XIII

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"Es molesto cuando la razón te dice

que debes apartarte de alguien,

pero el resto de tu ser te ruega que te dejes llevar"


Al día siguiente fui a trabajar y cuando regresé por la tarde a la casa, me encontré a la chica votando el plato de comida sin tocar, algo que me preocupó mucho, pero no quería ser tan obvio por lo que solo me quedé mirándola cruzado de brazos.

—¿Qué? No tengo hambre —dijo a la defensiva.

—Tu cuerpo dice lo contrario. —Podía escuchar su corazón bombear más lento de lo normal en ella por el agotamiento por no comer ni dormir bien— Estar preocupada te quita las ganas de comer, pero eso no significa que debas dejar de alimentarte, mínimo deberías tomar sanadvi, que te enfermes no hará que tu amiguito mejore, al contrario —dije sirviéndole un vaso del jugo mencionado, esperando que este hiciera su trabajo.

—¿Por qué no acaba de despertar? —preguntó afligida.

—Todo depende de que tan mala sea su relación con su lobo y las ganas que tenga de vivir —le expliqué antes de tomar un poco de sanadvi mientras trataba de ignorar el corazón acelerado de ella, que por alguna razón no le molestaba a mi lobo, al contrario, quería provocarlo más, mientras mi lado vampiro quería callarlo.

—¡Él si quiere vivir! Osmon no se dejaría vencer así, ¿cierto? —La desesperación y el dolor en su tono de voz solo hacían que odiara más a ese tipo.

—Tu eres quien lo conoce, yo no tengo idea de quien es. —Hice una pausa mirando a ningún lugar en específico— Si te sirve de consuelo, si realmente no le importara su vida hace rato hubiera empeorado y no se mantendría igual por tanto tiempo.

—Gracias, supongo. —Dijo, tomándose un segundo vaso de sanadvi.

—No agradezcas, no hice nada. —Le sonreí, mientras que dentro de mi intentaba contenerme y no sucumbir al deseo de saborear su sangre, olía demasiado bien.

—¿Estas bien? —me preguntó preocupada— Te tensaste de la nada —me explicó Alex cuando la miré confundido.

—Si, no te preocupes, solo tengo hambre. Si quieres puedo cocinar algo para ambos —sugerí molesto conmigo mismo por seguir poniendo excusas para tenerla cerca por culpa de los sentimientos de mi lobo.

—No, no hace falta, debería volver con Osmon antes de que despierte. —Se negaba a comer mientras miraba impaciente escaleras arriba.

—Tu amiguito puede esperar. Come, aunque sea un poco —insistí.

Luego de convencerla me puse a preparar una receta que mi mamá me había enseñado, que le abría el apetito a cualquiera y te hacía repetir más de una vez. Mientras tanto la alentaba a seguir tomando más sanadvi.

Cuando terminamos de comer se fue corriendo para ir a ver al tal Osmond ese, dejándome solo, haciendo que mi lobo estuviera enojado y celoso de ellos dos. Respiraba profundo intentando calmar esos sentimientos sin sentido, mientras mi lado vampiro maldecía al animal por estar encaprichado en alguien que acababa de conocer y solo tenia ojos para otro.

—Deberías aceptar lo que sientes, mi niño, así dolerá menos —me aconsejó Eli, llegando al comedor para sentarse a mi lado.

—Ella ya tiene a su lobo y yo a mi Luna, no hay nada que aceptar —respondí de inmediato.

Sangre MestizaWhere stories live. Discover now