Entre el deseo y la acción

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Tenía 14 años cuando ocurre esta historia; ya ha llovido bastante desde entonces, pero lo recuerdo como ahora.
Cada día me convencía más de mis preferencias, hasta entonces solo había probado con mis primos, pero no contaba como sexo al no haber penetración.
Salía de la escuela ya oscureciendo y me apresuraba a ser de los primeros en abandonar el área para adentrarme en una especie de bosque al que sentía como oasis.
Recorría cada rincón en busca de algún hombre que me hiciera el favor de tomar mi virginidad.
Me retorcía solo la idea del contacto visual, imaginen lo demás.
Y en uno de tantos días de rutina, cuando me adentro en un espacio reservado veo a un hombre de unos 30 años aparentemente como esperando por alguien sentado sobre un tronco de un árbol caído a la perfección en aquél lugar. Era un chico robusto, sus músculos lo hacían meritorio de aplausos y tentaban a tocarlos.
Él se percata de mi presencia de inmediato y disimula con una grave voz y me dice: ¿Buscas algo?, y justifica que estaba allí esperando a su novia de secundaria; a lo que perspicazmente contesto aunque muy nervioso de que igual iba a esperar a alguien en aquel lugar.
Me dijo q me quedara que igual llevaba mucho rato esperando por su "amiga" y que si no se presentaba pronto se iría a casa con las ganas como en días anteriores. Desde luego eso me puso sobre aviso que su intención era netamente sexual. Me hizo varias preguntas y yo
respondía aquel test como examen de mates.
Me preguntó que si ya yo tenía experiencia y haciéndome el duro le contesté que sí, que varias veces, pero profundizaba  cada vez más en los temas: que si ya me la habían mamado, que si yo lo había hecho y empezó a reírse diciéndome que él creía que yo no sabía nada.
Ya me sentí ruborizado de tantas cosas y alcanzaba a ver q se tocaba sutilmente aquel bulto que ya se hacía cada vez más grande, fue cuando entonces yo sentí que mi erección sería eminente por más que lo disimulara y que él se podría percatar de ello. Sentía miedo a su reacción por mi inexperiencia.
Él me dijo que me relajara y me dijo si quieres te enseño algunas técnicas para que dures más cuando tengas sexo. Ya era obvio que sería su discípulo. Y me lanzo y le pregunto ya con un nudo en la garganta: Y cómo piensas enseñarme eso?
a lo que contestó de inmediato abriendo su portañuela y dejándome ver lo que tanto yo ansiaba. Juro por lo más sagrado que hasta hoy no he visto nada más perfecto, era de unos 21 cm, gruesa, recta y una cabeza preciosa, las babas se me salían, creo que me brotó hasta una lágrima. Él me miraba todo el tiempo y me pide que me acerque a lo que como voz de mando e hipnosis ejecuté.
Tienes que ponerte primero así de duro, toca para que veas.... las manos me sudaban y la saliva me inundaba toda la boca.
Le toco aquél pedazo de cielo y estaba caliente como yo en mi interior, se puso frente a mi y me apretó mi mano en aquello para que lo sintiera bien y empezó a masturbarse con mi mano. Yo solo me dejaba llevar pero mi curiosidad me hizo agacharme para verla mejor mientras él sonreía con expresa picardía.
Tú me andabas buscando a mi verdad?, aquí estoy, soy lo que tú vas a necesitar en el tránsito a tu nuevo rumbo, yo vine para hacerte feliz, me decía... Y yo asenti llevándome mi primera lección de tan buen profesor. Tenía su pene en mi boca y aquello se ponía más grueso cada vez, sentía cómo palpitaba. Me hacía ligeros movimientos con ella e intentaba llevarla hasta el fondo pero hacía arcadas, era muy grande pero quería tenerla toda mi vida en mi boca. Empecé a hacerle lamidas por fuera y acariciaba a la vez su cuerpo, aquel pecho descomunal q sobresalía, sus tetillas estaban duras.
Me pidió que me masturbase mientras se la mamaba que la clase de hoy no duraría mucho porque tenía mucha leche que darme y que la tenía casi lista, a lo que me fui sincronizado hasta sentir que me llenaba la garganta de un embiste hasta el fondo que me dio junto a un gemido potencial, casi me ahoga, pero al unísono explotaba yo con una venida descomunal

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