|8|Castigo 🔥

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El pelinegro no se detuvo, hasta que sintió un ligero líquido caer en su boca.

—Creo que mereces un castigo. —dijo él mientras sonreía y se limpiaba.

Se acercó cuál depredador a su presa, lamiendo los labios del pelicastaño.

Poco a poco, subiendo la intensidad de su agarre, su posición y la situación.

Aquel era un beso agresivo, muchas emociones se encontraban de por medio, tanto el placer como la molestia se hacían presentes para crear una perfecta sensación en ambos chicos.

El calor de sus cuerpos aumentó aún más al momento en el que el menor decidió morder el labio del más delgado para así poder introducir su lengua sin problema.

Las manos de Jaekyung fueron a parar a la cintura del mayor, mientras que las manos de este último se dirigieron por inercia a aquel blanco cuello y al mismo tiempo que sus piernas rodeaban la cintura del pelinegro y lo atraía más hacia sí mismo.

Ambos sabían lo que pasaría, y que era realmente incómodo seguir en ese amplio, pero pequeño jacuzzi.

Cargandolo con cuidado, Jaekyung salió de dicha habitación para pasar a su cuarto, y tirar a Dan en el centro de la cama.

Todo paso tan rápido, el sonido de una botella chorrear y el gel frío pasando por su entrada.

Sin previó aviso, Jaekyung logró penetrarlo, sacando un gemido sorprendido del pelicastaño.

Y también, logró sentir el arañazo que Dan le logró proporcionar por toda su espalda.

El interior del mayor lo abrazaba tan bien, tan caliente y apretado, simplemente era como estar en la cima del monte del éxtasis.

Decir que Jaekyung esperó por uno o dos minutos antes de comenzar a moverse bruscamente en el interior del mayor era mucho, y cómo no entenderlo, si era imposible resistirse a embestir a Dan.

Cuando Jaekyung ingresó dentro de él, Dan logró sentir un escalofrío eléctrico que recorrió toda su espina dorsal.

Su interior se expandió y su vientre se encontraba abultado.

Por un momento, su mente quedó despejada, pensando solo en lo lleno que se sentía abajo.

Dolía un poco, y fue exactamente eso lo que le gustó.

Mantenerlo distraído de todo lo que pasaba a su alrededor, solo jadeante y sonrojado.

Literalmente solo quería y podía entregarse al momento actual, olvidando sus problemas.

—Más. –jadeo el mayor. —Joder, más fuerte Jaekyung.

El pelinegro se encontraba realmente sorprendido por la nueva faceta de Dan.

Pero obviamente no iba a negarle, darle el mejor sexo de su vida.

Con fuerza, salió de su interior, luego con velocidad y ferocidad volvió a ingresar en él.

Los choques entre pieles eran constantes.

Seguidos de altos gemidos que inundaban la habitación por completo, mientras Jaekyung sostenía sus caderas bien sujetas con sus manos, hasta el punto donde una marca roja quedaba en la piel sobre la que se ejercía la fuerza.

El pelinegro sonrió. —Tú me lo pediste Kim Dan.
Luego, no te quejes.

Unas nalgadas se hicieron presentes, dejando a un sorprendido pelicastaño mientras jadeaba descontrolado.

Aquel "castigo" que Dan estaba recibiendo por haber eyaculado en la boca de Jaekyung.

¿Castigo o premio?

Definitivamente el "golpe" lo mantenía distraído, con la mente nublada por el deseo.

Jaekyung se separó un poco, dejando al mayor tirado en cuatro sobre la cama.

Dispuesto nuevamente a entrar en Dan, ahora con más fuerza.

Pero antes, debía apreciar la forma en la que el pelicastaño se encontraba.

Tenía una vista espléndida de aquel rojizo trasero el cual poseía noche tras noche sin ningún tipo de objeción, pudiendo contemplar cómo el dueño de este tenía firmemente la sábana de la cama enredada con su mano.

Daría lo que fuera por ver su rostro sonrojado, y escucharlo gritar más su nombre.

Jaekyung no se contentaría, hasta que Dan quedé ronco de tanto gemir y gritar.

Ingresó nuevamente en él, repartiendo mordidas y besos por el hombro del mayor.
Gruñendo excitado al oído del pelicastaño.

Dan gimio con el cuerpo temblante de tantas veces donde su próstata era deliciosamente chocada por el miembro ajeno.

La espalda del mayor se encontraba marcada en múltiples sitios, especialmente en sus omóplatos y hombros, llenos de chupetones y mordidas territoriales las cuales únicamente estaban destinadas a dejar en claro el paso de aquel pelinegro con quien hace tiempo ya llevaba teniendo sexo.

El tiempo pasaba, el cansancio se hacía presente en ambos, quiénes se encontraban mezclados de fluidos.

Cambiando tantas veces de posición que perdieron la cuenta.

De frente, de espalda, incluso Dan llegó a montarlo.

Viéndose "jodidamente caliente"

Sus piernas con las pocas fuerzas que le quedaban, lograban subir y bajar, llegando a lo más profundo de su interior.

Cuando se sintió cerca de su liberación, Dan besó fieramente a Jaekyung, mezclando sus lenguas al mismo compás.

Siguiendo su ritmo y negándose a separar hasta que les falte el aire.

Una última estocada, seguía de un gran gruñido y un jadeo liberador.

Joo Jaekyung había terminado con su labor junto a Dan, y cuando salió de él, sintió la frialdad del ambiente.

Su miembro se estaba enfriando cada vez más, las ganas habían disminuido considerablemente pero...

¡Oh!, cuánto deseaba volver al interior del mayor.

Vio un líquido blanco escurrir de la entrada del pelicastaño, sintiéndose satisfecho.

—Oe Kim Dan. —sonrió el pelinegro. –Una ronda más, ¿si?

Continuará...

Este por al menos 10 caps, será el gogo más bonito 😔

Espero que les haya gustado <3
Me esforce mucho leyendo y buscando que todo quedé bien y entendible.

| Nada que perder | Jinx [Jaekyung x Dan]Where stories live. Discover now