Capítulo 5.

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† DE VUELTA †

Aquella noche Aori no paraba de pensar y tratar de adivinar el día en el que los sentimientos de su esposo habían cambiado, antes todo había sido maravilloso, pero desafortunadamente eso había terminado, perdiendo al hombre que amaba, además de perder también a su mejor amigo.

* * *

Dos semanas pasaron con rapidez, tanto Aori como Keith se habían acoplado a estar juntos. Tanto así que cuando llegó el día de regresar, llegó a preocuparse, pues en ese tiempo su cachorro pudo llegar a adaptarse a su jefe.

-¿Empacaste todo?-preguntó el alfa mirando las maletas a mitad del pasillo.

-si. ¿A qué hora nos vamos?-

-mañana. A las tres de la tarde.-

-bien.-

El pelinegro miraba encantado como aquel Omega se movía con una pancita apenas notable. Le parecía tierno ver a ese Omega en tal estado.

-¿Quieren saber el sexo del cachorro? ¿O será sorpresa?-

-me gustaría que fuera sorpresa.-sonrió dulcemente.

Keith se acercó y con ternura le acaricio el vientre, ahí donde crecía el fruto de un matrimonio que, él creía, era una matrimonio feliz.

-seria lindo si sus ojos fueran iguales a los tuyos.-los ojos verdes del Omega se cruzaron con los azules del alfa, los cuales le miraban con intensidad. Aori podía jurar que el alfa se estaba acercando lentamente.

De un momento a otro, el celular del alfa comenzó a sonar, alejo su mano del Omega y saco su celular del bolsillo.-disculpa, debo atender.-

Keith se alejo dejando al Omega en el pasillo, con las mejillas rojas y su corazón latiendo desenfrenado.

* * *

Al día siguiente, la mañana transcurrió como habían sido últimamente, Keith preparando el desayuno mientras el Omega se duchaba, para finalmente desayunar juntos.

Pero desde que había salido de la ducha, Aori notaba cierta molestia que provenía del alfa. No quiso molestar, así que simplemente se limito a compartir la mesa con su jefe, hasta que sintió un pequeño dolor debajo del vientre, provocando que se quejara y llevará su mano hasta donde descansaba su hijo.

-¡Ah!-

Inmediatamente el alfa se levantó y fue a su lado.-¿Qué tienes? ¿Estás bien?-

-me dio un pequeño dolor.-

-ven conmigo, te llevaré al médico.-

-no hace falta, está pasando. Creo que será mejor recostarme en el sillón.-

-bien, no hagas esfuerzos.-con delicadeza, el alfa cargo entre sus brazos al Omega, llevándolo al sillón y dejándolo semi acostado.-dicen que todo lo que siente la madre también lo siente el bebé. ¿Estás estresado? ¿Que sucede?-

-solamente me preguntaba el motivo por el cuál estaba usted molesto.-

-¿Qué?-

-desde que salí de la ducha pude notar que estaba molesto, pensé que tal vez habia hecho algo mal.-

Keith sonrió, suspiro y abrazo al Omega.-pero jamás podría enojarme contigo. Me asustaste. Jamás podría perdonarme si algo les llega a pasar.-

Por alguna extraña razón, aquellas palabras lograron enrojecer al chico, quién sonrió dulcemente y acarició su pequeño vientre.

«Ojalá Ian hubiera sido así de dulce.»

* * *

Antes de tomar el vuelo, Keith preguntó al Omega si estaba en condiciones de abordar, el Omega respondió que todo estaba bien.

Durante el vuelo el alfa intento hacer sentir cómodo al Omega, quién sonreía encantado al notar los esfuerzos del pelinegro.

Al llegar a su destino, la oscuridad cubría la ciudad, y el viento azotaba los cristales del aeropuerto.

-esta helando.-sin pensarlo, se quitó el abrigo que llevaba puesto (junto a una bufanda celeste), y le coloco las prendas al Omega, quién las acepto sin dudarlo, pues el frío que sentía era insoportable.

-mi chófer está por llegar. Te llevaré a casa en cuanto llegue.-

-descuide. Puedo tomar un taxi.-

-es tarde y no pienso ponerte en riesgo.-

-pero...-

-Aori.-al escuchar su nombre y reconocer esa voz, su cuerpo comenzó a temblar, y no por el frío.

Se dio la vuelta, esperando que fuera solo una mala jugada de su cabeza, pero no.

Al voltear pudo ver a ese chico de cabellos y ojos castaños, aquel que lo había lastimado, ese que lo había traicionado con su mejor amigo.

-Ian.-

-¡No tienes idea de cuánto te extrañe!-se acercó y lo abrazo, en cambio Aori lo alejo sutilmente.

-¿Qué haces aquí?-

-ayer por la noche llame a tu jefe, le dije que me era imposible comunicarme contigo y me contó lo de tu cargador. Me dijo que volvían hoy, llevo todo el día esperándote, amor.-

El Omega volteo hacia su jefe, quien miraba el suelo con cierta incomodidad.

-¿Es verdad?-

Keith le miro sin expresión.-¿Por qué crees que estaba molesto?-

Fue entonces que Aori se preguntó que tanto sabían los alfas, en primer lugar le había mentido a Keith diciendo que Ian sabía todo; el embarazo, el viaje, las citas médicas.

Pero Ian no sabía nada de eso, comenzó a asustarse al desconocer que era lo que Ian sabía, o que era lo que Keith le habia comentado.

-hueles diferente.-escucho decir al castaño.

-es mi abrigo. Se lo dí.-habló Keith mirándolo con seriedad.

-usa el mío.-el castaño se quitó su suéter y ayudo al Omega a quitarse el abrigo ajeno, notando aquella pequeña barriga.-creo que últimamente has comido de más, estás más gordito.-

Al escuchar tales palabras, el alfa apretó los puños y dio un paso hacia el castaño, pero fue entonces que noto la mirada del Omega, como si estuviera hipnotizado, se detuvo.

Fue entonces que un señor de traje se les acercó.-señor, bienvenido. El coche está afuera.-

-que tenga un buen viaje.-habló Aori entregándole el abrigo.

-los llevaremos a casa, es tarde y las calles son peligrosas.-

-no queremos causarle molestias.-intervino el alfa castaño.

Keith lo ignoró, miro al Omega.-¿Aori?-

El nombrado estaba asustado, no sabía que era lo que los alfas sabían, pero también estaba asustado por Ian, sabía que estaba actuando, nunca había sido tan amable con otro alfa, y menos si estaba tan cerca o era muy atento con él.

-estoy cansado, gracias por ayudarnos.-

Aori salió del aeropuerto sin mirar a su esposo, sabía que este se encontraba molesto, no quería admitirlo, pero le asustaba pensar que llegaría a casa y se quedaría a solas con su aún esposo.

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¿Si no hay amor? «OMEGAVERSE.»Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin