Capitulo uno.

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En el bullicioso epicentro de L-Corp, Lena Luthor, la formidable CEO, estaba inmersa en una maraña de responsabilidades. Su cabello negro, recogido en un elegante rodete, contrastaba con la palidez de su piel y el verde intenso de sus ojos, que destilaban una mezcla de determinación y concentración.

La puerta de su oficina se abrió con un suave chasquido, y su mejor amiga hizo su aparición, una sonrisa radiante en su rostro. A su lado, una joven de cabello castaño y ojos verdes, Imra, se mantenía erguida con una confianza que desafiaba su juventud. Había sido traída para asumir el papel de asistente de Lena, un papel que requería una combinación de tenacidad y adaptabilidad.

Lena levantó la vista de su trabajo, sus ojos verdes encontrándose con los de Imra. Había algo en la joven que capturó su atención, una chispa de potencial que Lena encontró intrigante.

La puerta de la oficina de Lena se abrió una vez más, y en el umbral apareció una figura familiar. Kara Danvers, la esposa de Lena, era una visión de belleza y gracia. Su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos azules brillaban con una mezcla de inteligencia y calidez. Su cuerpo atlético, producto de años de disciplina y entrenamiento, se movía con una elegancia innata. Su sonrisa, amplia y genuina, tenía la capacidad de iluminar cualquier habitación.

Kara era la dueña de una famosa cadena de hoteles y bares, un imperio que había construido con su propio esfuerzo y dedicación. A pesar de su apretada agenda, siempre encontraba tiempo para visitar a Lena en L-Corp. Sin embargo, estas visitas eran raras y, por lo general, indicaban que Kara tenía algo en mente.

Al ver a Imra, la sonrisa de Kara se desvaneció y su rostro se endureció. A diferencia de Lena, Kara no parecía impresionada por la joven asistente. Había algo en la forma en que Kara miraba a Imra que indicaba que no confiaba en ella.

Una vez que estuvieron solas, Kara interrogó a Lena sobre la identidad de Imra. Lena explicó que era su nueva asistente, pero Kara parecía escéptica. Sin embargo, Lena estaba dispuesta a darle una oportunidad a Imra, a pesar de las reservas de Kara.

La tensión entre Kara e Imra prometía añadir una nueva dinámica a la vida en L-Corp. Pero Lena estaba segura de que, con el tiempo, las cosas se resolverían. Siempre lo hacían.

Kara: Lena, necesito que me acompañes a una fiesta esta noche.

Lena: ¿Quiénes estarán allí?

Kara: Los inversores que podrían proporcionar el capital necesario para financiar tus proyectos.

Lena: De acuerdo, puedes contar conmigo.

Kara: Lena, quiero que te veas aún más deslumbrante de lo que normalmente eres.

Lena: ¿Por qué?

Kara: Habrá cámaras y periodistas.

Lena: Ah, simplemente deseas presumir.

Kara: Simplemente deseo que mi esposa brille, ¿es mucho pedir?

Lena: No, no lo es. Está bien.

A medida que avanzaba la tarde, Lena pudo sentir cómo la tensión de la jornada laboral comenzaba a disiparse. Imra, la joven asistente, se mostró excepcionalmente atenta y dispuesta a complacer cada una de las necesidades de Lena. Su eficiencia y dedicación resultaron ser un alivio para la CEO de L-Corp.

Imra demostró ser una asistente talentosa y capaz, anticipando las necesidades de Lena incluso antes de que ella las expresara. Desde la organización de documentos importantes hasta la preparación de informes detallados, Imra se aseguró de que todo estuviera en orden y listo para su revisión.

Lena se sintió agradecida por la presencia de Imra, quien no solo alivió su carga de trabajo, sino que también le brindó un sentido de apoyo y compañía en medio del ajetreo de la jornada. La joven asistente demostró ser una aliada confiable y una presencia tranquilizadora en el caos del entorno corporativo.

A medida que se acercaba la hora de la fiesta a la que Kara había invitado a Lena, Imra se aseguró de que todo estuviera preparado para el evento. Desde la selección del atuendo adecuado hasta los últimos detalles de maquillaje, Imra se esforzó por hacer que Lena se sintiera verdaderamente hermosa y segura de sí misma.

Lena: Imra, ¿puedes asegurarte de que los informes estén listos para la reunión de mañana?

Imra: Por supuesto, Lena. Haré todo lo posible para tenerlos preparados y pulidos. Pero, déjame decirte, trabajar contigo hace que incluso las tareas más mundanas sean emocionantes.

Lena: ¿En serio? ¿Cómo así?

Imra: Bueno, Lena, cada vez que te veo concentrada en tu trabajo, con esos ojos verdes brillantes y esa determinación en tu rostro, no puedo evitar sentir una chispa de emoción. Es como si el mundo se detuviera por un momento y solo existiéramos tú y yo.

Lena: Oh, Imra, eso es muy dulce. Aprecio tus palabras y tu dedicación. Eres una asistente increíble.

Imra: Gracias, Lena. Solo quiero hacerte sentir especial y apoyarte en todo lo que necesites. Eres una mujer increíblemente talentosa y hermosa, y es un privilegio estar a tu lado.

Lena: Imra, eres muy amable. Me alegra tenerte como parte de mi equipo.

La tarde transcurrió de manera más aliviada para Lena, gracias en gran parte a la ayuda y dedicación de Imra. La joven asistente demostró ser una valiosa adición al equipo de Lena, brindándole el apoyo necesario para enfrentar los desafíos del mundo empresarial con mayor confianza y tranquilidad.

Ella es mi esposa.Where stories live. Discover now