Capítulo 11.

112 20 0
                                    

† REENCUENTRO †

Las semanas pasaban y Aori se estresaba más con el paso de los dias, Colin no tenía la culpa, sentía que todo era culpa de Ian.

Su esposo solamente trabajaba, era Aori quién debía encargarse de limpiar, lavar, cocinar, y encargarse 100% de Colin, pues Ian jamás lo ayudaba, ponía de pretexto que llegaba muy cansado del trabajo, con suerte hacia las compras de la semana.

Colin era un ángel, pero siempre que Ian llegaba o se le acercaba comenzaba a llorar con desesperación, era sumamente difícil dormirlo cuando Ian estaba en casa.

Una mañana se levantó y atendió a su pequeño, quién recién cumplía dos meses de nacido, el pequeño soltaba pequeñas risas siempre que podia.

-¿Qué dices si salimos a comprar la despensa?- juguetón metió a su pequeño al carrito y se dispuso a salir de casa.

***

Caminando por el supermercado, mientras  buscaba cosas que su pequeño necesitaba, a lo lejos pudo reconocer esa hermosa cabellera castaña.

-¿Camila?-al oír su nombre, la chica volteo, dibujando una enorme sonrisa al ver al Omega.

-hola.-sonrió alegre la chica mientras se acercaba.

-hola, ¿cómo te fue en tu viaje? Dijiste que volverías dos meses atrás.-

-lo se. Tengo cosas que contarte. Pero primero quiero conocer a tu bebé.-la joven se agachó y vio al pequeño, quién sonrió sutilmente.-¡Dios Aori, es hermoso!-

-su nombre es Colin.-

-¿Colin? Así se llamaba el abuelo de Keith.-

-lo se. ¿Te parece si mejor vamos por un café?-

***

-pues me alegra que todo esté bien.-sonrió la chica mientras miraba al pequeño que jugaba con una servilleta.-dime ¿Ian ha cambiado?

-lo está intentando. Pero mejor cuéntame de tu viaje, ¿por qué llegaste dos meses tarde?-

Camila sonrió nerviosa,-fue un viaje entre amigas, pero dos días antes de volver yo... Conocí a alguien.-

-¿Alguien? ¿Y significó algo?-

-Aori, creo que se trata de mi destinado.-

-¿Qué? Camila, estás comprometida. Tú... Dijiste que Keith te gustaba en serio.-

-tal vez solo estaba confundida, o cansada de esperar al príncipe azul.-

Aori no pudo evitar sentir alegría al ver los ojos de su amiga iluminarse por hablar de ese alguien.

-¿Y como es?-

La cara de la chica enrojeció sutilmente.-es lindo, es amable. Pensándolo bien, es todo lo contrario a Keith.-

-oh, hablando de Keith. ¿Podrías entregarle esto?-de su maleta saco un folder, mismo que le entrego a la chica y está lo revisó.

-¿Tu renuncia?-

Asintió.-lo estuve pensando, y quiero disfrutar de Colin.-

Camila dudó.-¿Lo pensaste o fue idea de tu esposo?-

-de quién haya sido la idea no importa, Colin es pequeño y quiero disfrutar sus etapas.-

-okey. Voy a ser sincera. Sabes que si hablas con Keith no tendrás problemas en llevar a Colin contigo al trabajo. Keith haría todo lo posible para que estén cómodos.-

-no creo que...-

-Aori por favor. Perdóname que lo diga, pero se que Keith te mira con ojos de amor, antes no lo aceptaba para no perderlo, pero ahora puedo decirtelo. Keith siente algo por ti. Y me sorprende que no lo hayas notado.-

«Y si es así, ¿Por qué no ha llamado?»

-¿Has hablado con él? No nos ha visitado.-

-pues es por tu esposo. No quiere causarte problemas.-

Tenía razón, cuando Colin nació y ambos alfas se cruzaron, Ian había actuado de una manera grosera hacia su jefe.

Aori miro a la chica y ladeó una sonrisa.-¿Y ya le contaste sobre tu destinado?-

-aun no, pero tampoco importa. Jamás le importe.-

-¿A quien no le importas?-ambos dieron un pequeño brinco, Keith tomo asiento quedando frente al omega, quién al cruzar miradas con el alfa se estremeció.

-¿Que tanto escuchaste?-pregunto la castaña ocultando su incomodidad.

-escuche a Aori preguntar si ya estaba al tanto de tu destinado. Camila, me importas.-la mano del alfa sostuvo la mano de la joven.-pero no de la manera que nuestros padres quisieran. Me preocupo por ti porque eres como mi hermana, crecimos juntos, ¿cómo podrías no importarme?-

Camila sonrió, comprendía entonces que el cariño hacia ese alfa era también un sentimiento de hermanos.

Alejo su mano y se puso de pie.-es raro escucharte siendo dulce, siempre has sido distante conmigo. Creo que iré a casa y hablaré con mis padres sobre la ruptura de nuestro compromiso.-

La chica se fue con una hermosa sonrisa.

Keith miro al Omega.-hola.-

-hola.-respondió desviando la mirada.

-¿Hum? ¿Camila te dijo o te hizo algo? O ¿Estás molesto conmigo?-

Del carrito se escucharon suaves balbuceos, Keith volteo encantado.-¿Puedo cargarlo?-

-claro.-

Keith tomo al bebé y este empezó a balbucear como si hablara con el alfa, soltaba pequeñas risas y estiraba sus pequeñas manos para poder tocar al alfa.

El corazón de Aori brincaba de alegría, su bebé parecía reconocer perfectamente al alfa.

-Aori en verdad es hermoso, es idéntico a ti.-

-te hizo caso.-el pelinegro lo miro confundido.-una vez dijiste que ojalá se pareciera por completo a mi.-

Sonrió, estiró su mano y tomo la del Omega.

-¿Puedo hablar? Promete que no vas a interrumpirme.-el Omega asintió.

-cuando te conocí sentí que todo a mi alrededor cambiaba. De repente comenzaba a gustarme mi trabajo, las reuniones semanales, buscar excusas para tenerte cerca.-ambos rieron.-Aori, no tienes idea de cuánto me gustas, que más daría por ser alguien importante para ti.-

-Keith...-

-se que estás con Ian, pero si no lo decía se que tarde o temprano me volvería loco.-

Le asustaban admitirlo, pero muy en el fondo sabía que el cariño que sentía hacia Keith no era solo de amigos.

-también me gustas, pero...-sin perder tiempo, Keith le tomo suavemente del rostro y se acercó, plantando un suave beso sobre los labios del castaño.

El beso fue corto pero tierno, Keith se separó bajando la mirada hacia el bebé que descansaba en sus brazos.

-lo lamento.-

-estoy con Ian.-

Levanto la mirada.-lo se, pero también se compartir.-

-no sería justo para ti. Mereces algo lindo, algo sano.-miro a su pequeño y le acaricio la mejilla.- creo que es hora de volver a casa.-

-por favor, dejame acompañarlos.-

***

Durante el camino ninguno había dicho nada, Keith manejaba mientras Aori cargaba a su pequeño, quién soltaba risas y miraba al alfa.

Al estar cerca de su casa, Aori noto de inmediato a su esposo, quién estaba afuera con Thomas, sintió una rabia enorme.

>>>

¿Si no hay amor? «OMEGAVERSE.»Where stories live. Discover now