mi oído era inconfundible.

Subí la mirada para asegurarme de que no estaba paranoica y me quedé sin habla al saber que sí era él, el mismo Finn del que me enamoré.

Tenía el cabello más corto y con apenas algunos risos a la vista, sus cejas tupidas totalmente negras y sus pecas sobre sus pómulos.

Al subir la mirada sus ojos chocaron con los míos y un escalofrío me recorrió la espalda al tener esas dos bolitas de chocolate oscuro mirándome con sorpresa.

—Tn, ¿de verdad eres tú? —Abrí la boca sin ser capaz de pronunciar palabra así que solo asentí.

—Yo lo siento, pero llego tarde a clases —hablé antes de levantarme con mis cosas y salir corriendo hacia mi salón siendo traicionada por mis acelerados latidos.

...

Pasé una gran parte del día constipada por el encuentro con el en la mañana y para empeorar las cosas había perdido mi celular, posiblemente en el choque que tuve con él.

Al salir de la universidad ya era algo tarde, las seis de la tarde según mi reloj de muñeca.

—Tn —Me giré al escuchar que me llamaron siendo a Finn acercándose a mí—. Se te cayó en la mañana —Me extendió mi celular y lo recibí—. Estuve buscándote todo el día.

—Gracias —hablé.

—¿Podemos hablar? No sé... Te invito un café —ofreció y lo medite un par de segundos para después asentir—. Vamos.

Comenzamos a caminar por la ciudad con la escasa luz del Sol en dirección a una cafetería en total silencio, no sabía que decir y parecía que él tampoco.

—Yo lamento haber dejado de hablar contigo —Lo miré—. Dime idiota, pero un día el celular se ma cayó en la piscina y todo se fue al carajo porque perdí todo lo que tenía en él, además me había mudado a Ottawa así que no pude pedirle tu número a nadie.

—Entiendo —hablé—. ¿Qué estás estudiando? Porque supongo que no trabajas de mesero en el campus.

Soltó una risa y yo sonreí un poco al volver a su escuchar su melódica voz reír.

—Criminologia —respondió y asentí—. ¿Y tú?

—Enfermería —respondí y él abrió los ojos.

—No vas a volver a dormir —Solté una risa porque yo había pensado lo mismo cuando me decidí por estudiar esa carrera.

—Posiblemente de esa forma baje más rápido las escaleras si me quedo dormida a la mitad —bromee y él sonrió empujandome levemente con su hombro.

Al llegar a la cafetería pedimos nustros cafés y seguimos hablando d ello que había sido de nuestras vidas en el último año, me alegraba volverlo a ver después de tanto.

...

Pasamos dos meses así, hablando pero solo siendo amigos lo que no me molestaba, si la cosas se tenían que dar así se darían y lo aceptaría.

Las tareas de mi carrera me hacían desvelarme por lo que Finn siempre me llevaba café cuando me veía con ojeras como las de un panda para mantenerme despierta.

—Llevó dos días sin dormir —me quejé acostándome en la mesa—. Con quince minutos me conformo, solo quince.

—Estarás bien, si se puede —me animó y lo miré con los ojos a medio abrir.

—No siquiera he terminado el primer semestre —Solloce falsamente—. Estoy cansada.

—Mirame —pidió tomándome de las mejillas para que lo hiciera—. Sí se puede, te vas a graduar y serás la mejor enfermera que haya conocido.

—Sí, pero necesito dormir —hablé desanimada.

Abrí los ojos de par en par al sentir sus labios unirse con los míos, fue como haber recibido un bofeton para mantenerme despierta.

Apreté mis puños con nervios y después cerré los ojos devolviéndole el beso que se sintió como si fuera el primero que tenía con él, deseando que pudiera pasar el resto de mi vida así, manteniéndome cuerda por medio de esos besos que solo él sabía dar.

F I N.

MURDERS // Finn Wolfhard [✔️] Where stories live. Discover now