Capítulo 8: Un reencuentro Inesperado

78 7 0
                                    

23/02/2022

Mire hacia arriba pero no ví a la otra persona, voltee a los lados para revisar si había algún héroe cerca al que pudiera pedirle ayuda y grande fue mi sorpresa al darme cuenta que no había nadie cerca, solo éramos el y yo.

No podía dejarlo ahí, así que sin pensarmelo mucho me acerque para ayudarlo.

Me le acerque con lentitud y con nervios, me daba miedo pensar que en cualquier momento podría abrir los ojos y confundirme con la persona con la que estaba peleando, pero no lo hizo, incluso me asusté al creer que no estaba respirando.

De lejos no parecía ser alguien peligroso aunque tampoco inofensivo. Su vestimenta no era como la que usaría un villano o vigilante, pero se asemejaba más a un disfraz improvisado de halloween que lo hacía ver extrañamente sospechoso: Era un suéter negro con rayas rosadas, guantes negros sin dedo, unos pantalones y zapatos del mismo color, una mochila rosa con morado y su máscara simple de color blanco y negro con círculos donde deberían estar los ojos.

¿Rosado? Espera un momento, ¿Está persona es hombre o mujer?

Al acercarme me fue inevitable fijar mi vista como imanes al metal a sus heridas, tenía varios cortés en los brazos, un rasguño en la pierna, una fisura causado por otro rasguño en su máscara y lo que más resaltaba era el cuchillo incrustado en su estómago.

Me asusté y sentí mi estomago revolverse. Quise vomitar pero me aguanté las ganas tapándome la boca con la mano, no era momento para eso.

Debo hacer algo y rápido antes de que se desangre.

Por instinto busque de sacar mi teléfono del bolsillo para avisarle a las autoridades, pero casualmente lo había dejado.

¡Diablos Izuku!

¡¿Justo en el momento que más lo necesitas lo vas a venir dejando?!

Nada más me pasa a mí.

Debo hacer algo, ¿pero que? Sin teléfono, sin don y sin alguien cerca para que me ayude ¡¿Que podría hacer?!

Pensé y pensé, pero la única solución que se me venía a la cabeza no me convencía ni a mi, pero no había de otra.

Lo tome con sumo cuidado del brazo izquierdo, me puse su brazo alrededor de mi cuello, lo levanté y pase mi otra mano por sus espalda hasta la cadera para sostenerlo mejor.

Me costó un poco dar el primer paso, pero a los pocos segundos logré mantenerme de pie y avanzar con mucha más comodidad.

Lo que primero pensé fue en regresar a la feria para que alguien me ayudase a llevarlo al hospital, pero no quería arriesgarme a qué se desangrara y que muriera de camino allá, aparte de que se había caído de una altura considerable, mi única opción era la de llevarlo al lugar más cercano y ese era ni más ni menos, que mi casa.

Si efectivamente, estoy llevando a un posible criminal a mi hogar, pero es esto o dejarlo morir.

«¿lo ves? Eres inútil igual que un deku»

No, no me reuso hacer un inútil está vez.

Yo te salvaré.

...

Observé las luces encendidas de mi casa, osea que mi mamá estaba despierta seguramente esperándome, algo que no me favorecía en esta situación.

¿Cómo voy a llevarte a mi habitacion sin que mi mamá se de cuenta?

Abrí con cuidado la puerta, me quedé parado a delante de esta y me asume primero a la sala, mi mamá no estaba ahí. Al pasillo pero mi mamá tampoco estaba ahí. Entonces, si no está ni en la sala ni en el pasillo, ¿En dónde está?

Una rosa marchitaWhere stories live. Discover now