Capitulo XVI ─ Calma

681 75 118
                                    

No sabías con exactitud en que momento te habías dormido, pero si había algo que sabías, que tuviste una noche preciosa gracias a los brazos de Hobart, los cuales te sostuvieron y te acariciaron hasta hacer liviana toda angustia abrumadora, se encargó de limpiar cada una de tus lágrimas y luego tomó todo de ti hasta que sus cuerpos les exigieron descansar, a raíz de ello quedaste dormida a causa de lo agotada que te quedado, la vida era demasiado buena cuando se trataba de una noche junto a tu novio.

─ ¿Puedes apagar esa mierda? ─ Habías olvidado que aún yacía dormido a tu lado, por lo que te espantaste más con su repentina y ronca voz mañanera, más que por la alarma que llevaba sonando, interrumpiendo su sueño.

─ Mhh... ─ Te quejaste somnolienta y con brusquedad tomaste tu celular entre tus dedos, casi clavando tu dedo índice en tu pantalla para detener, pero tus ojos vieron la hora y casi de un salto ya estabas de pie.─ ¡Son las 12!

─ ¿Sí...? Y es sábado, y soy un pobre hombre que empieza el día a las tres de la tarde, así que vuelve a la cama conmigo.─ Removió las sábanas y dejó al descubierto su torso desnudo, y aún torpe, se arrastró hasta el borde de la cama y te abrazó por la cintura, obligandote a tomar asiento junto a él.

─ Mis días comienzan a las siete de la mañana de lunes a domingo, y hoy no puedo darme el lujo de levantarme tarde, debo ir. ─ Con tu mirada buscabas tu ropa por alguna parte de la habitación, pero fallaste en el intento, te habías apresurado tanto que pasaste por algo que estabas completamente desnuda.

─ Pero hoy despertaste conmigo, no vayas a ningún lado. ─ Recargó su mentón en tu espalda y algo atrevido comenzó a besar tu nuca, provocando que encorvaras tu espalda por el escalofrío del repentino toque en tu piel desnuda, y el moreno tomó provecho de ello, ahora pasando su mano por la curvatura de tu espalda.─ Dime que sí, bebé.

─ Hobart... Ya sabes, no debo. ─ Cerraste tus ojos y quisiste disfrutar tan sólo levemente el tacto propinada en tu erizada tez, que a causa de tu estado semi dormido, estaba más sensible.─ Mh. ─ Gimoteaste.

─ Cuando se trata de mi, es un deber. ─ Susurró en tu oído, donde dejó un beso antes de su próximo movimiento.

Sus manos ahora estaban sobre tu pelvis, subiendo y acariciando el círculos alrededor de tu ombligo, tu vientre se contrajo y eso lejos de alejarlo, lo incitó a más. La punta de sus dedos rozaban ahora tus costillas y el hecho de que no fuera directo el toque, te dedesperaba un poco, te removiste en la cama queriendo más y olvidando por completo el evento al que debías asistir hoy, pero no te podías culpar.

No querías abandonar tu acolchonada cama, si ahora tu chico tocaba tus pechos con agilidad y jugueteaba con tus pezones cómo si de botones se tratasen, rozando las calientes yemas de sus dedos en cada rincón de tus pechos, que se endurecieron y reaccionaron al exquisito contacto. Estabas demasiado ida en lo que disfrutabas todo ello, pero volviste a reaccionar cuando uno de tus senos fue abandonado por el chico, ahora su mano dirigiéndose nuevamente a tu pelvis, pero esta vez no buscaba acariciar sólo ahí, y lo notaste en cuanto tomó tu muslo, tomando este y levantandolo hasta dejar tu pierna flexionada sobre la cama, repitiendo la acción con la contraria, quedando con ambos pies sobre las finas sábanas, y con tu entrepierna expuesta en su totalidad.

─ No creo que tenga tiempo. ─ Te volteaste un poco alarmada, seguías estando consciente de la hora, pero eras tan débil.

Y no podías ser fuerte, si veías a Hobie sonreír con maldad, a la vez que te hacía callar de un feroz beso, que terminó por eliminar todas tus preocupaciones e hizo que lo único que tuviera lugar en tu cabeza, fuera su caliente beso y sus atrevidos dedos, que se aventaban sobre tu cavidad vaginal sin piedad alguna.

Smooth Operator ─ 𝐻𝑜𝑏𝑖𝑒 𝐵𝑟𝑜𝑤𝑛Where stories live. Discover now