|16| Calor🔥

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El pelicastaño apresaba con fuerza las sábanas, tratando a toda costa no desfallecer. Sus agudos sollozos eran audibles por toda la habitación, seguido de suspiros aliviados, cada estocada ayudaba a expandirse más, creando una exótica mezcla de placer y necesidad.

Una, dos, tres estocadas, se marcaba un ritmo insistente pero ruidoso, su pecho tenía un remolino de sensaciones tal como su mente. Quería quedarse así para siempre, con esa sensación de cariño y jubilo. 

Las manos del menor parecían envolverlo con deseo, tratando de apresarle, hundiéndose con él y manteniéndolo a su lado. 

Besó su hombro tantas veces que no había forma de cortarlas, le comía la oreja y la mente con palabras dulces y ronroneos seductores, deslizando sus grandes falanges por la textura de su pecho, reposando un par en su pezón derecho, apretando fuerte con tal de también soltar algo de tensión en su cuerpo.

Las embestidas aumentaban de velocidad con el tiempo, sintiéndose cada vez más cerca de su liberación, los sonidos eróticos se mezclaban en el ambiente. 

Dan se había cansado de gritar el nombre del pelinegro, sintiendo como su voz se hacía más ronca y las fuerzas abandonaban su cuerpo. Había olvidado la cantidad de veces que sintió el miembro del menor entrar y salir de su cuerpo. 

Luego de un tiempo, sintió un espeso líquido caliente que llenaba su interior, sacándole un gemido ahogado y un suspiro de placer. 

Jaekyung jadeo un poco, para luego gruñir al finalizar su liberación. Había esperado tanto ese orgasmo, que se sentía completamente exquisito. 

La respiración de Dan se volvió irregular, por fin podría descansar un poco del vaivén de embestidas que proporcionaba el menor. 

Como si no se diera cuenta que el pelinegro podía excitarse tan fácilmente al ver su cabello revoloteado y su rostro sonrojado, Dan cerró los ojos intentando relajarse. 

Pero Jaekyung no perdería el tiempo, oh claro que no... Tenía una labor importante, y era calmar aquella erección que había aparecido tan pronto terminó de eyacular. 

Posicionó al mayor para que quedará a horcadas, encima de él, mirándolo fijamente a los ojos y lo besó juntando sus labios ardientemente. 

Dan, suspiro, abrazando la espalda del pelinegro y sintiendo como el menor se acomodaba para ingresar en él. Su entrada palpitaba de solo sentir la polla del menor cerca suyo. 

Jaekyung acomodó al pequeño y dejando reposada su punta en la entrada del menor hizo fuerza baja, metiéndola poco a poco hasta hundirla toda en su interior. Ahogó un gruñido levantando las caderas y piernas del mayor para acomodarlo mejor. 

El pelicastaño gimio ante la intromisión y araño ligeramente la espalda del menor, abrazandolo posesivamente. 

Y nuevamente las embestidas iniciaron, no lentas o simples, violentas que únicamente esperaban hacerle saltar sobre su palpitante y necesitado pene.

—¡Ah- aha...! ¡N-no!— Ahora sus piernas abrazaban con desesperación la cintura ajena, apegándose a él también en un necesitado abrazo. Su cuerpo subía y bajaba, enterrándose de lleno ese falo que golpeaba sin piedad sus puntos débiles.— ¡J-Jae!... ¡Jae!

Era tan vulgar... El ruido de la humedad, sus cuerpos chocar, los escandalosos sonidos del pelicastaño y los graves jadeos del boxeador, todo en una mezcla de acogedor calor e intimidad.

—Vamos, Jae...— Suspiró, pasando sus pequeñas manos por los duros cuadraditos del abdomen contrario.— Yo también quiero marcar mi propio ritmo...—

Sus caderas ahora iban de atrás hacia adelante de forma torpe, se estaba esforzando en hacerlo bien puesto que, nunca lo ha hecho antes. Le sorprendió ver a Jaekyung esperar en dicho ritmo cuando se veía claramente desesperado. 

Pero unos minutos bastaron para resolverlo, ahora iba más continuo y menos tembloroso, dando descarados saltitos y meneos lentos a fin de seducirlo más, liberando por completo su cuerpo de la vergüenza, sin temer a demostrar en sus facciones lo bien que se sentía ese duro falo frotarse una y otra vez en su estrecho interior. 

Suspiraba y gruñia viendo encantado al mayor tomando el control, se hipnotizaba con su cuerpo, las perfectas curvas moverse de adelante hacía atrás, su pequeño pecho con esos completamente rojos y marcados, dándole el toque especial a su erótica apariencia, tan encantado que incluso inició un bombeo a la par se mueve, mordiendo su labio tratando de acallarse sin éxito y con sus piernas temblorosas y esos exquisitos sonidos ronroneaba el nombre del pelinegro. 

Dan veía al boxeador bajo suyo, estaba tan caliente, su rostro debía arder de lo rojo. Sudado, jadeante y feliz suspiraba el nombre del menor, moviendo con más velocidad sus caderas mientras pequeñas manos traviesas marcaban y recorrían el cuerpo del pelinegro. 

 Jaekyung soportó por mucho tiempo ese movimiento dulce, algo rápido pero no lo suficiente... Desesperado en más contacto, tomó con fuerza la piel, iniciando con violencia un nuevo ritmo de embestidas, logrando arquear la espalda del pelicastaño. 

—¡Ah! ¡Jae! ¡Jae!— Sus sonidos ahora eran más agudos y quebrados, temblaba al hablar y desconocía el origen, pero era lo obvio ver que el mencionado estaba golpeando sin piedad sus puntos sensibles, arrasando con violencia la apretada y húmeda cavidad carnosa.


Un calor que sentía subió hasta su cabeza lo aturdió. Desperado soltó un ligero grito, su pene se sentía bien y tuvo algunas contracciones antes de irse en un delicioso orgasmo que le dejó la mente en blanco.

Jadeaba sin medirse, el mayor no paraba de hacerse más estrecho y el sólo verle irse sobre su cuerpo en un ruidoso y salvaje orgasmo le excitaba horrible.

Tenía espasmos en todo su cuerpo, el clímax aún le perduraba, teniendo leves shocks en su espalda, cadera y piernas. No hablaba, sólo balbuceaba, terminando de eyacular sobre el abdomen tonificado del menor. 

Unas estocadas más fueron suficientes para que la mente del pelinegro diera un subidón de placer, dejándolo completamente satisfecho, dejándose llevar por su exquisito orgasmo, sonriente por las contracciones en su polla atrapada en el ahora aún más apretado interior del mayor. 

Jaekyung estaba murmurando bajo mientras gruñia y maldecía, eyaculando los abundantes chorros en la completamente profanada cavidad del pelicastaño. 

Dan lo sintió todo, cada caliente tira blanca reposarse dentro, impregándole con ella su ya satisfecho interior.


𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐫𝐚... 

Dos capas de gogogo en el mismo día, Dios mío 👌✨

Ando inspirada 😏😏

¡Ahora si! ¿Preparad@s para lo que se viene? 

| Nada que perder | Jinx [Jaekyung x Dan]Where stories live. Discover now