Capitulo ocho.

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Cuando las puertas del ascensor se abrieron y Kara salió, un silencio reverencial se apoderó de la oficina. Los empleados no podían apartar la mirada de la mujer que se encontraba frente a ellos. Para nadie era desconocida la rubia elegante y sofisticada, todos sabían que ella era la esposa de Lena Luthor y que asumiría temporalmente su posición hasta que su estado de salud mejorara. Esta noticia había sido comunicada a todos apenas unos días atrás, pero ver a Kara en persona era algo completamente distinto.

 Esta noticia había sido comunicada a todos apenas unos días atrás, pero ver a Kara en persona era algo completamente distinto

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Kara, con su porte imponente y su mirada segura, irradiaba una aura de poder y confianza. Su presencia llenaba la habitación y todos los presentes podían sentir la energía que emanaba de ella. No solo estaba a cargo de su propio rico patrimonio, sino que ahora también se encargaba de manejar los asuntos de la CEO, una tarea que requería una gran responsabilidad y habilidad.

Al ingresar a la oficina, Kara se encontró con una versión joven de su esposa esperándola. Kieran, una hermosa joven con rasgos similares a los de Lena, pero con una energía y luz propias. Kara la abrazó con una enorme sonrisa, expresando su alegría al verla. - Pequeña, has crecido tan rápido que en poco tiempo serás toda una mujer adulta. - Le dijo con cariño. A pesar de que Kieran aún era una niña, Kara reconocía su potencial y la animaba a seguir creciendo y desarrollándose.

La joven no pudo evitar sonrojarse ante los elogios y la atención de su cuñada. Aunque aún era una niña a comparación de la rubia, Kieran sentía la presión de las expectativas que recaían sobre ella. Sin embargo, Kara estaba allí para recordarle que aún tenía tiempo para descubrir su camino y convertirse en la persona que deseaba ser.

Con el paso de los días, Kara demostró ser una líder inspiradora y dedicada. Su habilidad para tomar decisiones estratégicas y su capacidad para manejar situaciones desafiantes impresionaron a todos en la oficina. A pesar de su posición de poder, siempre se mostraba accesible y dispuesta a escuchar las ideas y preocupaciones de los empleados.

Con el tiempo, Kara se convirtió en una figura admirada y respetada en la empresa. Su presencia era un recordatorio constante del legado de Lena y de la importancia de la familia en el éxito empresarial. A medida que trabajaba codo a codo con los empleados, los motivaba a alcanzar su máximo potencial y a trabajar en armonía para lograr los objetivos de la empresa.

Sin embargo, a pesar de las cualidades admirables de Kara, se podía percibir una tensión palpable entre ella e Imra. A diferencia del resto de los empleados, Imra no había sido despedida o ordenada a servir a su nueva jefa, sino trasladada para servir a Samantha. Sin embargo, era evidente para todos que la ojiverde no toleraba a la rubia y estaba dispuesta a emplear cualquier medio necesario para desprestigiarla. En el amor y en la guerra, se dice que todo vale, y Imra estaba dispuesta a utilizar cualquier estrategia para alcanzar su objetivo.

En los días siguientes, Imra puso en marcha su plan para minar la reputación de Kara. De manera sutil, sembró dudas y esparció rumores entre los empleados, buscando socavar la confianza en las habilidades de liderazgo de Kara. Sin embargo, lo que no esperaba era que Kieran, descubriera sus intenciones de forma inesperada y casi accidental.

Kieran, dotada de una inteligencia y percepción sorprendentes para su corta edad, comenzó a notar el comportamiento sospechoso de Imra. A través de conversaciones discretas con otros empleados y una observación meticulosa de los eventos, Kieran logró recopilar pruebas incriminatorias que demostraban las maliciosas intenciones de Imra.

Con las pruebas en su poder, Kieran decidió confrontar a Imra en privado. La joven no pudo negar sus acciones y se vio acorralada por su propia malicia. Frente a la evidencia irrefutable, Imra no tuvo otra opción más que admitir sus intenciones y enfrentar las consecuencias de sus actos.

Este incidente sirvió como una lección para todos en la oficina, recordándoles la importancia de la honestidad y la lealtad en el entorno laboral.

Imra: No puedes despedirme.

Kara: ¿Disculpa?

Imra: ¡No fuiste tú quien me contrató, fue Lena!

Kieran: Señora Lena, le ruego que tenga más cuidado con su vocabulario al referirse a mi hermana. - Cierra la puerta y avanza hasta la rubia. - ¿Desde cuándo las secretarias tienen la audacia de hablar con tanta insolencia? - Voltea a verla. - Le recuerdo que fue contratada para servir, y su comportamiento ha dejado mucho que desear.

 
Kara: Kieran. - Toma su mano y la besa con determinación. - Pequeña, no te alteres. - Luego, su mirada se vuelve fría y desafiante hacia Imra. - Está despedida.

Las palabras retumban en el aire, cargadas de tensión y desafío. El ambiente se vuelve denso mientras Kara y Imra se enfrentan con miradas penetrantes. La confrontación alcanza su punto máximo, y la decisión de Kara de despedir a Imra es firme y contundente.

El silencio se apodera de la habitación mientras todos contienen el aliento, conscientes del impacto de las palabras pronunciadas. La energía se torna intensa, y cada uno de los presentes siente el peso de la situación.

En ese momento, queda claro que Kara no toleraria la insolencia ni permitirá que nadie socave su autoridad. Su determinación y confianza se reflejan en su mirada, y su voz resuena con una firmeza inquebrantable.

Kara: Se le pagará según lo estipulado en su contrato, señorita.

Imra: Hablaré con Lena, ella no permitirá esto. - Se acerca al escritorio de forma amenazante. - Ella no te va a permitir que me trates así.

Kieran: ¿Quién te crees que eres? - Pregunta con un tono frío y desafiante, mientras su voz tiembla de rabia contenida. Luego, sin previo aviso, le propina un fuerte golpe en la mejilla a Imra. - Permíteme recordarte quién eres realmente. No eres más que una persona amargada y resentida. Y si quieres tener alguna oportunidad de conseguir otro empleo en lugar de terminar en la basura, te sugiero que te largues de aquí.

Imra, atónita y llena de furia, se lleva la mano a la mejilla golpeada y en un acto de ira, intenta devolver el golpe a Kieran. Sin embargo, en ese preciso momento, la puerta de la oficina se abre de manera sorpresiva y Lena, la hermana mayor de Kieran, entra en escena.

Lena: ¿Qué crees que haces? - Exclama con voz firme y autoritaria, interponiéndose entre Imra y su hermana. Su presencia imponente y su mirada seria detienen a Imra en seco. - Responde. -

Imra: Ellas empezaron, Lena. - Miente. - Tu esposa está celosa de mi, y ella. - Apunta a Kieran. - En mi contra.

El silencio se apodera de la habitación mientras todos contemplan la escena, sorprendidos por la inesperada intervención de Lena. Imra, con los puños aún en alto, mira a Lena con una mezcla de sorpresa, resentimiento y frustración.

Lena, con calma pero determinación, se acerca a Imra y le habla con voz firme.

Lena: Vete Imra, lárgate.

Imra: Lena...- Pronuncia para luego ser tomada del brazo y sacada de la habitación en presencia de todos quienes escuchaban dicho inconveniente.- Lena, no me puedes hacer esto. - La azabache la suelta justo enfrente de la puerta del elevador.

Lena: Si desapareces ahora, no será Kara quien se ocupe de ti. - Gira sus talones y vuelve al lugar, cerrando la puerta detrás de ella.

Kara: ¿Qué haces aquí?

Lena: Vine a invitarlas a comer.

Kara: Lena. - Se acerca a ella y besa sus labios. - Debes descansar, aún no estás bien.

Lena: Te extrañaba. Y quería verte, volveré a casa cuando terminemos de comer, lo prometo.

Kieran: Vamos Kara. - Apoya la joven. - No le negaras algo a mi hermana, ¿o si?

Ella es mi esposa.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz