Capítulo 9.

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† ¿DE NUEVO? †

Tres días pasaron rápidamente, Aori se levantó y como de costumbre se dirigió al baño, al terminar se vistió con ropa que Keith le había comprado, y al bajar a la cocina encontró su desayuno (como esas mañanas viviendo ahí).

Se sentó y disfruto del desayuno, sabía que Keith no se encontraba en casa, le había informado que saldría a una reunión de última hora, no podía faltar ya que era importante.

Al terminar se puso de pie y salió al pequeño jardín trasero para disfrutar un rato del aire libre.

Keith podía ser el CEO de la empresa, pero aún así su casa era normal, no muy grande pero de dos pisos, y era el mismo quién se encargaba de la limpieza y mantenimiento de esa casa.

-Camila tendrá un esposo maravilloso.-penso mientras acariciaba su abultado vientre, fue tras esas palabras que Ian apareció en su cabeza, ¿Estaría preocupado? ¿Acaso estaba buscándolo?

-¿Te encuentras bien?-escucho detrás de él.

-hola, no te oí llegar. ¿Cómo te fue?-saludó con una enorme sonrisa.

-bien. ¿Estás incómodo?-negó Aori sonriendo. Keith se acercó y se inclino hasta el vientre del omega.-hola bebé, volví.-al escuchar su voz, la pequeña vida comenzó a moverse haciéndose notar de inmediato.

El timbre de la casa comenzó a sonar, rompiendo con aquel dulce momento.

-compre fruta, ¿Qué dices si entras y comemos un poco?-

-me gustaría, gracias.-

Aori entristeció, se estaba acostumbrado a ese alfa, lo cual era una estupidez, pues existía Camila, su prometida. Sabía que tarde o temprano debía salir de ahí, no quería causar problemas o malentendidos.

Al abrir la puerta, Keith se encontró con un alfa castaño, más alto que Aori pero no más alto que él.-¿Si?-

-vengo por Aori, soy su esposo.-

Rápidamente la furia en Keith apareció, tenía tantas ganas de golpearlo y gritarle cosas, pero por muy duros que fueron sus padres, lo había educado haciéndole saber que la violencia no resolvía nada.

-lo siento mucho. Pero Aori no irá con usted.-

Frunció el ceño.-¿Lo dice él o lo dices tú?-

Keith le dirigió una mirada de odio.-¿Por qué cree que tiene el derecho de venir por él aún cuando es usted quién lo ha lastimado?-

-¡Mira imbecil...!-

-¿Qué haces aquí?-detrás del pelinegro apareció el Omega.

Ian lo miro con tristeza.-vine a buscarte. ¿Podemos hablar?-

Keith y Aori se miraron, el Omega se acercó y le dedico una sonrisa tierna al alfa, gesto que molesto a Ian, quién solamente aparto la mirada.

-entra, yo me encargo.-

-no pienso dejarte con él.-

-por favor, confía en mí.-hipnotizado por esos hermosos ojos esmeralda, Keith dio media vuelta y entró a la casa.

Aori entre cerró la puerta y bajaron las escaleras de la entrada para alejarse de la puerta.

-te vez hermoso.-susurro el alfa mirando al Omega, no mentía, el chico se miraba más hermoso que antes.

Aori ignoró el halago.-¿De que quieres hablar?-

-por favor, vuelve a casa. Vuelve conmigo.-se acercó y le tomo de las manos, mismas que el Omega alejo con delicadeza.

-trata de entenderme. Me haces a un lado siempre que puedes, eres frío, además me engañaste con quién pensé que era mi mejor amigo.-reprimió las lágrimas.

-lo se. Y lo lamento.-

-no pienso volver.-

-Aori por favor.-intento acercarse, pero el Omega retrocedió rápidamente.

-no Ian, está vez no se trata solo de mi.-

Ian comprendió entonces el dolor de su esposo, reconocía el daño que le había hecho.

Se acercó con delicadeza, y por primera vez logro abrazar al omega.-se que no eres solo tú. Es por eso que estoy dispuesto a cambiar. Seré el mejor esposo, el mejor padre.-

-no Ian.-trato de alejarse, pero el alfa le tomo de las manos.

-por favor. Seremos los padres que jamás tuvimos.-

Fue entonces que Aori pudo ver a un alfa joven, recordó que hace años le había dicho las mismas palabras que ahora decía.

En ese entonces eran jóvenes, se amaban con locura, era la primera vez que tocaban el tema de formar una familia, fue ahí cuando se prometieron ser mejores padres que con los que habían crecido.

El recuerdo, y las hormonas, lograron hacer que las lágrimas brotaran, Ian sonrió con tristeza y lo envolvió sobre su pecho.

-no quiero que nos lastimes.-

-no lo haré, cariño. Seré el mejor esposo. Después del trabajo iré directo a casa para estar con ustedes, se acabaron las mentiras. Quiero recuperar a mi familia.-

Alejo un poco al Omega, levanto su rostro y lo beso suavemente, un pequeño beso que rompió el corazón de Keith, quién los miraba desde dentro de la casa.

Después de unos minutos, Aori entró nervioso, vio a Keith sentado en el sofá y se acercó.

-gracias por todo el apoyo.-

-¿En serio volverás con él?-preguntó rápidamente el alfa sin mirarlo.

-es mi esposo.-

«¿Qué respuesta es esa? ¿Volverás solo por esa respuesta tan anticuada?»

Se levantó aún sin mirarlo.

-sientate.-Aori obedeció.

Keith se arrodilló y acercó su rostro al vientre del Omega.-portate bien amor, no lastimes a mamá. Prometo ser el primero en visitarte cuando salgas de casita.-como siempre, los movimientos en el vientre le hacían saber al alfa que adentro había una personita que lo apreciaba.

-te amo.-susurro para después besarlo, se quedó ahí un momento, sabía que esa era la última vez que sentiría esos movimientos tan lindos.

Se puso de pie y el Omega se levantó para abrazarlo.

-Keith.-el alfa sin dudarlo lo envolvió con cariño.

-cuida mucho a mi bebé.-las lágrimas del omega escaparon.-si algún día quieres volver no necesitas preguntar, siempre voy a estar para ustedes.-

***

La casa era la misma, nada había cambiado.

-llevare esto a la recámara.-hablo refiriéndose a toda la ropa que Keith le había comprado, incluido productos personales, zapatos y medicamentos.

Aori entro a la cocina para buscar agua, pero el cesto de basura llamo su atención.

Se dirigió a la habitación e Ian lo miro de inmediato.-¿Son tulipanes?- pregunto mostrando la flor que había tomado del cesto.

-los compré la noche que desapareciste.-

-¿En verdad quieres arreglar las cosas.-

Ian dejo de hacer lo que hacía, tomo de la mano al Omega y se sentó con él en la cama.-se que me equivoqué. Pero realmente quiero estar bien contigo. Quiero cumplir la promesa que hice frente al altar.-

Aori, sin saber que decir, solo abrazo al alfa, tenía miedo de estar equivocado.

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¿Si no hay amor? «OMEGAVERSE.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora