Capítulo 10.

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† COLÍN †

Ian había cumplido su trato, claro que no era todo perfecto, de vez en cuando llegaban a tener peleas, o malentendidos, pero rápido solucionaban sus diferencias.

Pero había algo que preocupaba al omega, su bebé no se había movido desde que habían partido de la casa de Keith, le hablaba cada noche y no había respuesta.

Cansado de hacer labores domésticas, decidió sentarse en el sofá y revisar su teléfono, fue cuando encontró un mensaje de Camila, esa dulce Omega que le confirmaba que volvería en unas semanas.

Entro al chat con Keith y reviso las conversaciones pasadas, desde que había regresado con Ian no habían vuelto a hablar. Fue entonces que encontró un audio y decidió reproducirlo.

Solo se trataba de trabajo, no era importante para Aori, pero al parecer si para la personita que estaba en su vientre, pues al escuchar la voz de Keith comenzó a moverse con desesperación.

-¿Estás feliz?-preguntó mientras acariciaba su vientre.-¡Ah! Okey. Cálmate.-los dolores comenzaron a ser más fuertes, y algo en él le aseguraba que eso no era bueno.

Comenzó a sentir como un líquido escurría por sus piernas.-no. Por favor no.-agarro su celular y camino hasta la habitación para tomar la maleta que ya tenía preparada, mientras que también marcaba al número de su esposo.

-contesta.-no respondían y el dolor comenzaba a ser más fuerte.-¡Maldición!-

Salió de la habitación y camino hasta la puerta mientras marcaba un número diferente.

Al primer timbre atendieron.-¿Hola?-

-Keith... Creo que voy a dar a luz. Estoy solo y Ian no me contesta.-

-llego en cinco minutos.-colgaron.

Aori comenzó a entrar en desesperación, sentía que en cualquier momento su bebé saldria. Trato de ocupar su mente en otra cosa y acarició su vientre con ternura.

Cuando se dio cuenta Keith había entrado y se acercaba preocupado.-aqui estoy.-lo abrazo y comenzó a desprender feromonas.-respira. ¿Necesitas llevar algo?-

-solo la maleta.-

Keith se colgó la maleta y ayudo al Omega a llegar hasta el coche, lo acomodo y le beso la frente.-no te asustes.-

Aori sonrió asustado.-por favor no hables.-

No quería ser grosero, pero con cada palabra del alfa su bebé era más inquieto.

***

Los doctores acercaron una silla de ruedas y lo llevaron a la habitación, el alfa se quedó afuera, pero no tardó en salir una enfermera y pedirle que ingresará, pues el Omega estaba perdiendo la conciencia.

Rápidamente se colocó la bata, el cubre bocas y los guantes. Al entrar vio como el Omega respiraba con dificultad.

Se acercó y le tomo de la mano. Aori sonrió con tristeza.-no puedo. Keith cuida a mi bebé.-

-no amor. Si puedes.-

-tendría que elegir.-intervino el doctor.-el paciente no tiene la fuerza para pujar, es tarde para anestesiarlo y debemos realizar la cesárea.-

-Keith por favor, prometelo.-las lágrimas comenzaron a brotar por los ojos esmeraldas del omega.

-quiero que salve a los dos.- miro desafiante al médico, quién solo se alejo y comenzó a hacer su trabajo.

El corazón de Keith se rompía al escuchar como el pequeño y delicado Omega gritaba de dolor, sufría al ver sus lágrimas brotar, de un momento a otro un llanto más agudo resonó por la habitación.

-¿Aori?-el Omega comenzaba a perder la conciencia .-Aori escúchame, no puedes dejarnos.-

***

La habitación estaba en silencio, hasta que la enfermera entro con un pequeño varón que lloraba como si no hubiera un mañana.

Keith se limpio las lágrimas y se puso de pie para poder ver al bebé, era tan pequeño y delicado.

Lo tomo entre sus brazos y sintió ver la segunda personita más hermosa en el mundo.-hola mi amor.-al oír su voz el llanto del pequeño se detuvo, siendo sustituido por una pequeña sonrisa en los labios del bebé.

La enfermera salió y Keith se quedó de pie admirandolo, era bellísimo, y a sus ojos solamente tenía parecido con Aori.

-lo cumpliste...-el alfa volteo rápidamente, Aori había despertado después de tres horas.-fuiste el primero en visitarlo.-

El alfa se acercó y con delicadeza acomodo al pequeño en los brazos del castaño. Se sentó a un lado del Omega y le acaricio el cabello con dulzura.

Aori miraba encantado a su bebé, el dolor había valido la pena.

-¿Pensaron en un nombre?-

El omega sonrió.-Colin. Su nombre es Colin.-

-es el nombre de mi abuelo.-

Durante su viaje a Toronto, Keith le había contado al omega historias sobre su abuelo y el gran cariño que le tenía a este, también le había contado como perderlo le había afectado mental y sentimentalmente.

-se que lo quisiste mucho. Quiero pagarte todo lo que has hecho por nosotros.-Aori lo miro, entonces Keith sonrió y le acaricio el rostro.

-¿Y tú esposo que piensa?-

-a quién le importa.-

-no puede pasar.-se escucho el grito de la enfermera y la puerta de abrió de golpe, dejando ver a ese alfa castaño malhumorado.

Ian miro con desprecio al pura sangre.-¿Qué hace este imbecil aquí?-

-señor tiene que retirarse.-

-yo soy el maldito padre, si alguien tiene que irse es él.-señalo con odio al empresario.

Aori miro a la enfermera y sonrió incómodo.-¿Pueden quedarse ambos?-

La enfermera miro con odio al recién llegado, trono los labios y se dio media vuelta cerrando la puerta tras de ella.

-pense que nuestros asuntos eran solo nuestros.-

-te llame y no respondiste. ¿Cómo supiste que estaba aquí?-

-los vecinos me dijeron que te vieron muy mal, así que lo supuse.-se acercó y vio el pequeño bulto entre los brazos del Omega.-¿Niño o niña?-

-niño.-

-¿Puedo cargarlo?-Aori asintió y el alfa lo tomo entre sus brazos, pero el pequeño comenzó a llorar con desesperación.-es hermoso.-miro de soslayo al pelinegro.-si gustas puedes irte, yo cuidare de ellos.-

-¡Ian!-

-¿Qué? Seguramente tiene cosas que hacer.-

Keith le sonrió al omega.-te llamaré más tarde.-se puso de pie y salió de la habitación con un pequeño dolor al no poder despedirse del bebé.

Por otra parte Aori miraba sin emoción como su "esposo" cargaba al bebé que no dejaba de sollozar.

-¿Por qué no atendiste el teléfono?-

-estaba realizando una entrevista.-se acercó a la camilla y se lo entrego al Omega.-ten. No deja de llorar.-

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¿Si no hay amor? «OMEGAVERSE.»Onde histórias criam vida. Descubra agora