Capítulo 8.

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† OCULTO †

-tal parece que el cachorro está un poco débil.- termino el ultrasonido y le retiro el gel con una toalla de papel.-puede acomodarse la ropa.-

Keith se acercó rápidamente y le ayudo a bajarse la sudadera.

-¿Ha estado comiendo adecuadamente?-

-con los polvos que me recetó no tengo problemas.-

La doctora frunció el ceño y miro al alfa.-¿Acaso no puede cocinarle? Un simple jugo hecho por usted ayuda mucho.-

Aori miro a Keith, este solamente asintió ante el ragaño de la doctora.

-¿Sientes que se mueve mucho?-

-la verdad no.-

La doctora dejo de escribir y se quitó los lentes, miro al Omega y después al alfa.-creo que usted es el problema. Podría cocinarle de vez en cuando, atender a su Omega, mimarlo. ¿Ha estado usando sus feromonas para ayudarlo? El cachorro está débil por no consumir alimentos suficientes. Le falta cariño de papá.-

Aori se sintió incómodo, temía que el alfa se molestará al ser confundido y regañado por un bebé que no era suyo.

-él no...-

-entiendo. Ayudaré más.-el Omega lo miro, Keith en cambio permanecía tranquilo ante tal regaño.

-hagalo. El trabajo puede esperar, aunque sea solo un día. Les traeré el ultrasonido.-se puso de pie y salió.

-si le hubieras dicho que no eres el padre te hubieras evitado el regaño.-

Keith le dedico una tierna sonrisa, se le acercó y  quedó a centímetros de su rostro.-tú y yo necesitamos hablar, y quiero que me digas la verdad.-dicho esto se le acercó y termino besando su frente.

Se enderezó y salió de la habitación para hacer una llamada, Aori lo vio irse, bajo la mirada y acarició a su bebé, ¿Qué tanto daño le estaba haciendo con cosas tan pequeñas?

***

El silencio reinaba en el auto, Aori miraba nervioso por la ventana, esperando el momento en el que el alfa comenzará a hacer sus preguntas.

Fue entonces que el coche se detuvo cerca de un parque, Keith bajo y se recargo en la parte delantera del auto, en cambio Aori dudo en bajar, no sabía si el alfa estaba de humor, pero de lo que si estaba seguro, era de que ese alfa no podría hacerle daño, así que opto por bajar, descansando a un lado del alfa.

-¿Estás molesto conmigo?-

-¿Disculpa?-

-falte a las citas médicas, y te regañaron por nuestra culpa.-habló acariciándose la barriga.

Keith sonrió encantado.-ven aquí.-tomo al Omega por los hombros y lo envolvió en un cálido abrazo.-las feromonas de los alfas normales son diferentes a la de los pura sangre. Es verdad que pueden marcar territorio, o soltarlas para dominar a los omegas. Pero las feromonas de los pura sangre son mucho más pesadas, pero no por eso son de olores fuertes, solemos poseer también olores suaves.-

Dicho aquello, un suave aroma a menta se desprendió por su alrededor, controlando se para que únicamente envolvieran al castaño.

-Ian no ha desprendido feromonas para ustedes, ¿cierto?-

-no.-

-tienes ya siete meses de embarazo, ¿acaso jamás se preocupo por ustedes?-

Por primera vez, el omega sintió la necesidad de  hablar sobre su situación matrimonial, así que sin despegarse del alfa comenzó a hablar.

-la verdad es que te mentí, mi vida matrimonial no es tan perfecta como piensas. Unos días antes de irnos a Toronto... Descubrí que Ian tenía aventuras con quién consideraba mi mejor amigo. En Toronto lo ignore por completo... Pero al llegar él escucho cuando hablaste de mi embarazo. Presiento que aún se frecuentan.-

En ese momento, y por la voz cortada del Omega, Keith sintió un fuerte dolor en el pecho, le dolía saber que el Omega que amaba en secreto sufría a causa de quién había jurado amarlo.

-si tú quieres puedo ayudarte.-lo alejo un poco y lo miro fijamente.-me lástima saber que has estado sufriendo en una etapa tan hermosa.-

Aori sonrió al sentir un suave movimiento dentro de su vientre.-creo que tus feromonas ponen feliz al bebé.-

-¿Se está moviendo?-asintió.

Keith se agachó quedando a la altura del vientre ajeno, lo acaricio dulcemente y se acercó para poder hablarle.-hola cachorro, me alegra volver a estar junto a ustedes, los extrañe.-

El Omega soltó sonoras risas, tal parecía que su cachorro extrañaba a Keith.-se siente extraño, pero es lindo.-

-ven conmigo.-susurro al levantarse.-yo cuidare de ustedes. No quiero que Ian los lastime.-

Lo pensó por un momento, le dolía admitirlo, pero realmente estar en ese lugar les estaba haciendo daño, estaba consciente que necesitaba alejarse, no por él, sino por la pequeña vida que dependía completamente de él.

-pero... ¿Que le voy a decir?-

-pensaremos en eso luego. Ahora necesito que estén a salvo y cómodos.-

-¿En verdad podemos ir con usted?-

-yo estaría encantado.-le sonrió dulcemente.

Sus dudas crecieron, pero los movimientos bruscos en su vientre parecían opinar que querían ir con Keith, encantado sonrió, asintió mirando al alfa.

***

Al ver la hora en su teléfono celular, y darse cuenta que era realmente tarde, se levantó de golpe y comenzó a vestirse.

Del otro lado de la cama, el peliazul se movió molesto.-¿A dónde crees que vas?-

-¿Cómo que a dónde? A casa.-

Rápidamente el beta paso de estar molesto a fingir tristeza.-¿No te vas a quedar conmigo?- se le acercó a gatas y se recargo en la espalda del alfa.

-hazte a un lado.-lo alejo de un empujón y se levantó para salir de la habitación de hotel.

Mientras manejaba de regreso a casa, unos ramos de tulipanes se mostraban en los aparadores de una tienda de 24 horas.

Fue entonces que una de las tantas imágenes que había olvidado volvió a su cabeza.

Finalmente había alejado a Aori de sus padres, vivian juntos aún en casa de su madre, siempre le había dicho que amaba los tulipanes, y jamás le había regalado unos, así que decidió comenzar a trabajar, y con su primer salario finalmente había comprado un hermoso arreglo de tulipanes para su amado Omega.

Recordó entonces la hermosa sonrisa del castaño, una que sabía perfectamente que no existía gracias a él.

***

Bajo del coche con el ramo entre sus manos, por primera vez después de muchos años estaba nervioso, quería hablar adecuadamente con su esposo, arreglar las cosas y salvar su matrimonio.

Abrió la puerta y se sintió extrañado, Aori siempre dejaba una luz encendida para él, pero está vez la casa estaba a oscuras.

No le tomo importancia y dejo sus cosas sobre el sofá. Entro a la cocina y no encontró ollas sobre la estufa. Esta vez comenzó a sospechar, fue entonces que agudizó su olfato, no lograba detectar el aroma del Omega, cosa que era imposible, pues al estar en embarazo no podía retener sus feromonas.

Rápidamente entro a la habitación, la que igualmente se encontraba vacía.

Comenzó a asustarse, en esa ciudad no tenían familiares, ¿A dónde podría haber ido?

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¿Si no hay amor? «OMEGAVERSE.»Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang