Liv Grindelwald, mestiza, llegué a Hogwarts en sexto año, después de meses y meses intentado shiftear, lo logre y esta es mi historia.
Spoiler: Me meto con medio Hogwarts
Advertencia esta historia tiene contenido +18 (uso de drogas, alcohol, escena...
Llegue a mi habitación y me puse a organizar mis libros de hechizos y tal. Yo la más responsable obvio.
Termine, y como estaba aburrida, decidí ir a dar una vuelta por el castillo, es que oigaaan esa cosa es enorme.
Salgo de mi cuarto y que me topo a Mattheo saliendo del cuarto de una chica.
Y fue tipo.
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–Hola de nuevo– le dije con una sonrisa.
–Sola la vine a saludar– se excuso.
–Claro, yo te creo, se ve que eres una persona honesta.
Mattheo solo sonrió y me tomo del brazo.
–¿A donde vamos? – pregunto el.
–¿Vamos?.
–Si, supongo que ibas a salir, y ahora yo estoy desocupado, vamos juntos.
–Iba a recorrer el castillo– explique, y el me miro con una sonrisa
–Genial, ahora tendrás un guía, y uno muy guapo.
Bien humilde mi compa.
En fin, salimos de la sala común y Mattheo me estuvo mostrando todo Hogwarts, bueno no todo, porque después de una hora nos cansamos y decidimos terminar el viaje.
Nos habíamos detenido en la famosísima torre de astronomía.
–Entonces Riddle.
–Si Grindelwald.
–Cuéntame de ti.
–No, primero tu cuéntame de ti.
El me miro con una sonrisa, qué AAAHHH, efecto Riddle, bastaa.
–Bien ¿Que quieres que te cuente?– pregunte.
–Todo.
–Ya sabía que estabas obsesionado conmigo, pero bueno, tengo 17 años, mi color favorito es el rosa– dije, hasta que sonó una voz detrás de nosotros.
–Mattheo te he estado buscando–dijo una voz masculina. Ambos nos dimos la vuelta y el dueño de la voz hot, era Tom Riddle.
La noche anterior, en la fiesta, tuvimos una interacción bastante romántica.
Tom se dio cuenta de mi presencia, y me recorrió con la mirada, aunque su mirada se poso en mis tetas más de lo necesario.
Mattheo camino hacia Tom y se lo llevo a un rincón. Los Riddle estaban discutiendo en silencio y yo tipo, si no me muevo no me ven.
Mattheo se quedo en el rincón y Tom se acerco a mi.
–Tu nombre –ordenó Tom.
–Te lo digo solo si tu me dices el tuyo.
Nunca es mal momento para ligar. Obvio sabía su nombre, pero no me quería ver tipo obsesiva.
–Tom Riddle.
–Liv Grindelwald.
Cuando dije mi nombre algo brillo en sus ojos y su cara se transformo en una máscara de odio, me volvió a recorrer con la mirada, negó con la cabeza y se fue.
