Capitulo dos.

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Nadie, absolutamente nadie, podía imaginar los problemas que acechaban en el matrimonio de Kara y Lena. A los ojos de los demás, su relación era perfecta, un vínculo sólido en el que se apoyaban mutuamente. Lena siempre estaba dispuesta a ayudar a Kara en cualquier situación, sin necesidad de que le pidiera ayuda, simplemente le entregaba la suma de dinero que necesitara. Y cuando Kara necesitaba a Lena como su acompañante, esta nunca se negaba y nunca buscaba excusas.

Ante las cámaras, ambas mostraban sonrisas genuinas, transmitiendo un amor que parecía ser el anhelo de todos. En sus vacaciones, siempre elegían lugares alejados, disfrutando de la privacidad y la compañía mutua. Las palabras entre ellas eran siempre cortas y no existían peleas ni desacuerdos. Nunca había momentos incómodos o dudosos. Ninguna de ellas había sido infiel a la otra ni buscaba deshacer el papel que las hacía esposas.

La casa en la que vivían había sido construida desde cero, un reflejo del deseo compartido de ambas. Cada objeto en ella las identificaba y amaban ese hogar. Sus habitaciones eran separadas, cada una tenía su propia privacidad, pero siempre dejaban la puerta abierta por si alguna de ellas necesitaba algo.

Pero después de diez años, ninguna de ellas, al despertar con el anillo en la mano, se preguntó qué había sucedido. Simplemente continuaron con sus vidas.

Lena: ¿Te sientes bien? Desde anoche te veo algo extraña.

Kara: Me duele el cuerpo, creo que estoy enferma.

Lena: Permíteme ver. - Tomó su temperatura. - Tienes fiebre.

Kara: ¿Deberíamos ir al hospital?

Lena: No, no es tan grave. Llamaré a Imra para que se encargue de todo mientras me quedo contigo.

Kara: Gracias.

Lena: No tienes que agradecer, Kara. Siempre estaré aquí para cuidarte cuando estés enferma.

Kara: ¿Incluso si Imra llama tu atención?

Lena: ¿Qué estás diciendo? - Lena la miró sorprendida. -

Kara: Imra parece interesarte más allá de ser solo tu asistente.

Lena: Imra es mi asistente, está allí para ayudarme.

Kara: No veo que sus intenciones sean simplemente ayudarte, Lena.

Lena: ¿A qué viene esto? ¿Qué quieres?

Kara: Quiero que la despidas, quiero que esté lejos de mi esposa. - Cuando Lena escuchó esas palabras, sus ojos se abrieron. Kara rara vez la llamaba "esposa" de ese modo, y entendía que no era por algo bueno. -

Lena: ¿Con qué excusa debería despedir a alguien tan eficiente?

Kara: Encuentra una excusa, dile que se vaya.

Lena: Dame tres razones, solo tres.

Kara: Eres mi esposa, no está allí simplemente para brindarte apoyo en el trabajo, y no me agrada.

Lena: Ahora estás actuando de forma inmadura.

Esa conversación fue la única que tuvieron en todo el día. Kara se encerró bajo llave en su habitación, mientras Lena simplemente se sentó a esperar, esperando que aquella actitud de Kara disminuyera. La rubia era muy conocida por Lena, habían estado juntas durante diez años, pero era la primera vez que ella presenciaba un comportamiento tan extraño. Comprendía que Kara a veces podía ser caprichosa, pero Imra solo llevaba un día en sus vidas y Kara ya insistía en que fuera despedida. Para Lena, no era algo que se pudiera tomar a la ligera, no parecía ser una reacción normal.

Lena reflexionó sobre la situación mientras esperaba pacientemente fuera de la habitación de Kara. Sabía que era importante darle a su esposa el espacio y el tiempo que necesitaba para procesar sus emociones. Sin embargo, también sentía la necesidad de abordar las preocupaciones de Kara de manera adecuada y encontrar una solución que satisficiera a ambas.

Mientras esperaba, Lena reflexionó sobre su relación con Imra y trató de entender si había algo más detrás de la preocupación de Kara. Si bien valoraba la eficiencia de Imra como asistente, también tenía que considerar los sentimientos de su esposa. Lena sabía que era importante abordar las preocupaciones de Kara de manera abierta y sincera, pero también quería asegurarse de que cualquier decisión que tomaran fuera justa y fundamentada.

Lena golpeó suavemente la puerta de la habitación de Kara, llevando la cena en sus manos. Después de un momento de duda, Kara finalmente abrió la puerta. Lena pudo notar que su expresión estaba más tranquila.

Lena: ¿Estás más tranquila ahora?

Kara: Sí, lo estoy.

Lena: Entonces, por favor, hablemos.

Kara: Las intenciones de esa chica no parecen las de una simple asistente.

Lena: No conoces a Imra, no has tenido la oportunidad de tratar con ella y solo lleva un día trabajando conmigo. ¿No crees que estás exagerando? ¿Viendo cosas que no están ahí?

Kara: ...

Lena: Kara, quiero entenderte. - Toma su mano suavemente. - Pero esta reacción tuya me resulta extraña.

Kara: ¿Por qué sigues casada conmigo? - Preguntó de repente.

Lena: Porque somos un buen equipo. - Respondió Lena con calma. - Nunca hemos tenido problemas y no espero que este sea el primero.

Kara: ¿Sientes algo por mí?

Lena: Kara... - Intenta levantarse de la cama, pero Kara se lo impide. - ¿Por qué haces estas preguntas?

Kara: Solo dime, ¿sientes algo por mí o no?

Lena: No lo sé.

Kara: - Baja la mirada. - Está bien.

Aunque Kara no había tenido la oportunidad de conocer a Imra personalmente en un ámbito más grande, su intuición le decía que había una oportunidad, algo más allá de una simple relación laboral entre ella y Lena. La conexión y atención especial que Kara ha percibido entre ambas había hecho que se cuestione las verdaderas intenciones de Imra, pero sobre todo los límites de Lena y los de su matrimonio.

Una semana después.

Lena: Todo está en orden, muchas gracias.

Imra: Estoy aquí para asistirte, los agradecimientos no son necesarios.

Lena: Sinceramente, te lo mereces. Has desempeñado un trabajo sobresaliente desde el momento en que llegaste.

Imra: Es imposible no hacer las cosas adecuadamente cuando se tiene una jefa tan atractiva. Mi objetivo es asegurarme de tu satisfacción.

Lena: - Sonríe. - Agradezco el cumplido. Por cierto, no te preocupes por mi almuerzo, iré a ver a Kara.

Imra: ¿Tendrá una cita con su esposa?

Lena: Eso parece. - Ríe. - Nos vemos mañana, tómate el resto de la tarde libre. - Recoge sus pertenencias y sale del lugar. Conduce hasta el club de la rubia, pero antes de poder bajarse del auto, observa a Kara radiante de felicidad, sonriendo mientras sostiene a una niña en brazos, mientras una morena alegremente toca el brazo de su esposa. La escena parece transcurrir en cámara lenta ante sus ojos.

Lena: ¿Kara? - Lena observa la escena con una mezcla de sorpresa y una punzada de celos que se apodera de su corazón. Su mirada se aferra a Kara, quien irradia una sonrisa radiante mientras sostiene amorosamente a la niña en brazos. La presencia de la morena a su lado, tan cercana y afectuosa, despierta en Lena una sensación de amenaza y una necesidad instintiva de proteger lo que considera suyo.

En lo más profundo de su ser, Lena experimenta un sentimiento de posesión y un deseo ferviente de preservar la exclusividad de su matrimonio. La incertidumbre y los celos se entrelazan en su mente, creando una tormenta de emociones que amenaza con desbordarse. Aunque trata de mantener la compostura, su vulnerabilidad interna se hace evidente mientras lucha por controlar los pensamientos y las dudas que la consumen.

Mientras la morena y Kara ingresan juntas al lugar, Lena se enfrenta a la incertidumbre sobre quiénes son esas personas y qué tipo de relación tienen con su esposa. La inseguridad se apodera de ella, generando interrogantes sobre la fidelidad y la lealtad en su matrimonio.

Ella es mi esposa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora