Final XVII ─ Tormenta

656 70 96
                                    

(Pongan el video cuando les diga, gracias)

─ Cocinas cómo el culo.─ Gwen tiró el cubierto en su plato con una expresión asqueada, algo que provocó gracia en ti.

─ Agradece que puse un plato de comida para ti, si no te gusta, muere de hambre, no me importa. ─ Hobie se sentó en la mesa a comer, por su expresión supiste que el también había notado lo mal que sabía.

─ Tu me debes las gracias a mi, después de todo, hice todo el trabajo y cargué a tu novia por todo un restaurante, eres un inepto. ─ Tiró el cuerpo hacía atrás con un puchero y se volteó a verte, sintiéndote.─ No te preocupes si comienzas a sentir algo por mi luego de lo de hoy, es normal.

─ ¡No puedes coquetear con ella en frente de mi! ─ Habló Hobart, molesto.

─ ¿O sea que si puedo cuando no estes tu? Me parece estupendo.

─ ¿Y tu novia, Gwen? Hace un tiempo Hobie me contó que tenías una, que se llamaba Karla y se encargaba del maquillaje.─ Quisiste cambiar el tema.

─ Oh, qué puedo decir, las lesbianas somos así de intensas, estamos juntas unos días y nos amamos cómo si no hubiera un mañana, y así mismo podemos terminar cómo si nada al día siguiente. ─ Le restó importancia y siguió comiendo del plato del cual tanto se había estado quejando.

No quisiste profundizar en el tema y diste un buen bocado, hace tiempo no comías con tal hambre, por lo que disfrutaste hasta lo último del plato a pesar de su curioso sabor, estabas tan feliz que lo que tu paladar estaba saboreando, era lo de menos. Viste a Hobie seguir discutiendo con Gwen pero después de un rato ambos compartían carcajadas, por tu lado, estabas contenta de tan sólo verlos, en cuanto llegaste te diste una ducha y tu cabello seguía mojado, aparte que llevabas las prendas de tu novio, que eran exageradas en ti a causa de la diferencia entre ambos, aparte que Hobie usaba de por sí ropa que no era de su talla.

─ Debo irme ahora, pero fue divertido jugar a los rescatistas y todo eso hoy, agradezco no haber tenido que escalar un gigante castillo con tu cabello, Alme.─ Gwen limpió su boca y llevó su plato hacía la cocina, ahora caminando a la salida, siendo seguida por Hobie que iba a abrir la puerta.

─ No sabes lo agradecida que estoy contigo, te debo una. ─ Le sonreiste pero negaste con la cabeza y te pusiste de pie también, yendo directo hacía ella y abrazando a la chica, esto la tomó por sorpresa pero no tardó en recibir tu abrazo.─ No, te debo millones, muchas gracias.

─ Es lo que hacen las amigas, no me des las gracias. ─ Acarició tu espalda y depositó un pequeño beso sobre tu frente.─ Bien, nos vemos pronto campeón, y princesa. ─ Se separó de ti, y con un movimiento de manos se despidió, finalmente saliendo del departamento, dejándolos a Hobie y a ti con una pequeña sonrisa.

─ Amiga... ─ Susurraste con el corazón encogido.─ Mi primera amiga.

─ La primera de muchas, vas a tener muchas amigas desde ahora.─ Cerró la puerta con llave y tomó tu mano, para hacerte caminar hacía la habitación.

Lo seguiste en silencio y notaste que estaba mucho mejor organizada que desde que habías ido tu, estaba más limpia igualmente, cómo si el chico hubiese sabido que ibas a terminar estando ahí con él y debía procurar tener listo para ti, la idea te hizo un poco feliz. Ambos se tiraron a la cama, muertos, estaban lo suficientemente cansados cómo para dormir en cuanto cerraran los ojos, pero querían disfrutar de ese momento de calma entre los dos, y no podían descansar sin antes conversar lo que había sucedido.

─ ¿Cómo hiciste todo? ─ Depositaste la mano en el pecho del chico, acariciando este en círculos con tus dedos.

─ Mi plan principal era reservar una mesa junto a Gwen y tirar una copa de vino sobre el imbécil, y sacarte corriendo de ahí, pero era riesgoso, ya que para reservar pedían todos mis datos y creo que hubiese sido más complicado sacarte de la misma mesa con todo el espectáculo de la camisa manchada, todos estarían viendo y quizás no hubiésemos podido escapar. ─ Se tomó una pausa para tomarte por la cintura, y hacerte quedar recostada sobre el, ahora él acariciando toda tu espalda hasta tocar tu cabello, donde enredó los dedos en tus mechones aún mojados.─ Entonces investigamos un poco más, nos enteramos que buscaban meseros con urgencia para hoy mismo, esto nos cayó cómo anillo al dedo y antes de poner entregar nuestras identificaciones, nos entregaron los uniformes, así que no perdimos el tiempo, yo fui rápidamente a la caja y aparenté que su tarjeta estaba siendo rechazada, le terminé cobrando cómo cuatro veces. ─ Reía, estaba feliz de su cometido.

Smooth Operator ─ 𝐻𝑜𝑏𝑖𝑒 𝐵𝑟𝑜𝑤𝑛Where stories live. Discover now