Hermanos Gemelos

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Después de la experiencia de haberme masturbado junto a mi hermano, quedé con deseos de volver a repetir. Creo que mi gemelo también tenía curiosidad y disfrutó aquel momento tanto como yo, pero no sabía cómo propiciar las condiciones para volver a hacerlo. Lo cierto es que a los 15 años las hormonas andaban desbocadas y sentía gran apetito sexual.
El día transcurrió normal en la escuela, llegué temprano a casa,  me bañé y comí. Mi hermano estaba jugando fútbol con sus amigos y aún no había regresado a casa.
Salí a ver a mi novia, dimos un pequeño paseo y continuamos discutiendo, de verdad no tenía deseos de seguir con ella, por lo que corté la relación.
Al regresar a casa, nuestros padres ya dormían, pues estaban cansados por la celebración de matrimonio la noche anterior y mi brother se encontraba en nuestro cuarto, recién bañado.
Al verme, me da las gracias por no haberme burlado de él, mientras se masturbaba la noche anterior, no delatarle con nuestros padres y por haberle acompañado. Me dió un beso en mi mejilla, cosa que desde años no hacía y me abrazó muy fuerte. Aquel rico abrazo, hizo despertar a mi pene y creo haber sentido el suyo también bastante durito.
Yo le dije, sin vacilar. Gracias a ti, lo pasé bien. Traje otra peli porno muy buena y cuando quieras repetimos.
Me respondió rápidamente, pues si quieres ahora mismo, para luego es tarde. Me sorprendí con su respuesta, por lo que comprobé que tenía tantos deseos como yo.
Busqué la memoria que tenía bien escondida y la puse en la laptop, mientras él ,aseguraba la puerta para evitar que nuestros padres nos sorprendieran, aunque realmente ellos no entran al cuarto de noche. Cuando ya tenía el vídeo listo en la laptop, ya mi bro, estaba completamente desnudo y con su verga parada.
Le dije con una sonrisa pícara, eres rapidísimo. A lo que me respondió, me he pasado el día muy caliente hoy.
Me quité la ropa y comencé a masturbarme, el ya había iniciado con lo suyo.
Al poquito rato, me detuve, pues sentí cansancio. Así estuve más de un minuto, solo miraba como se masturbaba. El asombrado, me preguntó por qué había parado y le conté que sentía cansancio en mis manos por lo que estaba cogiendo un pequeño descanso.
Tomó mi verga con su mano libre y me dijo: Entonces yo te ayudo, me sorprendí bastante, pero se lo permití, pues realmente, me gustaba mucho como me masturbaba, nunca me lo habían hecho, ni siquiera las novias que había tenido. Lo noté algo nervioso, por lo que cerré mis ojos para que no sintiera vergüenza.
Al poquito rato, tomé su verga con mi mano y comencé a masturbarlo en un gesto de reciprocidad. Notaba como disfrutaba  con lo que le hacía. Así estuvimos agitando mutuamente nuestras pollas por varios minutos, hasta que comencé a sentir que mi pene estaba demasiado reseco y ya no era tan agradable.
Se lo comenté a mi bro y me dijo, no te preocupes, yo te lo mojo un poquito. Acercó su boca a mi pene y dejó caer  saliva sobre mi glande. Con  sus dedos humedeció todo mi pene expandiendo la saliva.
Ahora sí que se sentía rico, al ratito fue el quien se quejó de su pene seco, por lo que supuse que me tocaba a mí, humedecérselo.
Acerqué bastante mi boca a su pene para dejar caer mi saliva y entonces él, con malicia, empuja su cuerpo hacia arriba, pegando su pene a mis labios. Así que como dos segundos tuve su verga en mi boca y se la humedecí con la lengua. Nos miramos riendo y seguimos con la masturbación mutua. Al rato le dije, se me volvió a secar y el sin pensarlo, bajo su boca y me la humedeció directamente con su lengua. Así estuvo unos segundos, cuando iba a retirarse, aguanté su cabeza para que no se quitara, por lo que el sin protestar siguió con su boca en mi verga. Comenzó a chupar y que rico se sentía, me creía el rey del mundo. El se metía todo mi miembro en la boca y pasaba la lengua.
Luego le comencé a mamar su pene, pues tenía un gran deseo de hacerlo. Era muy agradable  tenerlo en mi boca y sentir un rico olor y sabor, que jamás había probado antes.
Así estuvimos un ratito haciendo un delicioso 69 y mi exitación era muy grande. Al punto que iba a venirme. Le avisé para que se retirara, pero se hizo el que no escuchó, por lo que dejé caer todo mi semen dentro de su boca. El lo disfrutaba y lo exitó mucho más, al punto que sin avisar descargó en mi boca toda su leche.
Se sentía muy cálida y un sabor extraño, pero me gustaba y no me dió asco.
Yo aún con la boca llena de su semen, que no sabía que hacer con eso, le señalo que tenía sus labios embarrados de mi  leche. Y me dijo, pues quitamela con tu lengua. Acerqué mis labios y me dió un beso muy rico, robándose de mi boca parte de su propia leche. Así seguimos besándonos por un rato y esa noche dormimos juntos en la misma cama abrazados, pues hacía frío.
Desperté con un beso en mis labios y me dijo, prepárate que hoy voy a conseguir nuevas pelis porno.

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